Queridos chicos, queridos jóvenes!
Estoy encantado de recibirles con sus familias, los educadores y los amigos de la gran familia de las Escuelas de los Jesuitas italianos y de Albania. A todos vosotros, dirijo mi afectuoso saludo: ¡bienvenidos! Con todos ustedes me siento verdaderamente “en familia”. Y es una alegría especial la coincidencia de nuestro encuentro con la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
Déjenme decirles una cosa en primer lugar que se refiere a San Ignacio de Loyola, nuestro fundador. En el otoño de 1537, yendo a Roma con un grupo de sus primeros compañeros se preguntaron:¿si nos piden quiénes somos, que responderemos? La respuesta fue espontánea: “Diremos que somos la “Compañía de Jesús” (Fontes Narrativa Societatis Iesu, vol 1, p 320-322). Un nombre comprometido, que quería indicar una relación muy estrecha de amistad, de total afecto por Jesús, al que querían seguir sus pasos. ¿Por qué os menciono este hecho? Porque San Ignacio y sus compañeros habían comprendido que Jesús les enseñó cómo vivir bien, cómo dar un sentido profundo a nuestra existencia, que dé entusiasmo, que dé alegría y esperanza; habían entendido que Jesús es un gran maestro de vida y un modelo de vida, y que no sólo les enseñaba, sino que les invitaba a seguirlo por este camino.
Queridos chicos, si ahora les hiciera la pregunta: ¿por qué van a la escuela, qué me contestarían? Probablemente habría muchas respuestas dependiendo de la sensibilidad de cada uno. Pero creo que se podría resumir todo diciendo que la escuela es uno de los ambientes educativos en los que crecemos para aprender a vivir, para ser hombres y mujeres adultos y maduros, capaces de caminar, de recorrer el camino de la vida. ¿Cómo os les ayuda a crecer su escuela? Les ayuda no sólo desarrollar su inteligencia, sino a tener una formación integral de todos los componentes de su personalidad.
Siguiendo lo que nos enseña San Ignacio, en la escuela el elemento principal es aprender a ser magnánimo. La magnanimidad: esta virtud del grande y del pequeño (no coerceri maximo contineri mínimo Divinum este), que nos hace siempre mirar hacia el horizonte. ¿Qué quiere decir ser magnánimo? Significa tener un gran corazón, tener un alma grande, quiere decir tener grandes ideales, el deseo de lograr grandes cosas en respuesta a lo que Dios pide de nosotros, y para ello hacer las cosas bien todos los días, todas las acciones cotidianas, los compromisos, los encuentros con la gente; hacer las pequeñas cosas de todos los días con un gran corazón abierto a Dios y a los demás. Es importante pues cuidar la formación humana destinada a la magnanimidad.
La escuela no sólo les amplía su dimensión intelectual, sino también humana. Y creo que, en especial, los colegios de los Jesuitas cuidan con esmero las virtudes humanas: la lealtad, el respeto, la fidelidad, el compromiso. Me gustaría hacer hincapié en dos valores fundamentales: la libertad y el servicio. Sobre todo: ¡sean personas libres! ¿Qué quiero decir con ello? Tal vez piensan que la libertad es hacer todo lo que se desea, o aventurarse en experiencias-límite para experimentar la emoción y vencer el aburrimiento. Esto no es libertad. Libertad significa saber reflexionar sobre lo que hacemos, saber valorar lo que es bueno y lo que es malo, cuáles son los comportamientos que hacen crecer, significa elegir siempre el bien. Nosotros somos libres para el bien. ¡Y en eso, no tengan miedo de ir contracorriente, aunque no sea fácil! Ser libres de escoger siempre el bien es un reto, pero les hará personas rectas, que saben enfrentar la vida, personas con valentía y paciencia (parresíae hypomoné). La segunda palabra es el servicio. En sus escuelas ustedes participan en diversas actividades que les llevan a no encerrarse en uno mismo o en su pequeño mundo, sino a abrirse a los demás, especialmente a los pobres y necesitados, a trabajar para mejorar el mundo en que vivimos. Sean hombres y mujeres con los demás y para los demás, verdaderos campeones en el servicio a los demás.
