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lunes, 18 de diciembre de 2017

DOCENTE DE MATEMÁTICA, VOLUNTARIO, PADRE

Montaño es la cabeza de una familia feliz y especial

“Nunca pensé que iba a trabajar aquí”

Ama enseñar

El alma se enriquece cuando se conoce a seres humanos valiosos, y gracias a que forma parte del equipo del Vicerrectorado de Extensión Social de la UCAB, entrevistamos al profesor Rolando Montano, egresado de la Universidad en Educación, mención Física y Matemáticas.
Rolando comparte responsabilidad y oficina con Francisco Coello en la coordinación de la Ley de Servicio Comunitario. Su espacio está lleno de curiosidades en perfecto orden: un ábaco hermoso, una regla de cálculo, fotografías de su familia y ahijadas de los colegios donde ha ejercido una fructífera carrera docente; rompecabezas con el nombre del VAC 2012-2013; reconocimientos del Voluntariado de Administración y Contaduría (VAC) y de la Ley de Servicio Comunitario;  fotos de discos de Los Beatles y Queens.

Ya que Montaño es matemático a él las sumas le van muy bien. Tiene reconocimientos de la escuela de Administración y Contaduría como profesor novel en el año 2005 y fue catalogado en el 2005, entre los diez mejores profesores de la escuela de Administración y Contaduría.

––Ante todo te digo que nunca pensé que iba a trabajar en la UCAB. Yo empecé a estudiar ingeniería y cursé un óptimo primer semestre pero me dije que eso no era lo mío y que lo que más me gustaba era enseñar “y aquí estoy”. Me gradué en la mención de Física y Matemáticas y hoy dicto Matemáticas en las escuelas de Administración y Contaduría, Economía, Ingeniería y Educación.

La puntualidad es otra de las cualidades que debemos sumarle a Montaño. Estudió en el colegio San Agustín de Caricuao y después al enseñar allí conoció a su esposa, Norelis Vento, profesora de Biología, y desde que se enamoraron tienen 25 años con buena química.  A los dos años nació su primer hijo Christofer y a los cuatro años Christian. En ese periodo, empezó a trabajar en el Colegio Cumbres de Caracas donde estuvo diez años “llegué a ser coordinador de bachillerato en español y me preparé en todos los aspectos gerenciales para manejar un colegio”. Después fue contratado por la Academia Merici “donde aprendí a lidiar con niñas, añoro esa época con cariño”. Allí fue padrino de tres promociones,  y siguieron las ofertas laborales. Esta vez fue en el colegio Américo Vespucio donde estuvo menos de un año como director puesto que su padre se enfermó. En la familia de Rolando son tres hermanos varones, su padre falleció hace pocos años y su madre está muy viejita y enferma. Ella es de Escuque del estado Trujillo de los andes venezolanos y de allí hereda el acento y la educación el profesor Rolando.

Después del Vespucio lo volvieron a solicitar del Merici y un año después lo contrataron como director del Colegio Nuestra Señora de Pompei, experiencia de la que guarda hermoso recuerdos tanto de padres como de alumnos.

La UCAB lo llama

En el año 2002, lo llaman de la  escuela de Administración y Contaduría para que dicte un curso de Matemática los que llegan a ser cuatro en el año académico 2005-2006. También es encargado de coordinar el VAC que exigía trabajar los sábados, responsabilidad que cumple hasta el 2016. “Fue hace un año cuando decidí venirme con Frank (Francisco Coello) a la dirección de Servicio Comunitario y aquí estamos en familia”.

Y en un año ya han logrado sistematizar y coordinar la práctica de la Ley de Servicio Comunitario con todas las escuelas de pregrado, siempre en la búsqueda de que los alumnos realicen proyectos de común acuerdo con las comunidades para resolver necesidades específicas, y también para que los mismos sirvan para que los futuros profesionales tomen conciencia de la realidad social del país y del compromiso que deben adquirir de por vida con su sociedad.

