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martes, 7 de junio de 2016

DE BECATRAJO A LA NÓMINA DE SANTA INÉS

“Lo que se hace aquí se debería hacer en todos los rincones del país”

Desde hace dos años labora en el Parque Social. Le gusta el deporte y por ello, entrena todos los días, cuando le da tiempo, entre las clases y su trabajo en Santa Inés.

Kevín Leuci es asistente de la unidad de administración, finanzas y recursos humanos del Centro de Salud Santa Inés (CSSI). Su labor consiste en llevar día a día el control de las asistencias del personal, el ingreso de los trabajadores en el Seguro Social, nómina, los cheques de guardería para los empleados, y un sinfín de responsabilidades que conforman esta área. Vive en Juan Pablo, Montalbán, cerquita de la Universidad, tiene veintitrés años de edad y cursa el último semestre de Contaduría en la UCAB.
Hace dos años, cuando estaba en sexto semestre, fue becatrabajo en Proyección a la Comunidad, específicamente del sector La Vega. Luego fue beca en el Área de Proyectos Pedagógicos y Servicio Social con la profesora Guadalupe Vallebona. Llegó a la unidad de administración, finanzas y recursos humanos porque hizo su servicio comunitario en ese departamento. Al finalizarlo le ofrecieron la oportunidad de un contrato. No lo pensó ni dos veces para aprovechar el ofrecimiento de un puesto que le brinda distintos beneficios por su trayectoria gracias a su buena función como becatrabajo. Desde hace dos meses trabaja en la unidad con compromiso y buena actitud en todas las actividades que se le asignan para que la nómina de Santa Inés funcione de manera óptima. Afirma que todos los días se siente a gusto en el Parque. En recursos humanos trabaja directamente con Melissa Hernández y con la directora, Mariana Borges. Por otra parte, en administración y finanzas, con Pedro Carrasco y Rafael Aguilera.

Cuando no tiene que estudiar o repasar para un examen le gusta distraerse y compartir con sus amigos.
  
Admira de manera significativa todo lo que invierte el equipo de Parque Social en cada una de sus áreas. Cuando formó parte del Área de Proyectos Pedagógicos y Servicio Social recuerda con satisfacción todo lo que le aportó a su desarrollo laboral el haber coordinado tantas actividades y proyectos. "Con la profesora Guadalupe, por ejemplo, coordinábamos diplomados de gerencia para que las personas pudieran superarse cada día más. Aquí trabajan profesionales integrales que tienen muy claro lo que ocurre en el país y por ello aportan todo su tiempo y conocimiento exhaustivamente, para brindarle ese tipo de servicio a las comunidades". En su segunda experiencia laboral le asombró la dedicación del equipo de Proyección a la Comunidad, allí comprendió todo el esfuerzo que implica la educación de calidad para la juventud futura del país, así como su relevancia social.  "Lo que ellos hacen ahí es amor a la profesión,  porque no es que tienen el mejor sueldo del mundo, pero hacen un trabajo excelente gracias a la vocación que tienen, y por puro amor al arte como quien dice. Lo que yo admiro de ellos es la disposición de hacer lo que les gusta y es eso lo que los sigue motivando. Aquí el sentido social es lo que más nos motiva, eso es lo que admiro y respeto de la gente que trabaja en todas las áreas del Parque", señala.

Con sus compañeros de trabajo Rafael Aguilera y Melissa Hernández 

 Leuci manifiesta que el Parque Social debería ser un ejemplo de país. "A mí me parece que esto es un ejemplo de lo que podría ser el país para un futuro. Lo que se hace aquí se debería hacer en todos los rincones de Venezuela. Todas las universidades o instituciones deberían tener su Parque Social adjunto que apoye a los sectores más necesitados que se encuentren a su alrededor. Que se cubran todas las zonas para que de esta manera se pueda extender ese apoyo a todo el territorio nacional. El trabajo que hacemos aquí me parece demasiado excelente. Por lo menos en Santa Inés ofrecemos un servicio de calidad de igual manera que en una clínica privada al costo más bajo y económico posible. Es algo que admiro. Las ganas de brindarle ese servicio de calidad a la comunidad. Este es un lugar que marcha de manera óptima a pesar de la crisis que estamos viviendo. Aquí siempre va a funcionar todo. Lo que pasa afuera no tiene que afectar el servicio que se da aquí adentro".
Durante todo este tiempo laborando en el Parque, Kevin ha afinado su apreciación de la realidad que lo rodea. "Me he dado cuenta de cómo en el barrio las cosas se sustentan comunitariamente. Afrontas cómo son las circunstancias de la cotidianidad para las demás personas en relación a la tuya. Hasta que no te subes en un jeep no te das cuenta de eso.  Cuando uno sube a La Vega, por ejemplo, nota la situación en la que se encuentran los colegios. Una casita y una profesora dando clases sin ningún material pedagógico, prácticamente, porque no se tienen los recursos. Te rompe la burbuja de la clase media y ves más allá de tu día a día. He desarrollado mi percepción."
Afirma con un gesto de agradecimiento que trabajar en el Parque le ha brindado la oportunidad de ser más organizado y de crecer más profesionalmente. Al mismo tiempo señala que desea seguir aprendiendo hasta que el futuro le depare otros caminos. Invita abiertamente a todos los profesionales a que inviertan su granito de arena aquí en el Parque Social. "He aprendido a ser más organizado a la hora de aplicar mi carrera en distintos ámbitos. Lo comprendí trabajando en Proyección, luego en el área de Proyectos Pedagógicos, y más aún con toda la responsabilidad que llevo trabajando en Santa Inés. Aquí hay muchísimo material que explotar. El Parque tiene sus puertas abiertas para que cualquier profesional pueda venir a desarrollar sus aptitudes para aportar su granito de arena con las comunidades, sin ningún tipo de restricción, aquí siempre va  a dar un aporte."