Para ser magnánimos con libertad interior y espíritu de servicio se requiere la formación espiritual. ¡Queridos chicos, queridos jóvenes, amen cada vez más a Jesucristo! Nuestra vida es una respuesta a su llamada y ustedes serán felices y construirán bien su vida si saben responder a esa llamada. Sientan la presencia del Señor en su vida. Él está cerca de cada uno de ustedes como compañero, como amigo, que les ayuda comprender, que les alienta en los momentos difíciles y nunca les abandona. En la oración, en el diálogo con Él, en la lectura de la Biblia, descubrirán que Él está realmente cerca. Y aprendan también a leer los signos de Dios en su vida. Él siempre nos habla, incluso a través de los hechos de nuestro tiempo y de nuestra existencia cotidiana: a nosotros nos corresponde escucharlo.
No quiero ser demasiado prolijo, pero una palabra específica quisiera dirigirla también a los educadores: los jesuitas, los maestros, los padres. ¡No se desanimen ante las dificultades que presenta el desafío educativo! Educar no es una profesión, sino una actitud, una forma de ser; para educar es necesario salir de sí mismos y estar entre los jóvenes, para acompañarlos en las etapas de crecimiento, estando a su lado. “Denles a los jóvenes esperanza, optimismo para afrontar su camino en el mundo. Enséñenles a ver la belleza y la bondad de la creación y del hombre, que siempre conserva la huella del Creador. Pero sobre todo den testimonio con su vida de lo que les comunican. Un educador – Jesuita, profesor, operador, padre – transmite conocimientos, valores con sus palabras, pero va a ser determinante con los niños si acompaña sus palabras con su testimonio con su vida coherente. ¡Sin coherencia no es posible educar! Todos ustedes son educadores, no pueden delegar competencias en esta materia. La colaboración en un espíritu de unidad y comunidad entre los diferentes componentes educativos es, pues, esencial y debe ser alentada y alimentada. La escuela puede y debe actuar como catalizador, para ser un lugar de encuentro y de convergencia de toda la comunidad educativa con el único objetivo de formar, ayudar a crecer como personas maduras, simples, honestas y competentes, que sepan amar con lealtad, que sepan vivir la vida como una respuesta a la vocación de Dios, y la futura profesión como un servicio a la sociedad.
A los Jesuitas quisiera añadirles que es importante fomentar su participación en el campo educativo. Las escuelas son una herramienta valiosa para dar una contribución al camino de la Iglesia y de toda la sociedad. El campo de la educación no se limita a la escuela convencional. Anímense a buscar nuevas formas de educación no convencionales, según “las necesidades del lugar, tiempo y de las personas.”
Por último, un saludo a todos los ex-alumnos presentes, a los representantes de las escuelas italianas de la Red de Fe y Alegría, que conozco bien por el gran trabajo que hace en América del Sur, sobre todo entre las clases más pobres.
Y un saludo particular va a la delegación del Colegio albanés de Scutari, que después de largos años de represión de las instituciones religiosas, a partir de 1994 reanudó sus actividades, acogiendo y educando a jóvenes católicos, ortodoxos, musulmanes, e incluso algunos alumnos nacidos en contextos familiares agnósticos. Así la escuela se convierte en un lugar de diálogo y de confrontación pacífica, para promover actitudes de respeto, escucha, amistad y espíritu de cooperación”.
Queridos amigos, gracias a todos por este encuentro. Los encomiendo a la intercesión maternal de María y los acompaño con mi bendición: El Señor siempre está cerca de ustedes, les levanta de las caídas y les empuja a crecer y a tomar decisiones cada vez más altas “con gran ánimo y liberalidad” con magnanimidad. Ad Maiorem Dei Gloriam. (Para mayor gloria de Dios).
