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domingo, 29 de octubre de 2017

UN SOCIÓLOGO ENTREGADO AL SERVICIO COMUNITARIO

Francisco Coello: mi papá llegó nadando a Venezuela

“Mi gran sueño es llevarle a Sarita a mi madre”



Está en el mejor lugar donde podría estar

–Como no mi niña, ven, pero estoy con Sarita en mi oficina.
–No importa Francisco, puedo igual hacerte la entrevista. Sarita, su bellísima primogénita de un año, que le ha cambiado la vida, nos hizo conocer al Francisco Coello padre, amoroso, paciente y preocupado.
Y por fin hablamos, y por fin, escribo.

Coello es un profesor muy apreciado y a la vez temido en la escuela de Comunicación Social, pues para bien hace leer y pensar a los muchachos, pero deja huella y eso es lo importante. Ha sido padrino de una promoción en la escuela de Comunicación Social y de dos en la escuela de Ciencias Sociales. 

Cuando camina por el campus va saludando a unos y otros, con la frase isleña de Tenerife heredado del habla de su padre “mi niña”. Dice que no puede decir “mi niño” porque aquí no caería tan bien. Su madre que es una mezcla catalana y aragonesa llama a sus conocidos como “mi rey o mi reina”.

Ingresó a La Católica en 1997 como profesor de Metodología a tiempo convencional,  y trabajaba a dedicación en la Biblioteca Nacional con el equipo que dirigía Virginia Betancourt. “Yo elegí en 1986 integrarme al equipo de Virginia porque el proyecto en la Biblioteca estaba enmarcado dentro de un plan de país que tenía pertenencia. Había respeto, autoridad, conexión con lo que se hacía en los ateneos del país, en el Museo de Arte Contemporáneo con Sofía Imber, en el Sistema de Orquestas creadas por José Antonio Abreu y con otras instituciones. Era motivante”.

En el año 2000 es invitado por el profesor Néstor Luis Luengo para que se incorporara tiempo completo a la UCAB como coordinador del Ciclo Básico de la escuela de Ciencias Sociales, cuando la directora era la profesora Ingrid Ochoa. Era ucabista pues estudió en el lapso 1978-82 en la misma escuela de Ciencias Sociales donde entabló maravillosas amistades que aún conserva: Omar Picón, Federico López, Alberto Rodríguez, José Luis Fernández, José Gregorio Fernández, principalmente. Y fue alumno de profesores de la talla de José Ignacio Rey, Rafael Baquedano, Mikel De Viana, Arturo Sosa, Luis Ugalde, Alberto Gruson, Mercedes Pulido, Tamara Hannot, José María De Viana, Antonio Cova, Hildebrando Barrios quien era poeta y les enseñaba “Desarrollo Económico”.

Vivencias en dos mundos

Dice el profesor Coello que fue muy precoz y que le gustaba más compartir con personas mayores y oír sus conversaciones más que andar con sus contemporáneos. “Yo solo estaba con chamos de mi edad para jugar fútbol, en el que fui todas las posiciones, especialmente arquero y defensa lateral derecho. También me encanta practicar baloncesto, y hasta no hace mucho, un grupo de profesores jugábamos en las canchas del campus. 

“Fui hijo único que para mi época era muy raro. Mi mamá que se llama Mercedes era de Barcelona y aún vive en Aragón en un Centro de atención para personas mayores”, y apretando a Sarita, dice que su gran sueño es ir con su esposa Astrid a llevarle la única nieta a su madre, trasladarse a Málaga donde está una tía que también lo crió y visitar a otra en Tarragona. Su papá era oriundo de Tenerife y la historia de su llegada a Venezuela es de novela y de otro capítulo.

Coello cuenta sobre la influencia que tuvo un amigo de su padre, Antonio Machín, que era un poco menor que su papá y se hizo gran amigo de los dos. “Antonio hacía teatro, tenía una agencia de viajes y era melómano. Gran parte de la música que me gusta: Blues, Jazz me la enseñó a oír él. Recuerdo que me decía “Mira carajito, oye carajito”.