Entrevista y fotos: Odette Little

lunes, 2 de mayo de 2016

PROYECCIÓN Y RELACIONES COMUNITARIAS EN LA PARTE BAJA DE LA VEGA


 “Soy más humilde gracias a mi relación con la gente de la comunidad”

Los sancochos comunitarios que se realizan en la parte baja de La Vega, son la excusa perfecta para compartir un buen almuerzo en compañía de niños y adultos mayores.

Marielita González es tachirense, de un pequeño pueblo llamado San Pablo, cercano a La Grita y a Queniquea, lugar de nacimiento de Eleazar López Contreras. Desde que llegó a Caracas hace cuatro años, comenzó a trabajar en el Parque Social UCAB gracias a su vinculación con la Asociación Civil Huellas, una obra de la Compañía de Jesús. Siempre ha estado relacionada con el trabajo de Pastoral desde que vivía en el Táchira, lugar en donde se graduó de Educación mención Geografía y Ciencias de la Tierra en la Universidad de Los Andes. Actualmente es coordinadora de la Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias para la parte baja de La Vega, en  dos centros de atención, uno en Casa de los Muchachos ubicado en San Miguel, en el sector El Petróleo, y el otro situado en Los Cangilones.

Marielita se encarga de coordinar cinco líneas de acción: una es la línea pedagógica, en la misma se desarrollan actividades curriculares con niños y adolescentes, como tareas dirigidas o actividades de refuerzo escolar, en las cuales se fortalecen las áreas de lectura, escritura, matemáticas, entre otras; al mismo tiempo que un sin número de actividades extracurriculares, fomentadas por clubes tales como club de deporte, club de ecología, y el club de niños poetas. Por otro lado se encuentra la línea de Pastoral, a través de la misma se realiza catequesis de comunión y de confirmación los fines de semana, en conjunto con el Grupo Juvenil Huellas. Ambas líneas de acción se proponen visitar las casas de los vecinos de la comunidad todas las tardes para conocer sus necesidades y vivencias. Las visitas, en el ámbito de pastoral y pedagógico, se ejecutan para conocer el entorno familiar de los habitantes de la comunidad. En la cancha deportiva de la zona se realizan sancochos comunitarios una vez cada trimestre y ese mismo día se realizan actividades con niños y se juega dominó con los adultos. Es una invitación abierta. Esto último forma parte de otra línea de acción: la comunitaria.

Entre los miembros del equipo de trabajo que laboran en el sector San Miguel se encuentran Joselis González, coordinadora de la línea pedagógica y licenciada en Educación Especial mención dificultades para el aprendizaje. María Elena Camejo o Mayu, como la llaman quienes la conocen, ha trabajado desde hace quince años como cocinera en San Miguel. Es fundadora de Casa de los Muchachos y forma parte de la línea comunitaria por ser la historia viva de la casa y el enlace directo con el barrio. Igualmente, dos estudiantes que forman parte de la Comunidad de Universitarios Padre Alberto Hurtado, un programa de formación en valores cristianos y liderazgo social para jóvenes del interior del país promovido por el Movimiento Juvenil Huellas,  Franco Ruiz y Samuel Nario (uno, estudiante de Ciencias Pedagógicas, y otro, de Sociología), se desempeñan como facilitadores de la línea de pastoral entre semana.

Joselis  y Marielita regalan sonrisas en el Parque

En los Cangilones labora José Viloria, técnico superior en Educación Integral, perteneciente a la Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias de la Universidad como coordinador pedagógico. Los cupahistas, Gabriel Torres, Alejandro Parra y Ender Díaz, actúan como facilitadores de todas las actividades entre semana y fines de semana en pastoral. En ambos sectores trabajan los pastoralistas Juan Andrés Quintero y José Manuel Gómez, ambos jesuitas, y estudiantes de filosofía de la UCAB.

Aparte de esas líneas, hay una que tiene que ver con el acompañamiento a los grupos organizados: “Nosotros nos reunimos constantemente con el consejo deportivo y también con el consejo comunal para acompañarlos. Revisamos los cronogramas y los talleres de formación que nos piden ellos. De hecho en este momento estamos realizando el programa Foco del Centro Gumilla, con la gente del consejo deportivo. Entonces es un trabajo bastante amplio, que no hacemos solo desde Proyección a la Comunidad sino que también se hace desde la Asociación Civil Huellas, la cual está en alianza con la Universidad. “Yo me encargo de dirigir la logística de ambas direcciones, las que se organizan desde Huellas y las otras que se hacen desde la Dirección de Proyección. Más todas las actividades que se realizan en la Universidad que puedan beneficiar a la comunidad o viceversa”, afirma.

Marielita comenta que una de las cualidades que ha desarrollado trabajando en estos sectores ha sido la humildad. "Siento que soy más humilde ahora. Cuando tú te relacionas con la gente del barrio, cuando tú ves como viven y sabes cómo se sienten, te cuestionas también tu vida y entras como en una profunda reflexión de lo que estás haciendo con ella. A veces uno se queja por todo, y uno sabe que dios nos ha regalado oportunidades distintas que a esa gente de la comunidad, y eso te hace más humilde."


Marielita González
Le gusta ver películas en casa, rencontrarse con sus familiares y amigos, bailar toda la noche hasta el cansancio, y comer dulces.