Traducción de Eduardo Rubió (RV)
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martes, 11 de junio de 2013
miércoles, 24 de abril de 2013
Comunicado Fey Alegría: Necesitamos reconocernos, encontrarnos y dialogar
“En este momento necesitamos apostar por la cultura del encuentro. El diálogo no excluye la confrontación de diversos puntos de vista. No renunciemos a nuestras ideas y utopías; renunciemos solamente a la pretensión de que sean únicas o absolutas. No manejemos las ideas como armas, sino como luz” (Papa Francisco)
En estos momentos de nuestro país dolorosamente dividido, desde nuestra vocación educadora, que va más allá de nuestras aulas, queremos proclamar, con nuestra palabra, nuestro compromiso y nuestro comportamiento, la necesidad de encontrarnos como hermanos y hermanas que hacemos vida en este país. Sin el reencuentro, que implica el reconocimiento del otro y de nuestras diferencias, simplemente Venezuela no es viable.
Hacemos este llamado desde nuestra identidad y convocamos desde nuestra experiencia a:
1. Rechazar cualquier acto de violencia, gesto de intolerancia y palabra que divida aún más a la gente de nuestra Venezuela, venga de donde de venga.
2. Estimular la participación de los ciudadanos y ciudadanas en la búsqueda de soluciones en la coyuntura que vive el país, siempre desde el respeto, y en igualdad de condiciones, a la persona humana, que es diferente y por tanto capaz de enriquecer nuestras propias posiciones. Estos son los valores compatibles con los valores humano-cristianos que están en la base de nuestra identidad de Fe y Alegría y en nuestra cultura venezolana.
3. Poner a la orden del país, en los 541 puntos geográficos donde estamos presentes, como educadores y comunicadores populares, nuestra práctica habitual de resolver los conflictos en los centros y en las comunidades donde hacemos vida.
4. Reafirmar nuestra convicción de que sólo desde el diálogo respetuoso y creativo que pone por encima de las posturas personales el objetivo superior de amar y servir a los pobres, que son los que más sufren con nuestras divisiones, saldremos adelante. Fe y Alegría ha sido y quiere seguir siendo un espacio de encuentro con presencia de “todas las voces”.
5. Exigir a la dirigencia que se ponga a la altura del país que le toca dirigir. En nuestra misión de educadores, nos resulta descorazonador el efecto negativo de modelaje de no pocas de nuestras altas dirigencias políticas.
Como Fe y Alegría lo ha hecho desde 1955, renovamos de nuevo nuestro compromiso para que también este momento doloroso y descorazonador lo convirtamos en “hecho educativo”, para que crezcamos en respeto y tolerancia y fortalezcamos la formación ciudadana de los que tenemos la obligación y el derecho de construir una Venezuela más inclusiva e incluyente. Queremos ser coherentes con nuestro lema “Compromiso por la vida”.
Venezuela, 20 de abril de 2013
martes, 5 de marzo de 2013
Fe y Alegría cumplió 58 años
Por. Antonio Pérez Esclarín (pesclarin@gmail.com)
El próximo
martes, 5 de marzo, Fe y Alegría cumple 58 años de fidelidad
inquebrantable al pueblo más pobre y de esfuerzo sostenido por brindarle una
educación de verdadera calidad. Los fundadores de Fe y Alegría tenían muy
claro que la educación sólo sería medio de superación y dignificación si
era una educación de calidad: “La educación de los pobres no puede ser
una pobre educación”, fue la consiga del Fundador, el P.
Vélaz, que, desde los orígenes, ha iluminado los esfuerzos y
búsquedas de Fe y Alegría. Lograr calidad educativa en contextos de
marginalidad y de pobreza sólo sería posible si la escuela
compensaba las desigualdades sociales de origen y brindaba a los alumnos los
medios necesarios para garantizar su aprendizaje. De ahí que ya en las
primeras escuelas de Fe y Alegría, y a pesar de no contar entonces con ningún
apoyo del Estado, empezaron a funcionar comedores escolares, roperos,
dispensarios médicos, bibliotecas comunitarias, y las puertas se abrieron no
sólo a los niños y jóvenes, sino a todos los miembros de la comunidad. Durante
el día acudían a clases los niños y los jóvenes, y en las noches y fines de
semana los adultos, con los que se iniciaron cursos de alfabetización,
capacitación laboral, higiene y salud, economía familiar, atención y cuidado de
los hijos, y se organizaron cooperativas de ahorro y de consumo.