–Estudié en el Moral y Luces preescolar y primer grado porque mi mamá era secretaria en el colegio, luego cursé varios años en el Tirso de Molina y otros en el San Agustín de El Marqués. En épocas viví entre Barcelona, Málaga y Caracas porque mi mamá nunca se terminó de adaptar a Venezuela, mientras que mi padre era un isleño completamente acostumbrado al país. Fue maestro de obras, trabajó en la construcción de los túneles de las Guaira y en las Torres del Silencio. Murió en el año 2005. “Él me marcó muchísimo”. Recuerdo que una vez estando juntos en una estación de servicio en la avenida Anauco en San Bernardino, mi papá me presentó a don Arístides Calvani y años después, yo estudié en la escuela creada por él. "Estas son las menudas historias de la ciudad".



Es protector de los animales de la calle


La aventura de un inmigrante

Segundo Coello viajó en un velero llamado “El joven Gaspar” y la travesía desde Las Canarias hasta las costas venezolanas duró dos meses. Se enfermó gravísimo en el barco y venía acompañado por un primo llamado Víctor que lo cuidó y que era sobreviviente en el Frente Ruso, donde vistió el uniforme de la Legión Azul española.  Al llegar a la costa oriental en 1948, habitantes del pueblo les dieron ropa y comida y el pueblo organizó una fiesta de bienvenida, pero llegó la Guardia Nacional y los mandó a salir a aguas internacionales. El grupo de inmigrantes realizó una asamblea y algunos preferían irse a México, pero la mayoría decidió entrar otra vez a Venezuela y al final, el velero de pesca navegando, encalló cerca del puerto de La Guaira. Entonces, la llegada fue a nado y brutal y su papá que practicaba lucha canaria, se echó sobre sus espaldas a un enano de la tripulación que se estaba ahogando y lo salvó.

Francisco Coello tiene veinte años en la UCAB, es la cabeza de la Dirección de Ley de Servicio Comunitario que depende del Vicerrectorado de Extensión Social, donde trabaja con el profesor Rolando Montaño y una becatrajo. “Para un sociólogo es el mejor lugar donde estar. Desde aquí vemos el potencial de los proyectos comunitarios multidisciplinarios que pueden construir los estudiantes”. Lo dice alguien que cuando tenía 14 años, entró a una biblioteca y vio un libro titulado Sociología, lo leyó y desde ese momento decidió ser sociólogo y como dicta “Metodología” comenta que sin ella, “No vas pal baile”.

Coello conoció en el campus a su segunda esposa, la profesora e investigadora Genny Zúñiga. Su primera esposa fue Fanny Fuguet, la educadora y cantautora.Desde el año 2014, cuando Astrid Pérez Bastidas es contratada como profesora por la escuela formalizan su relación y ella es su esposa y la mamá de la bella Sarita.  

Está arraigado a la universidad y dice “que en este período hostil, se ha convertido es un espacio vital gracias a que la actividad académica y la investigación son estimulantes. En el campus hay actividades culturales, exposiciones, foros políticos y sociales de toda índole. Me relaciono con gente con intereses para intercambiar ideas y, también hemos hecho un trabajo de acompañamiento a los estudiantes en esta coyuntura de país tan difícil”.

Dice creer en la buena política, y no en balde, fue el editor del libro de Luis Ugalde "Elogio de la Política". Todo lo que hay que hacer aquí está en ese libro. La cuestión está en que si los políticos se alejarán del Estatismo y se acercarán al Liberalismo: "Yo soy un liberal".

Es hora de despedirse porque la bebé hay que pasearla, mientras esperan a que la mamá termine de dictar clases. Al llegar a su casa, caminará con sus perros Luna y Spoony y quizás los cuatro gatos de la casa los acompañen. Y cuando el tiempo le alcanza, lee historia, novelas, va al cine con Astrid a disfrutar de una buena película y le encantan las buenas series por cable.