Entrevista Odette Little
Foto María Fernanda Mujica

lunes, 25 de abril de 2016

PROYECCIÓN Y RELACIONES COMUNITARIAS EN ANTÍMANO



Educar es transmitir valores


Un trío que trabaja con 200 muchachos

Verónica Netto siente que la educación no va sola, va enlazada al ámbito social pues “Educar implica la acción por el otro transmitiendo los valores que impulsa la UCAB en su formación, pues para entender el niño y su entorno hay que adentrarse en la comunidad donde vive”.
Quien así de clara está en lo que es su profesión, es Verónica Netto, educadora en la mención preescolar y quien trabajó en lo que ahora se llama Educación Inicial, diez años, en el mismo colegio donde estudió su primaria y  bachillerato en el Teresiano de El Paraíso. “Desde el primer año de carrera empecé a trabajar”.

Verónica tiene una trayectoria de trabajo profesional social bien extenso. Recuerda su trabajo con Erika Andrade en la capacitación para maestros, directivos y personal administrativo para escuelas de Antímano, La Vega, San Agustín y Las Mayas, cuando aún no se había reestructurado la Dirección en lo que es hoy Proyección y Relaciones Comunitarias. “Con los cambios, mi labor se concentra en la Línea del área Pedagógica donde se diseñan los recursos didácticos, en la escuela Inicial, Básica y Bachillerato. Nos abocamos a trabajar en los colegios 17 de Diciembre y La Creación en el sector Santa Ana de Antímano donde dictamos talleres, apoyamos a la comunidad en temas formativos junto a la Línea de Desarrollo Integral, que lo lleva la psicóloga Kledys Chavarri, y para los adultos programamos ofrecerles el servicio de Clínica Jurídica.

Netto está adscrita a la escuela de Administración y Contaduría donde lleva el Servicio Comunitario. Y en el diálogo vuelve a reafirmar su opinión sobre el papel del educador “Los programas que llevamos a la práctica en las comunidades es formación social, y como educadora apuesto por dar servicio a los otros, a través de la enseñanza, que es mi área”.
Los orígenes de la actividad profesional de Verónica en el ámbito social fueron en la dirección de Pastoral de la UCAB cuando la dirigía Ricardo Márquez, allí ella conducía Liderazgo Universitario para América Latina, y con los jóvenes ucabistas ignacianos subían a La Vega. También formó parte de Universitarios en Misión con profesionales de la talla de Sheila Goncalves, Pily Méndez y Johany Carpio. Explica Verónica que la formación en liderazgo ha crecido bajo el programa Brújula Juvenil que lo lleva Cerpe, y no solo está en La Vega, como siempre estuvo, sino que ha llegado al IUJO en Catia, el colegio San Ignacio y UCAB Guayana.
Su equipo está integrado por dos becatrabajo, Víctor Medina de Administración y Contaduría y Stefanny Fernández de Ingeniería. Junto a ellos llevan a 200 muchachos talleres, clubes de Lectura, Escritura, Matemáticas, el programa de Divirtiéndonos con la Ciencia y el trabajo cooperativo o en valores, en ambos turnos.

Profesional y madre

Atleta en la familia

Verónica Netto tiene un hijo de 12 años que estudia en el colegio Teresiano, el mismo donde ella se graduó. Se llama Daniel Eduardo y forma parte de la Federación de Natación del Distrito Capital, por lo que diariamente, aparte de estudiar, debe hacer dos horas de natación y una hora de entrenamiento físico, actividades a las que su abuela regularmente lo lleva.  Por eso si los sábados hay entrenamiento, Verónica mamá acompaña a Daniel, y los domingos van juntos al cine y también elaboran postres.
Para ella, el problema del país amerita una reestructuración del sistema cultural por valores de convivencia: ese debería ser el reto de todos, dice para finalizar.

Entrevista María Fernanda Mujica Ricardo
Fotografías Odette Little




miércoles, 13 de abril de 2016

PROYECCIÓN Y RELACIONES COMUNITARIAS DE LA UNIVERSIDAD


Diez años trabajando por la comunidad


Trabajamos por Venezuela

Considera que ayudar a los demás significa ayudarse a sí mismo, lo cual significa una herramienta efectiva para el cambio social.

Omaira Torrealba empezó a ser voluntaria siendo estudiante porque como define ella “Principalmente  soy maestra por vocación, me encanta toda la parte educativa, me encanta trabajar con niños, con adolescentes, porque además es una experiencia de auxiliar a otros mientras te ayudan  a ti, es un ganar ganar. Esa vocación  de maestra desde muy pequeña es lo que me atrajo  a venir a Voluntariado y trabajar con niños como tal”.
Considera que existe ignorancia sobre el compromiso social por el miedo a lo desconocido “Una vez que uno se mete en este mundo ya prácticamente no hay vuelta atrás.  Ser voluntario es un aprendizaje constante porque enseñas mientras aprendes, y ayudas mientras te ayudan, entonces realmente eso no tiene precio. Vale la pena ayudar al otro, que la gente te conozca y te haga crecer como ser humano, es algo  significativo tanto en este país como en cualquier otro lugar”, alega.

Omaira es educadora, mención ciencias pedagógicas 

Su trayectoria en el voluntariado empezó en el año 2005 cuando estaba en el tercer año de la carrera de Educación en la UCAB, hasta que se graduó en el año 2007. Luego, a partir del 2009 se inicia como organizadora pedagógica en Casa de los Muchachos en La Vega para luego ejercer como  coordinadora general de la parte baja de este mismo sector. Cuando finaliza su carrera, decide hacer una especialización en Gerencia de Proyectos y es a partir de ese momento cuando se vincula desde un área un poco más amplia “No solamente a hacer ese trabajo de hormiguita que es muy importante, enseñar al niño o estar ahí con la parte educativa, sino también poder ver qué proyectos a nivel macro  podemos trabajar con ellos”, afirma.   