Comprometido

Dios

Todas las actividades que realiza Montaño son de compromiso (docencia, voluntariado) y él asume que es católico y cree en dios, aunque alguna vez estuvo enfadado con él. Pero eso es cosa del pasado.

Muchos en el campus conocerán a Christopher. Un joven largo, moreno, de cabello y ojos azabaches con profunda mirada, que a menudo, acompaña a Rolando. También, los mediodías almuerza en Soincopy y ahora integra el equipo de Identidad y Misión donde asiste en la oficina doblando papeles, poniendo sellos y montando videobeams, este ha sido uno de sus últimos logros. Fue Shirley Sosa y su esposo Fernando quienes le han tendido la mano a Christopher y en reciprocidad le echa broma al grupo y les pone sobrenombres. No es coincidencia que su nombre signifique: 'persona que lleva consigo a Jesucristo'. Es una persona muy atenta con los demás y con muchos amigos. Deriva del latín 'Christophorus' y es la forma inglesa de Cristóbal. 

Montaño dice que su hijo se gana a la gente y que por eso, tanto Danny Socorro, SJ (director de Identidad y Misión) y la directora de la escuela de Ciencias Sociales le abrieron las puertas, y el colega Pedro Navarro (de Ciencias Sociales) le dijo en los días de la entrevista que estaba muy feliz porque “Christopher me saludó”.

El profesor nos explica que Christopher nació con hipoxia y el médico no les dijo absolutamente nada a él ni a su esposa, y perdieron la oportunidad de intervenir tempranamente. Ellos eran padres primerizos y cuando se percataron que el desarrollo de Christopher no era como el de otros niños de su edad fueron de médico en médico hasta saber que debido a la falta de oxígeno se había lesionado todo el hemisferio izquierdo al nacer. “Él tiene rasgos de autismo pero no es catalogado como tal y nunca ha sido medicado. Su interacción social es difícil pero al tener acompañamiento ha adquirido destrezas y se encuentra más desenvuelto, pero es un proceso lento”.

Su segundo hijo se llama Christhian y estudia tercer año de bachillerato en la escuela comunitaria Luisa Goiticoa donde su madre es profesora. Fue voluntario en el VAC donde fungió de mini director durante dos años.

Montaño con la voz grave que lo caracteriza nos cuenta que al tener a su segundo hijo, el matrimonio descubre que tiene necesidades especiales. “Yo era muy institucional y quería que mi hijo se graduara en el mismo colegio que yo, en el San Agustín. Por muchos años trabajé cercano a niños que vi crecer y luego los vi graduarse y eso me enorgullecía porque los sentía como hijos míos, y yo me topé con la realidad de que no podría ver a Christhian laurearse en mi colegio. Norelis y yo pasamos un período de depresión y el padre rector Antonio del colegio Cumbres (para la fecha Rolando trabajaba allí) me dio una cita para conversar. Recuerdo que le dije que yo odiaba a dios pues él nos había castigado a mi esposa a mí, mientras que tantos drogadictos tenían hijos sanos. El padre Antonio me dijo que mis hijos eran una bendición y Norelis y yo, nos hicimos fuertes e indestructibles y comprendimos que somos padres especiales para unos hijos especiales y que constituimos una familia feliz. El padre Antonio de los Legionarios de Cristo tenía razón.


María Fernanda Mujica Ricardo

Fotos: Dirección General de Comunicaciones UCAB

domingo, 29 de octubre de 2017

UN SOCIÓLOGO ENTREGADO AL SERVICIO COMUNITARIO

Francisco Coello: mi papá llegó nadando a Venezuela

“Mi gran sueño es llevarle a Sarita a mi madre”



Está en el mejor lugar donde podría estar

–Como no mi niña, ven, pero estoy con Sarita en mi oficina.
–No importa Francisco, puedo igual hacerte la entrevista. Sarita, su bellísima primogénita de un año, que le ha cambiado la vida, nos hizo conocer al Francisco Coello padre, amoroso, paciente y preocupado.
Y por fin hablamos, y por fin, escribo.