María Fernanda Mujica Ricardo
Fotos: cortesía de la Dirección de Comunicaciones UCAB.





miércoles, 4 de octubre de 2017

A CAROLINA SÁNCHEZ TODOS LA CONOCEN PORQUE AYUDA A TODOS

“Nací para atender, es un don que tengo”


Compartir la enfermedad de otros, le ha enseñado a Carolina Sánchez que hay que darle importancia en la vida solo a lo significativo



Su sonrisa apacigua el estrés

Hay gente que nace para ayudar y hacerles el camino más fácil a los otros. Cuando ese tipo de persona trabaja en un centro de salud, la virtud aún se hace más valiosa.

En el Centro de Salud Santa Inés UCAB (CSSI) hace doce años, trabaja Doris Carolina Sánchez González. Ella es bonita, menuda, risueña, y ahora lleva un corte moderno con mechas porque le gusta cambiar de  apariencia. No se cansa de responder a la fila de gente que mañana y tarde le pregunta dónde debe ir, cómo debe hacerse tal examen y ella resuelve que resuelve. Nos dice: “Nací para esto, es un don que tengo, disfruto ayudando y tengo disposición. Los pacientes me alaban y me dicen que soy paciente, que hablo bonito, que en mi cubículo se sienten relajados, y eso llena mucho; aunque lógicamente hay días de días”. Dice Carolina, que actualmente con la situación país el ambiente se ha tornado pesado: “Porque mental y físicamente todos nos cansamos más, son muchas las medicinas y los alimentos que faltan, con el agravante del aumento diario de los costos de todo”.
Ingresó a Santa Inés haciéndole las vacaciones a Zuleima Andrade (a quien le agradece la confianza), ella aún trabaja en el Centro en la Unidad de Imágenes. Carolina suplió muchas vacantes por más de un año hasta que el mismo doctor Carlos Paradisi (gerente médico) dijo: “A esta muchacha hay que dejarla fija”.

Es técnico superior en Administración y trabajó por largos años y con mucha responsabilidad en el área bancaria en atención al público. Para ingresar a este sector fue postulada por el Banco de Venezuela a estudiar año y medio en Insbanca (cursos universitarios de preparación bancaria).  Llegó a ser subgerente de la agencia bancaria del Banco Consolidado en Chacaíto, justamente durante su intervención, pero dejó el trabajo cuando se dio cuenta que su hijo mayor había crecido y lo veía poco en el día, y le iba a pasar igual con su segunda hija.

Carlos, su hijo, ya termina Contaduría en la UCAB, y ha hecho las equivalencias para proseguir estudios de Economía, porque se dio realmente cuenta que eso es lo que le gusta. Carolina nos cuenta que es jugador del Caracas Fútbol Club y que salió súper deportista como su padre que es entrenador. También tiene a Mari Angélica que ya está en quinto año y desea que opte por la Católica. La niña practica Baile de Barra o Pole Dance, mientras que las pasiones de nuestra entrevistada son el baile y la música. Oye música todo el día, y hasta en su puesto de trabajo la pone a bajo volumen. “Me encanta bailar, es una forma de desestresarme, realmente lo disfruto y soy salsera a morir. Desde chiquita bailo y ahora, cuando tengo oportunidad, salgo a bailar a sitios de salsa”. Le preguntamos si cuando limpia la casa lo hace al son de salsa y dice que sí, pero enfatiza que no es amante de los quehaceres del hogar a diferencia que ama su trabajo.


Cuando ríe la gente lo agradece

“Amo mi trabajo. Aquí las personas, que son pacientes y no clientes como se llaman en el sector comercial, vienen a buscar atención de salud con calidad. Son gente necesitada y Santa Inés les brinda apoyo y solidaridad. Estoy sumamente complacida con el CSSI  en lo laboral y en lo personal. Creyeron en mí y me han ayudado en momentos difíciles, y eso se agradece”. Aparte comenta que ella y sus compañeros comparten muchísimo, y tratan de tener un ambiente agradable, a pesar de la presión del trabajo.