Ella se ocupa de que se logre la misión y los objetivos de la Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias. Los coordinadores de cada sector le informan sobre los trabajos que se han realizado en las  comunidades y colegios, para luego medir a cuántas personas se han atendido, la eficacia de las actividades, cuáles han sido los éxitos que se han alcanzado a mediano y  largo plazo e igualmente de visibilizarlos.
Considera que su equipo de trabajo es toda la gente que labora en la Dirección, en especial dos de sus compañeras;  Pili, quien coordina el voluntariado UCAB y Yaneliz, quien dirige las comunicaciones de la Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias, ambas la escuchan y  trabajan con ella muy de cerca  en la planificación  y evaluación de los proyectos que se hacen con los voluntarios de la Universidad. 

Pily y Omaira gestionan proyectos eficaces

Muchas han sido las anécdotas que ha reunido Omaira en estos diez años como voluntaria y trabajadora social. “He tenido numerosas experiencias durante toda mi trayectoria, aprendizaje e historias. Tengo muchísimas, de hecho estoy escribiendo unas memorias de lo que me ha pasado, anécdotas con mis muchachitos desde que soy voluntaria, tengo un aproximado de cien historias cortas y espero algún día las demás personas las puedan leer, reírse y llorar como lo hice yo en mucho tiempo. Creo que el trabajo que hacemos aquí es duro”.

Afirma que el trabajar por la comunidad es lo que la impulsa a esforzarse todos los días en el Parque. “A mí me motiva el trabajar por el otro y además que en esta Dirección se labora excelente porque el equipo es maravilloso y muy dado a ocuparse con mucha entrega, entonces eso también me motiva a seguir aquí.  Además  de notar  las consecuencias;  porque los niños van creciendo, se hacen adolescentes  y dejas de verlos  en el momento que comienzan a estar con otro coordinador, percibes  los frutos  que vas obteniendo.  Me motiva ver los resultados, algunos a corto y a largo plazo  pero sé que están ahí  eso es lo que me anima”.

“Yo creo que nosotros con el trabajo que hacemos diariamente  estamos construyendo país.  Y la mejor parte es que no estamos solos,  sino que invitamos a  otros  a que también vengan  a realizar esta labor que es el trabajar, el ayudar  al otro desde lo que sabes hacer. Somos un puente entre la Universidad y la comunidad por esta razón somos un punto de encuentro  para que todo esto surja”, finaliza. 

Docencia digital

Para Omaira Torrealba caminar al aire libre es una manera de meditar. En su tiempo libre le complace ver series de TV, algunas de sus favoritas son The Walking Dead y Grey’s Anatomy. Actualmente es coach de formación docente en el plan Aulas de Fundación Telefónica, un proyecto de inclusión digital que promueve el uso de las TIC’S como herramienta esencial para la mejora de la calidad educativa.

Entrevista Odette Little
Fotos OL.

viernes, 1 de abril de 2016

PROYECCIÓN Y RELACIONES COMUNITARIAS DE LA UNIVERSIDAD

 Acción social universitaria

“No solo el saber profesional es lo que contribuye, sino el saber de la comunidad”  

Nanciely Arráiz, socióloga egresada de la UCAB, conversó sobre el trabajo comunitario, sus motivaciones para dedicarse a ello, y el por qué recomienda al estudiantado ucabista integrarse al voluntariado


Una socióloga abocada a la comunidad

La dirección de Proyección  y Relaciones Comunitarias de la UCAB, lleva adelante un proyecto en alianza con Fundación Telefónica, llamado Proniño, su propósito es crear un enlace entre la Universidad Católica Andrés Bello y las distintas comunidades, para  promover proyectos de transformación social y cultural; dirigida a niños, adolescentes e igualmente a personas con necesidades especiales. Desde hace siete años opera esta iniciativa, la cual ofrece diferentes actividades pedagógicas, deportivas, recreativas, culturales, y de esparcimiento.

Nanciely Arráiz, socióloga egresada de esta casa de estudios, trabaja como coordinadora de dicho programa. Su actividad consiste en organizar la logística de los proyectos que se desarrollan específicamente en el colegio Don Pedro, Fe y Alegría, ubicado en San Agustín del sur. Ella manifiesta que "la vinculación social entre la UCAB y las comunidades debe ser un compromiso primordial, ya que la misma conecta a profesionales y estudiantes con las comunidades aledañas".

La coordinadora  indica que su motivación es proporcionar un beneficio y gratificación a la gente. "Saber lo que sienten, lo que piensan, y cómo se manifiestan, ya que las sociedades cambian constantemente, al mismo tiempo que sus necesidades. Lograr hacerla escuchar sus intereses, sus motivaciones y visiones. Todo esto significa cristalizar a las comunidades frente a la colectividad universitaria".

Hoy colabora un gran equipo de personas interesadas en ayudar a estos sectores. Entre ellos, Ana Durán; una estudiante de noveno semestre de Ingeniería Industrial que labora como becatrabajo y se encarga de todas las diligencias administrativas del proyecto. Ya sea registrando a los estudiantes, haciendo el listado de niños beneficiarios, o en ocasiones apoyando en las actividades que realiza el estudiantado con la Ley de Servicio Comunitario; o a los voluntariados de cada una de las escuelas, quienes son los actores principales de esta iniciativa.