Las escuelas
eran también capillas y, sobre todo, hogares, pues desde el comienzo Fe y
Alegría consideró el amor a los alumnos como su principal principio pedagógico.
Un amor que debía traducirse en unas relaciones de cercanía, servicio y
amistad, y en unas escuelas sencillas pero bonitas y bien cuidadas, donde los
alumnos se sintieran a gusto y muy queridos. Por ello, desde sus inicios Fe y
Alegría privilegió la formación permanente de sus maestras y maestros, por
considerarlos la pieza clave para una educación integral de calidad. Una
maestra cariñosa, bien formada, que ama su profesión y ama a todos sus alumnos,
es el mejor regalo que le puede tocar a un grupo de niños en la vida.
No en vano Fe y Alegría eligió identificarse con un corazón que tiene en su
interior tres niños tomados de la mano, y quiso que la alegría verdadera, como
fruto de la fe hecha servicio desinteresado, se trepara a su propio
nombre.
Hoy, 58 años
después de su nacimiento, Fe y Alegría está en todos los rincones de Venezuela
con escuelas en las que se enseña a aprender, a producir y a ser
solidario; centros de capacitación laboral para volver a insertar a los
que desertaron del sistema educativo y formarlos para el trabajo y para la
vida; institutos universitarios con profunda dimensión comunitaria y una
red de emisoras, abiertas a todas las voces, con programas de capacitación y
formación. Y Fe y Alegría, para algunos el producto de exportación más
valioso de Venezuela, está hoy presente en 18 países de
América Latina, en el más pobre de África, El Chad, donde casi la
totalidad de los alumnos son musulmanes, en España y en Italia donde
ofrece el bachillerato a los emigrantes ecuatorianos. A pesar de sus éxitos
reconocidos nacional e internacionalmente, y a pesar de que inexplicablemente,
sus trabajadores en Venezuela todavía no disfrutan de los mismos
beneficios que sus colegas de la educación oficial, entre ellos, el de la
jubilación, Fe y Alegría sigue trabajando con renovados bríos por
garantizar a todos sus alumnos una educación de verdadera calidad.
Para Fe y
Alegría, la educación es de calidad si forma auténticas personas y ciudadanos
productivos y solidarios, con capacidad de insertarse activamente en el mundo
del trabajo y de la producción, y realmente comprometidos con el bien
común. Educación que enseña a vivir y a convivir, a defender la vida, a
dar la vida para que todos podamos vivir con dignidad y en fraternidad. De
ahí que, en este año, su lema es “Compromiso por la vida”, lo
que supone enseñar a valorar la vida, a resolver los conflictos por vías
pacíficas, a rechazar la violencia venga de donde venga y promover la
cultura de la paz y de los derechos humanos.
lunes, 25 de febrero de 2013
Suspendidas las clases… por balas
La maestra Patricia ya se alistaba para irse a una escuela de
Fe y Alegría, ubicada en La Vega, pero recibió una llamada de Marta, la
Directora, ”no vengas, suspendimos clases porque las bandas
están enfrentadas. Hubo un muerto ayer cerca del colegio. Ya se sabe que
viene después”, dijo Marta con voz de preocupación. SÍ, “ya se sabe qué viene
después”, es como ver una película repetida: primero el problema, luego el
muerto de un bando, después la venganza, movilización de motorizados, a veces
encapuchados, luego el tiroteo –que puede ser a cualquier hora- después otra
venganza, más muertos, más miedo y la historia no tiene final, y si lo tiene,
no será feliz. Inocentes, actores de reparto, que simplemente aparecen por
casualidad, pueden ser víctimas… Así se aprende en algunas
escuelas venezolanas. Pero las balas no dejan escuchar los cantos, ni los
cuentos, ni el himno nacional. Por eso hay que suspender las clases.