Una experiencia que le dejó huella

Carolina laboró muchos años en Imagenología. Una compañera muy querida que se llamaba Zaile Noa padeció una enfermedad autoinmune y ella la vivió a su lado. “Zaile tenía unas ganas inmensas de vivir pero murió a los dos años después de habérsele declarado . Esa experiencia me enseñó a ser más solidaria, a relajarme, a vivir cada momento como si fuera el último. Tomé conciencia de las cosas y aprendí a disfrutar más los momentos con mis hijos y mi familia. También cuando veo a los niños de la Fundación de Niños con Cáncer que trasladan desde el Hospital de Niños a hacerles tomografías, entiendo que en la vida solo hay que darle importancia a lo significativo”.


Entrevista: María Fernanda Mujica Ricardo
Fotografías: Marianella De Faria (Centro de Salud Santa Inés UCAB).


viernes, 12 de junio de 2015

Con esta cuarta publicación de entrevistas finalizamos la serie encomendada para celebrar los dos años del Centro Cultural Carlos Guillermo Plaza, SJ, donde laboran técnicos y profesionales de la Biblioteca UCAB que suman más de 24 años se servicio. Todos ellos son gente de las cercanías de la Universidad, especialmente de Antímano, todos ellos se identifican con la Católica como el lugar donde tuvieron oportunidad de crecer. A ellos agradecemos su dedicación, constancia y sentido de pertenencia. ¡Ah, y feliz cumpleaños!

El músico en la boda de Magaly fue el hermanito Lanz

Magaly pronto cumplirá las bodas de plata en la UCAB
Magaly Puente está muy apurada pues su esposo la va a recoger para llevarla al médico.  A pesar de la premura, había que conversar con esta merideña, la cuarta de la generación de los Puente (uno fallecido hace muchos años que laboró también en Biblioteca; Tomás, jubilado de la escuela de Economía y Beatriz, secretaria, ya pensionada por sus años de servicio, excelentes trabajadores. Magaly siendo la menor dice enfáticamente “Vine sola a presentar mis pruebas en Personal hace 25 años, las aprobé y quedé contratada”.

Magaly es también de Antímano pero hace años se mudó a Caricuao. Ingresó a la UCAB en 1992 a la facultad de Derecho y allí trabajó cinco años, luego la destacaron a la Biblioteca como auxiliar. “Odalys y la Morocha fueron las que me enseñaron”.

––La vieja Biblioteca era más pequeña y más tranquila, ahora viene más público y es más bulliciosa por sus espacios abiertos, pero es más chévere.

Recuerdo mucho al padre Pérez Llantada (QEPD) y aprecio especialmente al padre Rafael Baquedano. “Me casó el padre Gustavo Sucre en la capilla del tercer piso y quien tocó el acordeón fue el hermanito Lanz. Tengo una hija de 29 años que se licenció en Educación hace siete años y una de 19 años que estudia Relaciones Industriales, las dos en la UCAB ¿Qué  hago en mis ratos libres? Pues yo soy muy tranquila y me ocupo de los oficios del hogar y cuando puedo me voy a Mérida a pasear”. 

40 años en “lo mejor que hay en la UCAB”

Contaban que en la vieja biblioteca salían espantos
El nombre completo de la morocha es Teodomira Olivier Rausseo, y es conocida en la Universidad Católica Andrés Bello tanto por compañeros, profesores, alumnos, egresados, jesuitas y autoridades, como –en sus ambientes- sus primos Carlos Olivier (el actor, tristemente fallecido) y Benjamín Rausseo, el Conde del Guácharo. Ella fue formada por su hermana, la bibliotecóloga María “Chalola”, una de las  personas más estimadas y gratamente recordada en la Biblioteca UCAB, que formó a generaciones de compañeros en las técnicas bibliográficas y en calidad de servicio.