Profesores, egresados, y hasta las personas que laboran en el mantenimiento de Parque Social ayudan a la causa. "Hay un grupo de Proniño que trabaja en Antímano, parte alta y baja; otro grupo, en la parte alta y baja de La Vega, y otros que trabajan en las Mayas. Colaboradores que trabajan en Catuche, Carapita, y San Agustín del Sur. El proyecto labora en algunos colegios y liceos de estos sectores. Visitamos a las comunidades los días miércoles de cada semana, y dependiendo de la dinámica del colegio y la dinámica del Parque se realizan las actividades".  

Entre las labores que se desarrollan en el colegio Don Pedro se encuentran los talleres de promoción de Liderazgo, llamado Comunimoit (Modelo de la Organización Internacional del Trabajo). Una iniciativa en la que enseñan a estudiantes de primero a tercer año todo lo relacionado con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y aproximaciones para la erradicación del trabajo infantil. En gran medida desarrollada por voluntarios de escuelas como ciencias sociales, derecho y educación para formar niños de primero a tercer año, en oratoria, buena postura, etc. Los miércoles en la mañana se dictan técnicas de estudios a los niños de 6to grado, y al mismo tiempo se dicta el taller ¿cómo mejorar mis notas? en el que se ofrecen herramientas para mejorar las habilidades en el estudio, dirigido por estudiantes de psicología, también en este mismo horario. De igual manera, se realizan actividades deportivas como kickingball y futbol, a los niños de 5to a 6to grado, con estudiantes de distintas carreras. También los chicos asisten a la sede de la UCAB Montalbán para asistir al plan vacacional o a la sala infantil que se encuentra en el Centro Cultural Carlos Guillermo Plaza de la Biblioteca de la UCAB. Próximamente se realizarán actividades de refuerzo escolar. Asimismo, se enseñan técnicas de estudios a niños de 6to grado los miércoles en la mañana.

En su formación con el programa, Nanciely ha aprendido que el saber popular es una gran herramienta para la acción social. Señala que "no solo el saber profesional es lo que contribuye, sino el saber de la comunidad, los intereses de la gente, lo que vive y siente la gente". Esto ha reforzado sus esfuerzos como socióloga. Aclara con énfasis que "desconocer el saber popular es gravísimo para hacer proyectos sociales".

Entre los factores que la han motivado a seguir trabajando arduamente con Proniño, está el de poder crear actividades nuevas con las comunidades, constantemente, para ellas y a partir de ellas, uno de los más importantes. "Poder conocer distintas personas, explorar distintos lugares (eso me fascina), ya que cada comunidad tiene sus características diferentes (me gusta eso), ver y sentir lo que padecen". Además comenta que "ver a los niños del colegio, representando diversos temas a nivel mundial, gracias a los Modelos de las Naciones Unidad (MUN), escuchar a los chamos defendiendo una postura, teniendo una buena oratoria, una buena exposición, eso me ha impactado mucho. Ver la relación tan armoniosa que puede existir entre los estudiantes y los niños es digno de admirar. Además de conocer a toda esa gente que esta avocada a una misión y a un visión, son algunas de las experiencias satisfactorias que he recibido".


Por último, la socióloga recomienda ser parte del voluntariado, porque "se logra adquirir un gran bagaje en cuanto a cómo tratar con las comunidades e irrumpir con muchas cosas, salir de la zona de confort, y darse cuenta de que existe otra realidad. Como lo comenté anteriormente, las comunidades son variadas, te enfrentas a muchas cosas que pueden cambiar de un día a otro, enfrentarte a esa variabilidad de gente que siente, que enfrenta y que padece es lo mejor de esta experiencia, se lo recomendaría a muchas personas".  Indica que están completamente invitadas todas aquellas personas que tengan esa inquietud de querer conocer más allá de su propia realidad”, finaliza. 



Nanciely sube montañas
Es una joven caraqueña. Entre sus pasatiempos se encuentran leer, ir al cine, trotar,  y subir El Ávila. Su género musical  favorito es la salsa. Entre sus metas está hacer una especialización en política para poder  lograr su sueño de hacer trabajo comunitario en cada rincón de Venezuela. 
Ana Durán es la mano derecha del proyecto




Entrevista Odette Little
Fotos MFMR  y OL.    


martes, 28 de julio de 2015

Mardon Arismendi “La pasión nos lleva a hacer de la vida una obra de arte”

Una caja de sorpresas brota del equipo humano de Estilos de Vida Saludable del Centro de Salud Santa Inés, con ellos cuatro finalizaremos nuestras entrevistas por este año académico.

Mardon Arismendi es sumamente joven pero su historia de vida es como la de un viajero de mucho andar. Es barinés del pie del monte andino, nacido en “El Tesoro”. Tiene dos hermanas con formación post universitaria como él, gracias a la educación de su padre, artista plástica y autodidacta, y de su madre que es promotora cultural. “Mi papá fue el único que obtuvo la licenciatura en la Misión Cultura en alianza con la Universidad Simón Rodríguez, después hizo su maestría y ahora cursa el doctorado en Filosofía en la Universidad de Los Andes. En el hogar, mi mamá ha sido la del apoyo emocional. Ella es muy solidaria. Fue jugadora de fútbol y boxeadora en su ciudad natal, Barranquilla, de la que tuvo que emigrar a Venezuela”.

Mardon es egresado de la escuela de Letras de la UCAB y estudió el bachillerato en el colegio San Javier del Valle Grande en Mérida “donde enseñaban de verdad los valores de solidaridad y me fueron inculcados para toda la vida. El internado me cambió radicalmente”.