Coello es un profesor muy apreciado y a la vez temido en la escuela de Comunicación Social, pues para bien hace leer y pensar a los muchachos, pero deja huella y eso es lo importante. Ha sido padrino de una promoción en la escuela de Comunicación Social y de dos en la escuela de Ciencias Sociales. 

Cuando camina por el campus va saludando a unos y otros, con la frase isleña de Tenerife heredado del habla de su padre “mi niña”. Dice que no puede decir “mi niño” porque aquí no caería tan bien. Su madre que es una mezcla catalana y aragonesa llama a sus conocidos como “mi rey o mi reina”.

Ingresó a La Católica en 1997 como profesor de Metodología a tiempo convencional,  y trabajaba a dedicación en la Biblioteca Nacional con el equipo que dirigía Virginia Betancourt. “Yo elegí en 1986 integrarme al equipo de Virginia porque el proyecto en la Biblioteca estaba enmarcado dentro de un plan de país que tenía pertenencia. Había respeto, autoridad, conexión con lo que se hacía en los ateneos del país, en el Museo de Arte Contemporáneo con Sofía Imber, en el Sistema de Orquestas creadas por José Antonio Abreu y con otras instituciones. Era motivante”.

En el año 2000 es invitado por el profesor Néstor Luis Luengo para que se incorporara tiempo completo a la UCAB como coordinador del Ciclo Básico de la escuela de Ciencias Sociales, cuando la directora era la profesora Ingrid Ochoa. Era ucabista pues estudió en el lapso 1978-82 en la misma escuela de Ciencias Sociales donde entabló maravillosas amistades que aún conserva: Omar Picón, Federico López, Alberto Rodríguez, José Luis Fernández, José Gregorio Fernández, principalmente. Y fue alumno de profesores de la talla de José Ignacio Rey, Rafael Baquedano, Mikel De Viana, Arturo Sosa, Luis Ugalde, Alberto Gruson, Mercedes Pulido, Tamara Hannot, José María De Viana, Antonio Cova, Hildebrando Barrios quien era poeta y les enseñaba “Desarrollo Económico”.

Vivencias en dos mundos

Dice el profesor Coello que fue muy precoz y que le gustaba más compartir con personas mayores y oír sus conversaciones más que andar con sus contemporáneos. “Yo solo estaba con chamos de mi edad para jugar fútbol, en el que fui todas las posiciones, especialmente arquero y defensa lateral derecho. También me encanta practicar baloncesto, y hasta no hace mucho, un grupo de profesores jugábamos en las canchas del campus. 

“Fui hijo único que para mi época era muy raro. Mi mamá que se llama Mercedes era de Barcelona y aún vive en Aragón en un Centro de atención para personas mayores”, y apretando a Sarita, dice que su gran sueño es ir con su esposa Astrid a llevarle la única nieta a su madre, trasladarse a Málaga donde está una tía que también lo crió y visitar a otra en Tarragona. Su papá era oriundo de Tenerife y la historia de su llegada a Venezuela es de novela y de otro capítulo.

Coello cuenta sobre la influencia que tuvo un amigo de su padre, Antonio Machín, que era un poco menor que su papá y se hizo gran amigo de los dos. “Antonio hacía teatro, tenía una agencia de viajes y era melómano. Gran parte de la música que me gusta: Blues, Jazz me la enseñó a oír él. Recuerdo que me decía “Mira carajito, oye carajito”.

–Estudié en el Moral y Luces preescolar y primer grado porque mi mamá era secretaria en el colegio, luego cursé varios años en el Tirso de Molina y otros en el San Agustín de El Marqués. En épocas viví entre Barcelona, Málaga y Caracas porque mi mamá nunca se terminó de adaptar a Venezuela, mientras que mi padre era un isleño completamente acostumbrado al país. Fue maestro de obras, trabajó en la construcción de los túneles de las Guaira y en las Torres del Silencio. Murió en el año 2005. “Él me marcó muchísimo”. Recuerdo que una vez estando juntos en una estación de servicio en la avenida Anauco en San Bernardino, mi papá me presentó a don Arístides Calvani y años después, yo estudié en la escuela creada por él. "Estas son las menudas historias de la ciudad".