La morocha ingresó a trabajar el 9 de septiembre de 1975, a lo que añade “El año que viene voy a cumplir 40 años, ¿qué tal?”. La directora para la época era Ana Fernández Ratto-Ciarlo, y Teodomira con los años fue ascendiendo de Auxiliar I a III. “Me he ganado los méritos. Mi formación fue de primera, todos mis certificados ‘más de 10’, son de la Biblioteca Nacional. Allí nos encontrábamos personal de las bibliotecas de la UCV, la Simón Bolívar, la Unimet y la UCAB, entre otras. Como decía mi hermana, que fue mi maestra, que la preparación era para el resto de mi vida. Las clases de ella todos las disfrutábamos porque era muy graciosa y su lenguaje era muy oriental, con groserías”.  

Todo es especial
--En la UCAB, mi hermana y yo hemos sido consideradas especialmente por todas las autoridades. Hemos visto profesores desde sus inicios y ahora están calvos, gordos y viejos. Lo que ha cambiado es el estudiantado en estos  últimos 15 años, bueno en la calle también. Pero me gusta trabajar con público, a pesar de los cambios en el trato,  pero hay que saber llevar a los muchachos pues la situación debe pesar en su conducta. “La Biblioteca es lo mejor que hay”. Nunca pensé que iba a trabajar en una edificación con esta categoría a la que todo el mundo le gusta. Per añoro la vieja porque allí fueron mis comienzos. Decían que había espantos que salían de noche, comentaban que era algún cura que movía las cosas. El ambiente cerrado daba para eso y más mientras los actuales son abiertos y amplios con aire acondicionado que nunca habíamos tenido, y también trabajamos con mucho optimismo.

Entre tantos afectos, aún me acuerdo del padre Salvatierra, era una bella persona y fue lamentable su muerte, también recuerdo al  padre Arruza. “¡Y cómo no nombrar a ‘los tres ligaditos’ que eran Sandoval, López Casuso y el padre Sucre!”. También quiero mucho a mi jefecito, durante 20 años, que fue Píriz Pérez. Ahora la directora es la profesora Mabel, considero que lo está haciendo bien, aunque tiene poco tiempo, pero con el favor de Dios le deseo mucha suerte porque esto no es fácil, “es un monstruo”, dice manipulando sus manos largas.

Me encanta el Parque Social
--En el Parque tengo muchas amigas; especialmente en Clínica Jurídica, donde me hacen los documentos. Allí están  Mayra Zamora y  Janesky Lehmann, ellas son simpáticas y bellas personas. A Bernardo Guinand lo conocí desde que era estudiante y es “otra bella persona, lástima que se haya ido”. Yo me veo en Santa Inés y voy a la farmacia a comprar los medicamentos.

¿Qué hago en mis tiempos libres?  Pues me voy a la playa porque me encanta el sol, nuestras amigas nos buscan a mi morocha Beatriz y a mí. Y en las vacaciones nos vamos con las sobrinas a Margarita o a Maracaibo donde tenemos a otra hermana y todos los diciembres viajamos a Puerto La Cruz. Mis padres eran de Río Caribe. También me gusta mucho tejer, y como todos-María Fernanda- tengo que hacer las colas para comprar. “¿Qué más, mija, dónde vamos a llegar?”, termina interrogándose la morocha Teodomira, que con su esbeltez y altura parece una guerrera espartana pero aliñada con la  dulzura y chispa oriental.


“Somos pretérito en la Universidad”

Pocos conocen la faceta de los jesuitas investigadores. Rafael Petit les conocía sus rutinas en la Biblioteca, como es el caso de Pérez-Llantada de Derecho; Basilio Tejedor, el lingüista (que no era jesuita); del grupo de Letras también concurrían fray Cesáreo de Armellada, el capuchino  investigador de lenguas indígenas venezolanas y el jesuita Jesús Olza; Arruza, de Filosofía y González Oropeza, el historiador.