El mismo explica que su familia no es la típica en Barinas, ya que el estado no cuenta con políticas públicas culturales y está situada en un contexto rural, pero su papá –con otros intereses- creo una Fundación Cultural con su mismo nombre “Mariano Arismendi”, desde hace más de 30 años, y en otros tiempos democráticos recibió subsidios y también de la Unellez, pero hoy “criminalizan estas ONG y estamos en búsqueda de otros financiamientos”, cuenta este joven de 28 años, alto, de lentes, cabello negro lacio y tez morena, que ha obtenido premios nacionales de literatura.

Las marcas de San Javier y del padre
––Mi papá nos inculcó el hábito de la lectura y el estudio. A mis hermanas y a mí, nos ponía como disciplina leer desde las 5 hasta las 6:30 de la mañana y después teníamos que resumir lo que habíamos entendido del libro y la síntesis se la tirábamos debajo de la puerta de su cuarto. “Recuerdo que yo escogí leer, a los ocho años, O inventamos o erramos de Simón Rodríguez y no comprendí nada, pero avispaba la imaginación pues ‘leer es ver el mundo de otra manera’. Después nos íbamos a la escuela, hacíamos la tarea y éramos libres para jugar. Yo practico fútbol y baloncesto desde pequeño, y he participado en varios maratones”.

Nuestra escuela en “El Tesoro” era sana y buena. La mayoría de mis compañeros, al terminar el 6to grado, se iban a trabajar al campo.  Yo mismo decidí irme al internado de los jesuitas en Mérida, allí egresé como técnico medio en Tecnología de la madera. Durante el bachillerato pasé por los talleres de herrería, agropecuaria y ebanistería. Entre los 15 y 16 años quise iniciarme en la Compañía de Jesús, pero después me di cuenta que también a través de la escritura podía ayudar al prójimo.

“La escritura tiene un poder de cambiar las circunstancias humanas en un ambiente determinado. Yo asumí el contexto social y me ayudó que conocí en San Javier a gente de todas partes del país y entendí que a través del conocimiento tenía la oportunidad de crecer”.

Y continúa Arismendi, tratando de narrar sus experiencias. Dice que se quedaba en vacaciones como voluntario en el internado, pues con las elaboraciones de  las ebanisterías que se vendían “sacaban el colegio económicamente adelante”.

Hilando el futuro
Mardon obtuvo una beca del grupo Huellas de la Compañía de Jesús para estudiar Ingeniería Civil en la Universidad Católica Andrés Bello, pero al mes ya había pedido cambio para Letras. “Fue una carrera maravillosa con profesores y compañeros  excelentes”. Allí hizo dos grandes amigos que son escritores: Carlos Colmenares Gil y Víctor Alarcón. “Los tres creamos el Círculo La Oruga para leer y acribillar nuestros propios textos lo que a nivel literario nos ayudó mucho”.

Mientras estudiaba la carrera vivió en La Vega, en los barrios San Miguel (sector El Petróleo) y en Cangilones y también en El Guarataro. Mucha actividad voluntaria hizo y “aunque era mi misión, la gente de esos sectores me enseñó mucho. Yo, el trabajo, lo hacía con pasión y fue genial pues me abrió las puertas para dedicarme a la educación de niños y adolescentes. La gente era muy cálida y cercana, con cualidades más buenas que negativas, porque lo malo allí proviene del entorno (violencia, drogas). Y pasé así cinco años viviendo en los barrios y pensé en integrarme a la Compañía de Jesús pero me enamoré. Los seres humanos somos mucho más de pasión que de razón, pero esta última tiene muchos lugares en la sociedad. Como escritor, la razón es lo convencional en una sociedad mientras que la pasión es la que nos mueve a ser brillantes, ella nos motiva a hacer las cosas con ímpetu y a hacer de la vida una obra de arte”.

Para Mardon la pasión se transforma en actos de fe para que las situaciones sociales adversas mejoren. Y en busca de otros aprendizajes, gracias al dato que le pasó una amiga, aplicó para ser voluntario en Hamburgo en Alemania con la ONG AFS, para ayudar en un colegio de bachillerato intercultural donde estudiaban adolescentes refugiados que provenían de hogares con maltrato. “Fue una experiencia muy interesante, fue tan hermosa para plasmarla escribiendo. Y también tuve muchísimo tiempo para leer y escribir”.

Le preguntamos si aprendió bien el alemán y dice que sí pues aunque le ofrecieron un curso de la lengua más largo este duró solo de dos meses, pero implementó otros modos de estudiar. Uno es que oía música en alemán y como mínimo aprendía diez nuevas palabras por día, también leía cuentos infantiles y los traducía, y el enamorarse de una alemana lo ayudo aún más a mejorar el idioma. “A los seis meses ya hablaba con fluidez y al año lo hacía mejor. Ayuda aún más oír todo el día el alemán en la calle y ver televisión poniendo especial interés en las cuñas publicitarias”, explica Mardon.

“La experiencia en Alemania me hizo organizar mejor mi trabajo profesional. Ellos son disciplinados y analizan todo. En el colegio apoyé en la cátedra de español y constaté el avance de los alemanes en educación. Quizás haya otras posibilidades para mí en ese país”.

Estudios y presente
Al regresar a Venezuela, Mardon cursa la Maestría en Comunicación para el Desarrollo en la Católica y piensa prontamente hacer un Doctorado en Ciencias Económicas. Recuerda que cuando estudió Letras formó parte de Proyección a la Comunidad como voluntario y allí “aprendí muchísimo”, dice.