Es protector de los animales de la calle


La aventura de un inmigrante

Segundo Coello viajó en un velero llamado “El joven Gaspar” y la travesía desde Las Canarias hasta las costas venezolanas duró dos meses. Se enfermó gravísimo en el barco y venía acompañado por un primo llamado Víctor que lo cuidó y que era sobreviviente en el Frente Ruso, donde vistió el uniforme de la Legión Azul española.  Al llegar a la costa oriental en 1948, habitantes del pueblo les dieron ropa y comida y el pueblo organizó una fiesta de bienvenida, pero llegó la Guardia Nacional y los mandó a salir a aguas internacionales. El grupo de inmigrantes realizó una asamblea y algunos preferían irse a México, pero la mayoría decidió entrar otra vez a Venezuela y al final, el velero de pesca navegando, encalló cerca del puerto de La Guaira. Entonces, la llegada fue a nado y brutal y su papá que practicaba lucha canaria, se echó sobre sus espaldas a un enano de la tripulación que se estaba ahogando y lo salvó.

Francisco Coello tiene veinte años en la UCAB, es la cabeza de la Dirección de Ley de Servicio Comunitario que depende del Vicerrectorado de Extensión Social, donde trabaja con el profesor Rolando Montaño y una becatrajo. “Para un sociólogo es el mejor lugar donde estar. Desde aquí vemos el potencial de los proyectos comunitarios multidisciplinarios que pueden construir los estudiantes”. Lo dice alguien que cuando tenía 14 años, entró a una biblioteca y vio un libro titulado Sociología, lo leyó y desde ese momento decidió ser sociólogo y como dicta “Metodología” comenta que sin ella, “No vas pal baile”.

Coello conoció en el campus a su segunda esposa, la profesora e investigadora Genny Zúñiga. Su primera esposa fue Fanny Fuguet, la educadora y cantautora.Desde el año 2014, cuando Astrid Pérez Bastidas es contratada como profesora por la escuela formalizan su relación y ella es su esposa y la mamá de la bella Sarita.  

Está arraigado a la universidad y dice “que en este período hostil, se ha convertido es un espacio vital gracias a que la actividad académica y la investigación son estimulantes. En el campus hay actividades culturales, exposiciones, foros políticos y sociales de toda índole. Me relaciono con gente con intereses para intercambiar ideas y, también hemos hecho un trabajo de acompañamiento a los estudiantes en esta coyuntura de país tan difícil”.

Dice creer en la buena política, y no en balde, fue el editor del libro de Luis Ugalde "Elogio de la Política". Todo lo que hay que hacer aquí está en ese libro. La cuestión está en que si los políticos se alejarán del Estatismo y se acercarán al Liberalismo: "Yo soy un liberal".

Es hora de despedirse porque la bebé hay que pasearla, mientras esperan a que la mamá termine de dictar clases. Al llegar a su casa, caminará con sus perros Luna y Spoony y quizás los cuatro gatos de la casa los acompañen. Y cuando el tiempo le alcanza, lee historia, novelas, va al cine con Astrid a disfrutar de una buena película y le encantan las buenas series por cable.