"Santa Inés ha calado", dice Rafael
Rafael Petit es otra institución en la Universidad, personas como él, por sus años de ejercicio, no abundan en el campus. Él dice que la morocha le lleva solo 18 meses de ventaja. “Yo sí te puedo hablar de cambios cualitativos y cuantitativos en la Biblioteca. Cuando yo ingresé, el 1 de diciembre de 1977, éramos tan pocos que los dedos de las manos me sobran para contarnos: estaban las hermanas Olivier, la secretaria, la directora. Todo quedaba en el primer piso, salvo las revistas que estaban en el segundo. En el mismo edificio se ubicaban las oficinas del Rectorado, Vicerrectorados, Secretaría y Servicios Generales. Recuerdo que el padre Luis Azagra, del que era su amigo, cuando fue vicerrector administrativo se ponía muy molesto porque subían los estantes en el ascensor. Pero ya tengo planeado jubilarme el año que viene”, comenta en voz baja.

Yo también soy maestro normalista y fue un profesor de la UCAB quien me ayudó a conseguir una plaza en la Escuela Técnica Nacional de Seguridad y Protección Civil ‘Jorge Murat Sayegh’ en la UD3 de Caricuao, en 1994, en el horario matutino. Allí estuve 18 años en funciones como docente, encargado de la biblioteca y en actividades extra cátedra; es una institución premilitar, pero la situación política la cambió y cinco docentes nos acogimos a la jubilación”, dice pensativo.

“La morocha y yo, sí hemos palpado el cambio de la biblioteca manual a la digitalización. Con el padre Salvatierra hubo una transformación en la clasificación, aunque la apertura de las estanterías ocasionó pérdidas al fondo bibliográfico. Con Píriz Pérez creció la colección de libros y se aumentó la adquisición de revistas técnicas y especializadas. Ahora, la profesora Calderín empieza con ideas innovadoras al poner el Centro Cultural al servicio de las comunidades universitaria y externa, que es una política de la UCAB.

Anécdotas entre libros y Fundación Familia y Propiedad

––Había unos jesuitas investigadores (hoy pocos conocen esa faceta) que uno les conocía sus rutinas como es el caso de Pérez-Llantada de Derecho “quien vestía como un caballero inglés, de casimir y gabardina”. Él venía a consultar todos los martes en la mañana; Basilio Tejedor, el lingüista (que no era jesuita), acudía los jueves y viernes en las tardes; del grupo de Letras también concurrían fray Cesáreo de Armellada, el capuchino  investigador de lenguas indígenas venezolanas y el jesuita Jesús Olza. Recuerdo que el padre Tejedor estuvo cinco años investigando para su tesis doctoral y se la publicó la Presidencia de la República pero a él solo le dieron un libro y se quejaba, y yo, tres años después, le traje varias copias que me encontré en una donación de la Biblioteca Nacional al Banco del Libro. Arruza, de Filosofía, venía los lunes; González Oropeza del Instituto de Investigaciones Históricas que antes fue Centro de Lenguas Indígenas venía todas las tardes y se iba en las noches. Él fue asesor de Fronteras del presidente Caldera en su primer gobierno. Y me decía “Si me consigues tal libro (que estaba en un depósito de la donación ‘Simón Planas Suárez’  con fichero aparte), te regalo un cartón de cigarrillos, y yo no fumaba. Era de un humor especial”.

––Cuando asesinaron a monseñor Arnulfo Romero (hoy Beato) en El Salvador, el jesuita Luis María Olaso ofició una misa en el Módulo II, solo había cuatro. Había un grupo de estudiantes, en su mayoría de Derecho, y de clase acomodada, todos muy blancos, que vestían saco y corbata (que era la excepción) y  portaban estandartes con el logo de Tradición, Familia y Propiedad. Mientras Olaso daba la misa, estos gritaban histéricamente “curas comunistas”, y después corrieron hasta el tercer piso. No recuerdo quién fue que me dijo ´Quédate tranquilo que esos son cochinos de pared’.