Su primer trabajo fue en la Subsecretaria de Atención Social de la Gobernación del Distrito Federal, en el 2012. “Mi papel fue organizarla. Al principio hubo mucho recelo. Mi labor consistió en dignificar la atención a las personas discapacitadas, en situación de calle y ofrecer ayudas económicas a individuos en situación de riesgo en el área de la salud”. Al año siguiente, Mardon laboró en Comunicaciones internas del Ministerio de la Cultura con la finalidad de que los 27 entes adscritos se enlazaran. “Esta experiencia me permitió conocer a gente muy valiosa que apoyan a la cultura más allá de las circunstancias políticas”.

El Centro de Salud Santa Inés solicitó por concurso una plaza para crear proyectos en salud, el cual ganó y fue llamado por Bernardo Guinand. Ya en julio cumplió siete meses como coordinador de Estilos de Vida Saludable y “este es el trabajo donde he podido desarrollar con más ímpetu los programas sociales que brindan la certeza de que la ayuda mediante la solidaridad y la dignidad que merecen las personas será totalmente eficiente. Cuento con un gran equipo para gerenciar proyectos sociales: la jefa anima y motiva. Espacios como este, yo los cuido mucho pues son sagrados para mí. Así como estuve feliz en Alemania, ahora en mi país, estoy totalmente feliz. Estar aquí me ayuda a creer en Venezuela y deseo motivar a que surjan más y más iniciativas como estas para que pueda desarrollarse. Ojalá que más adelante pueda asesorar con la ayuda de la innovación tecnológica y la comunicación”, finaliza nuestro último entrevistado por este año académico.

Deseamos que muchos profesionales como Mardon, quieran, como se dice coloquialmente, “echarle un camión para hacer avanzar a Venezuela.


Texto de María Fernanda Mujica Ricardo

Fotos de Ana Gabriela Páez Linares

viernes, 24 de julio de 2015

Andreina Aparicio, siempre enfocada en aprender

Andreina Aparicio es la coordinadora de Salud Sexual y Reproductiva del Centro de Salud Santa Inés (CSSI). Es educadora de formación en la mención de Ciencias Pedagógicas y posee más de 10 años de experiencia en el tema. Se graduó en la UCAB en el 2002 y desde enero forma parte del grupo de trabajo de Estilos de Vida Saludable del CSSI.

Actualmente su actividad está enfocada en el Programa Tú Decides del Servicio Diferenciado de Adolescentes que ofrece Santa Inés. Aunque este, principalmente, está orientado a la atención médica especializada, se ha incorporado el servicio de orientación a los jóvenes. En este momento reciben hasta cuarenta jóvenes por semana. Andreina, además, es el enlace cuando hay que referir algún caso a la Unidad de Psicología.

Adicionalmente se encarga de formar orientadores en el área de la salud sexual y reproductiva. Experiencia que inició con la colaboración de estudiantes de educación de la UCAB y docentes de Fe y Alegría con el propósito de reforzar la información que ya tenían en temas de sexualidad y encontrar las herramientas para aplicarlas en sus espacios de trabajo.

Comenzó a trabajar como docente cuando era estudiante de la universidad, en las materias de Educación para la salud y Psicología para cuarto año de bachillerato en un colegio que quedaba cerca de su casa, en Bello Monte. Después de este período hizo sus pasantías en el Ministerio de Educación, en el  departamento de Recursos para el Aprendizaje donde su función era recopilar información del uso de las TIC en el área educativa en las universidades.

En el 2002, seguido a esto y una vez graduada estuvo laborando en la organización Pro Salud, específicamente en el servicio de atención telefónica. Andreina era facilitadora de información en temas de salud sexual y reproductiva y después pasó al área de medios, manejando la página web y coordinando el contacto con los medios de comunicación.

Para el 2008 se muda a Valencia con el propósito de realizar un posgrado en la Universidad de Carabobo. Estuvo viviendo en esta ciudad durante seis meses y reconoce no haber logrado adaptarse a ella. Regresa a Caracas y comienza a trabajar en el área de Responsabilidad Social de una empresa privada.

Se incorpora, en el 2009,  a PLAFAM, que es una organización vinculada a temas de salud sexual y reproductiva pero con atención médica. Y,  al cabo de un tiempo fue nombrada coordinadora de una de las clínicas que posee esta ONG.  Estuvo trabajando allí hasta el 2014; el último cargo que ocupó fue el de coordinadora docente, donde se encargaba de los cursos que se dictaban a profesionales desde este centro, específicamente a médicos.

En enero de 2015 se postuló para el cargo en el Centro de Salud Santa Inés y desde entonces se desempeña como Coordinadora del área de Salud Sexual y Reproductiva.

Andreina resume su experiencia en estos siete meses en Salud Santa Inés como enriquecedora porque ha visto de cerca casos que requieren de una asesoría profesional y de ayuda no solamente económica, sino de un acompañamiento. “La vida es un constante aprendizaje, estés donde estés” dice. Reconoce que en el CSSI se aplica el trabajo en red y de esta manera, unas a otras instituciones se apoyan para ayudar por encima del todo al paciente.

Fuera del trabajo Vive con su mamá y su hermana. En su tiempo libre va al cine y le gusta dibujar.

Se considera una persona adicta a los crucigramas y en sus trayectos de metro, desde su casa al trabajo y viceversa, le gusta leer. También le interesa la gastronomía y ha hecho curso de barista de café, entre otras inquietudes que va cumpliendo.

Entrevista y fotos: América Cañizález

miércoles, 15 de julio de 2015

“Mi partido político es el de Jesús de Nazareth”

Marianella De Faria trabaja en una pequeña oficina donde, día a día, recibe a personas que acuden a ella a pedir ayuda. Es la encargada de Apoyo al paciente del Centro de Salud Santa Inés. “Aquí se renueva la esperanza diariamente”, dice.