María Fernanda Mujica Ricardo
Fotos: cortesía de la Dirección de Comunicaciones UCAB.





miércoles, 8 de febrero de 2017

ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA Y LA LEY DE SERVICIO COMUNITARIO

Clínica Contable UCAB al servicio de la comunidad

Alumnas atienden a la gente que acude al Parque Social UCAB

Emociona ver a estudiantes que cumplen sus horas de Ley de Servicio Comunitario entusiasmados con lo que hacen y atendiendo a la gente con aprecio y diligencia.
Esto pasa con las chicas de 7mo semestre de Contaduría que, actualmente, llevan adelante el programa de Clínica Contable de la escuela de Administración y Contaduría. Son cinco que se alternan los días y acuden, puntualmente, a la oficina del Parque Social UCAB, de lunes a jueves en la mañana. Sus nombres son Adriana Marval, Lisazannys González, Zuleima Davalillo, Justibel Vivas y María Alejandra Matamoros. Esta última fue la que habló por ella y Justibel y ya cuentan con 90 de las 120 horas que deben cumplir.

“Ha sido gratificante porque el grupo anterior tuvo el trabajo de ampliar las solicitudes. Pero nuestro quinteto, ha logrado aun atender a más personas, ofreciéndoles los documentos: certificación de ingresos, estado de situación financiera, RIF y declaraciones de impuestos como el IVA y el ISR”, explica María Alejandra.

Habla el director

__ ¿Cómo y cuándo surgió la idea de crear una Clínica Contable en el Parque Social para atender a gente de la comunidad?

__ La idea la tengo desde que me nombraron director de la escuela en el 2012. Administración y Contaduría, a pesar, de ser la escuela más grande no tenía creado un servicio para la comunidad que fuera permanente, solo el voluntariado y sus activos.
El trabajo de un contador es un producto tangible. Por ejemplo, eres un conductor de un jeep y necesitas de un crédito, para ello te solicitan una certificación de ingresos. ¿Quién lo hace?, pues un contador. Se pregunta y responde simultáneamente, el profesor Miguel Goncalves. Y continúa explicando la forma de trabajar: “Las estudiantes de Ley atienden a los usuarios y conocen sus requerimientos, que generalmente son para obtener créditos para la banca pública, privada o comunitaria, los datos los vacían en unos formularios preelaborados por profesores de la escuela (la responsable de revisar, validar, emitir y firmar y sellar los documentos es la docente Vanessa Quintas).

Goncalves explica que la puesta en marcha de la Clínica se demoró en instaurar por los procesos de ordenamiento de la labor social después de la creación del vicerrectorado de Extensión Social. Anteriormente, el profesor de la escuela, Rolando Montaño conducía el voluntariado pero se fue a trabajar con el profesor Francisco Coello en la estructuración de la Ley de Servicio Social Comunitario Estudiantil. Actualmente, es la profesora Verónica Netto quien coordina el Servicio de Extensión Social de los estudiantes de la escuela que abarca el voluntariado, la Clínica Contable, las Cátedras de Compromiso Social y la Ley de Servicio Comunitario con la asistencia de Yoselin Rodríguez. Ya contamos con un semestre con esta nueva estructura. Nuestra población es de más de 2.000 y pico alumnos.

El profesor Goncalves está entusiasmado con el servicio

El futuro de las Clínicas Contables

El director Miguel Goncalves dice para sí que quizás sería muy ambicioso que la Clínica Contable llegara a ser como Clínica Jurídica. Nosotros tenemos que emitir las certificaciones de ingreso y para ello, debemos comprar unas hojas de seguridad que se obtienen en los colegios de contadores cuyo precio es ajustado a la unidad tributaria, y ese costo no lo puede sufragar la Universidad. “Hasta ahora, el precio que paga el interesado es equivalente a comprarse un café pequeño”. Y continúa, lo ideal sería crecer y crecer y todo es cuestión de tiempo. Hay que hacer el punto en el Parque Social, ofrecer un buen servicio y estoy seguro que será un importante lugar de práctica de Ley de Servicio Comunitario. “El objetivo es enseñar a los nuevos contadores que su fortaleza está en asesorar a los demandantes de las comunidades aledañas a la UCAB, sobre los documentos que les son requeridos en las instancias públicas y privadas de los productos tangibles que los contadores pueden elaborar en la Clínica Contable”. 

Entrevista y fotos María Fernanda Mujica Ricardo