Parque Social y política

––Yo soy de Antímano y he vivido siempre allí, conozco a la gente de los partidos y las ONG que trabajan en la zona. Cuando se fundó el Centro de Salud Santa Inés UCAB, vi a varios gritando improperios a través de la cerca. Al pasar tres o cuatro años, uno de esos vecinos me preguntó cómo podría ser exonerado para realizarse unos exámenes de urología. Le hice la diligencia y yo mismo lo acompañé el día de la consulta. “Es que el Parque Social y Santa Inés han llenado un vacío en el suroeste de Caracas. Somos privilegiados con tenerlos. Aparte solo están las Hermanitas de los Pobres con buenos servicios de diagnóstico y precios solidarios. Uno escucha en el Dispensario de Antímano o en El Algodonal, que le dicen a los pacientes ‘ese examen te lo vas a hacer en Santa Inés’, y mi esposa y yo, nos vemos también ahí. La gente viene del kilómetro 12 de El Junquito, de la urbanización Kennedy de Las Adjuntas en Macarao, de la carretera vieja de Los Teques, del sector El Matadero; muchos pagan carreras a los choferes de las rutas troncales de La Vega para llegar temprano. Uno lo ve, uno habla con la gente: Santa Inés ha calado”, opina con propiedad.

Rafael dice haberse casado “viejo”, a los 36 años. Tiene un hijo que estudia tercer año de Derecho en el campus y una hija egresada de la escuela de Educación en Pedagógicas. Camina dos o tres veces por semana y comenta “que por la situación que se vive, sale con su esposa a buscar lo poco que se consigue”.

Nos recuerda la foto que acompañó a un artículo de Laureano Márquez en Tal Cual cuando estuvo en Tel-Aviv y había de todo en los anaqueles, y hasta Harina Pan. “En los setenta, muchos querían venirse a Venezuela a vivir y ahora es lo contario; uno conoció a otro país. Esto es lamentable”, afirma Rafael Petit. 


Entrevistas e imágenes: María Fernanda Mujica Ricardo


martes, 21 de abril de 2015

IV Jornadas Ambientales UCAB "La crisis ambiental: ¡un reto para los universitarios!

Por medio de la presente tenemos el agrado de invitarlos a las 

IV Jornadas Ambientales UCAB
"La crisis ambiental: ¡un reto para los universitarios!

A realizarse el próximo 29 de abril desde las 8:00 am en el Auditorio Hermano Lanz. Esta entrega tiene como objetivo fortalecer el eje de sustentabilidad ambiental de la UCAB y promover la cultura de sustentabilidad ambiental universitaria en los ámbitos de docencia, investigación, extensión y gestión del campus.

Este mismo día se realizará la II feria ecológica que contará con la presentación de iniciativas de organizaciones vinculadas con la gestión ambiental y la promoción del Desarrollo Sustentable en Venezuela.

Estos encuentros favorecerán el intercambio y la difusión de información relevante sobre la crisis ambiental en Venezuela y el rol que poseemos como universidad.

Extendemos la invitación especialmente a los profesores de cátedras vinculadas a esta área para que asistan con sus estudiantes, adjunto se encuentra el programa y el documento marco de las jornadas para mayor información.

Es necesario confirmar su participación al correo sustentabilidad.ucab@gmail.com y enviar nombres y apellidos, número de cédula, institución de procedencia y ocupación. La inscripción no tiene costo pero es necesaria para reservar materiales, refrigerios y certificado.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Misa por los enfermos




Conmemoraron la Jornada Mundial del Enfermo y recordaron la importancia de colaborar con los pacientes en Venezuela  




El rector Francisco José Virtuoso presidió la misa en honor al día de Nuestra Señora De Lourdes y en celebración de la Jornada Mundial del Enfermo, instituida por san Juan Pablo II en 1992.