Aunque su apellido es lusitano, sus raíces son judías. Su papá fue un holandés que llegó a Venezuela huyendo de los horrores de la Segunda Guerra Mundial y sus abuelos fueron judíos conversos. “Siempre ha existido ese juego de llamar primos a los De Farías, Farías y quienes tengan apellidos parecidos al mío”, y fue precisamente por esta costumbre que conoció a la otra familia De Faria venezolana. “Hay gente que me pregunta que si soy familia de la actriz María Gabriela De Faria y yo les digo que no. Ellos son de Madeira y mi familia no tiene nada de portuguesa. No sería raro tener un Vassberg escondido por ahí.”

Es conciliadora, histriónica y hace lo posible por ayudar a todo quien llegue a su oficina en busca de soluciones. “Siento que por lo menos la escucha activa y ‘el bracito’ (dice refiriéndose a un gentil contacto en el brazo del interlocutor) crean bienestar y hace que quien acude a esta oficina se sienta atendido, o por lo menos entendido.”

Egresada ucabista
Marianella tiene estrechos lazos con el colegio San José de Tarbes, de donde se graduó de bachiller; es egresada de la escuela de Educación de la UCAB, mención Ciencias Sociales, y cursó una maestría de Historia de la Américas. Tiene 30 años ejerciendo como educadora y nunca se ha desprendido de la comunidad. Fue maestra en escuelas de la comunidad e inclusive fungió como directora.

Incursionó en el mundo de las ONG con la Fundación Siembra, en el barrio Kennedy, trabajando en el área de proyectos sociales. Es profesora de historia en la Unefa, en la sede de la Colonia Tovar y en octubre le ofrecieron unas horas como profesora de bachillerato en el colegio San José de Tarbes.

Llegada a Santa Inés
Se enteró de la vacante en el centro de salud por un boletín de Avessoc, reenviado de un escrito de Carolina Fernández. “Cuando leí lo que buscaban dije ¡Esto es para mí!, porque el cargo define a la persona.” Marianella considera que tiene vocación de servicio y cuenta que, desde siempre, disfruta de hacer conexiones para ayudar a los demás. “Si veía en un boletín de RedSoc que en algún lugar necesitan un especialista médico, y yo conocía a alguien, le pasaba el contacto. Si veo que buscan un periodista, te escribo porque te sirve”, dice.

Sobre su trabajo opina que siempre se puede ayudar a la gente. “Sin paleativos, podemos dar soluciones concretas con lo que se tiene. Se trata de resolver y siento que este cargo permite ayudar a solucionar problemas. Siempre hay que darle a las personas una palabra de esperanza.” Con una sonrisa afirma: “Aquí me están pagando por hacer lo que me gusta”.

“He tenido una gran vocación de servicio como educadora y como venezolana. Me duele Venezuela y no me planteo la migración porque creo que podemos hacer algo para mejorar.”

¿Qué inspira a Marianella De Faria?
--¿Qué me mueve? Ser buena noticia. No me las sé todas y por eso debo reinventarme cada día.

»Esto es un equipo que está dando respuestas, no soy yo sola. Aquí vienen a preguntarme cosas y les respondo ‘Yo no soy doctor, vamos a preguntarle a quien sepa.’ Lo que hacemos aquí es gracias al trabajo en equipo, porque hay más eficiencia si hay integración.

»Soy una mujer de fe, creo en la solidaridad como medio de transformación de vidas y de mundo y eso me ayuda en mi puesto. También creo en la justicia social y en la amistad, que su poder sigue siendo una forma de acercarse a la gente.

“Aquí mi función es conocer el caso, canalizar las ayudas y hacer seguimiento a los pacientes.” Dice Marianella al describir su labor. “Es un apoyo integral, no solo económico. Tiene que ver con intentar canalizar acciones que den respuesta a las distintas problemáticas.”

El Parque social es…
--…ayuda efectiva y eficaz a las comunidades más necesitadas.
» En el futuro lo veo crecido, con más estructuras efectivas para dar respuesta a las necesidades del entorno.

Renovando esperanzas
“¿Tú te sabes el cuento del colibrí?”, pregunta. “Una vez el bosque se estaba incendiando y todos los animales corrían menos el colibrí que iba, agarraba un poquitito de agua y la llevaba al bosque. Cuando los animales le preguntaron por qué estaba intentando apagar el fuego él solo, dijo “Yo estoy haciendo mi parte.”

“Todos los días tenemos que seguir renovando la fe y la esperanza, así como el colibrí del cuento, y desde Santa Inés nos permitimos seguir dando respuestas.”

Anécdotas y vida
Marianella está en Santa Inés desde enero de este año, y a lo largo de estos meses son muchas las vivencias. “Siempre me dicen: Gracias por su sonrisa, por sus palabras de apoyo. No soy yo, es el espíritu santo.” Sin embargo, cuenta que hace poco le pidieron ser la madrina de un bebé que viene en camino. “Su mamá me llama y me dice: ¡Comadre!”, cuenta.

La oficina de Marianella está llena de gatos, desde pequeños adornos, hasta dibujos en su pared. “Amo a los gatos”, dice con una sonrisa. Disfruta de la fotografía, la guitarra, el teatro, la literatura y especialmente el cine. “Soy cinéfila”, asegura.

Es la menor de cinco hermanos, uno de ellos tristemente fallecido. Se define como una mujer de fe. Va cada año a campamento misión y a La procesión de la Divina Pastora. “Soy devota. No voy como turista, sino a caminar la procesión completica.”


Entrevista y fotos: Ana Gabriela Páez