Virtuoso invitó a la comunidad ucabista a elevar sus oraciones por aquellos que no cuentan con los recursos necesarios para salvaguardar su salud. Recordó a la ucabista María Matilde Zubillaga, quien fue directora de la Asociación Venezolana de Servicios de Salud de Orientación Cristiana (Avessoc) y quien falleció recientemente.



Se hizo homenaje a Avessoc, que posee cincuenta centros distribuidos en el Distrito Capital y los estados Miranda, Vargas y Zulia, por su labor de ayuda desinteresada a los sectores de bajos recursos y se agradeció a las empresas y fundaciones, como Fundación Polar y Banco Mercantil, que con su aporte hacen esta tarea posible.



Se contó con la participación de la fundación San Alfonso María de Ligorio, que hizo entrega de las ofrendas en el acto religioso, y con la Hermana Pino, quien dedicó palabras de agradecimiento y exhortó a orar por los necesitados y enfermos. 

Fuente: El Ucabista 

miércoles, 22 de octubre de 2014

Inicio de la planificación estratégica de la extensión social de la UCAB



Organizarse, planificar, pensar, trabajar en equipo con un horizonte único como es el compromiso social de la UCAB, que desde su fundación en octubre de 1953 la caracteriza, y que con el paso de los años creció y se solidificó en el Parque Social UCAB, que es hoy el puente conductor con las comunidades. Pero desde el año académico 2014-2015, con la creación de la Dirección General de Extensión Social Universitaria se necesita que el equipo multidisciplinario que lo conforma establezca estrategias, proyectos e investigaciones cónsonas para dar una mejor respuesta a la difícil situación que se vive en el entorno de la Universidad.

Para ello, un nutrido grupo de la academia y del Parque Social se reunieron el viernes 10 de octubre en la Hacienda La Vega para oírse y sistematizar en conjunto la nueva organización. 

El rector Francisco José Virtuoso instaló la sesión resumiendo de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos en el trabajo social. Seguidamente, Néstor Luis Luengo, Director General de Extensión Social pidió a cada uno de los asistentes, nombrarse y  brevemente definir su campo de acción.

Investigadores del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales presentaron los resultados y recomendaciones derivadas del Proyecto Porticus Caracas (caracterización de las necesidades de comunidades aledañas –Antímano, La Vega, Caricuao, Macarao y Montalbán) y del Proyecto de Juventud (encuesta nacional para la caracterización de la población joven venezolana).  Contenido muy ambicioso e interesante que dio pie a un diálogo fructífero entre todos los profesionales.

En una atmósfera agradable, con los espacios propios para almorzar y compartir, se llegó a la tarde donde en varios grupos interdisciplinarios, pero unidos por focos de atención, se trabajó en común en pro de opciones de mejora para los servicios y programas existentes, proyectos o acciones novedosas (empleando un formato desarrollado previamente por la Dirección de Planificación de la UCAB) en el que se consideraron las siguientes dimensiones: definición de la propuesta –nueva o mejora de la existente-, objetivos, población beneficiaria, aspectos asociados a la organización y conceptualización general. Las mesas se organizaron por las seccionesde educación, salud, psicología, asesoría jurídica, acompañamiento y organización comunitaria, trabajo y emprendimiento, ambiente e infraestructura y comunicación y tecnología. Luego, un vocero por mesa expuso las ideas y conclusiones. 


Este  trabajo continuará con la revisión general de propuestas, elaboración de una primera versión del plan, discusión en equipos especializados y presentación del plan al Consejo de Compromiso Social. Los resultados de esta primera sesión constituirán un insumo para los procesos de planificación posteriores.



Texto: MFMR (con información de la DGES)
Fotos: Ana Páez y MFMR.