¡Qué de cosas pasan en este país! Se entiende que
se suspendan partidos de beisbol por lluvia; no debiera faltar el
agua, pero se entiende que se suspendan clases falta de
agua; en los últimos años, se han suspendido las
clases muchas veces por elecciones, no se justifica, pero “son órdenes
superiores”; pero, ¿cerrar las puertas de una escuela por balas? ¿Y es
que estamos en Siria acaso? ¿Cuál guerra hay en Venezuela que impide a
los niños ir a su colegio a causa de tiroteos?
Hace un año, en La Victoria, una comunidad popular de
San Félix, los niños y niñas fueron sorprendidos por un intercambio de
disparos. Era temprano, las 7 de la mañana. Alumnos de la mano de sus
padres, corrieron atemorizados, no hubo clases en las dos
escuelas del barrio, que quedan en la cuadra del suceso. Los violentos han
cambiado de costumbres. Antes, los tiroteos eran los fines de semana, y
normalmente de noche, ahora también los delincuentes madrugan.
Cuando escribía estas líneas, me enteré de otro suceso: el
padre de una maestra de esa escuela de La Vega, había recibido un
tiro en pleno día. ¡Qué guerra más desigual!
Difícil ser educador en esos entornos. Esas maestras
necesitan ayuda, esos niños necesitan ayuda y protección. De esta guerra no
se sale solos. Pero, “¿Quién dijo que todo está perdido?”.Marta y su
equipo no hablan de renunciar, no se paralizan, su expresión ante la
situación fue “¡Hay que hacer algo!” Esas actitudes valientes y generosas
son las que animan y generan esperanza. ¿Alguien más quiere hacer
algo?
miércoles, 6 de febrero de 2013
El Papa Benedicto XVI Habla a los Comunicadores
"El desarrollo de las redes sociales requiere un compromiso: las
personas se sienten implicadas cuando han de construir relaciones y
encontrar amistades, cuando buscan respuestas a sus preguntas, o se
divierten, pero también cuando se sienten estimuladas intelectualmente
y comparten competencias y conocimientos. Las redes se convierten así,
cada vez más, en parte del tejido de la sociedad, en cuanto que unen a
las personas en virtud de estas necesidades fundamentales. Las redes
sociales se alimentan, por tanto, de aspiraciones radicadas en el
corazón del hombre. La cultura de las redes sociales y los cambios en
las formas y los estilos de la comunicación suponen todo un desafío
para quienes desean hablar de verdad y de valores. A menudo, como
sucede también con otros medios de comunicación social, el significado
y la eficacia de las diferentes formas de expresión parecen
determinados más por su popularidad que por su importancia y validez
intrínsecas. La popularidad, a su vez, depende a menudo más de la fama
o de estrategias persuasivas que de la lógica de la argumentación. A
veces, la voz discreta de la razón se ve sofocada por el ruido de tanta
información y no consigue despertar la atención, que se reserva en
cambio a quienes se expresan de manera más persuasiva. Los medios de
comunicación social necesitan, por tanto, del compromiso de todos
aquellos que son conscientes del valor del diálogo, del debate
razonado, de la argumentación lógica; de personas que tratan de
cultivar formas de discurso y de expresión que apelan a las más nobles
aspiraciones de quien está implicado en el proceso comunicativo. El
diálogo y el debate pueden florecer y crecer asimismo cuando se
conversa y se toma en serio a quienes sostienen ideas distintas de las
nuestras. «Teniendo en cuenta la diversidad cultural, es preciso lograr
que las personas no sólo acepten la existencia de la cultura del otro,
sino que aspiren también a enriquecerse con ella y a ofrecerle lo que
se tiene de bueno, de verdadero y de bello» (Discurso para el Encuentro
con el mundo de la cultura, Belém, Lisboa, 12 mayo 2010). Las redes
sociales deben afrontar el desafío de ser verdaderamente inclusivas: de
este modo, se beneficiarán de la plena participación de los creyentes
que desean compartir el Mensaje de Jesús y los valores de la dignidad
humana que promueven sus enseñanzas. En efecto, los creyentes advierten
de modo cada vez más claro que si la Buena Noticia no se da a conocer
también en el ambiente digital podría quedar fuera del ámbito de la
experiencia de muchas personas para las que este espacio existencial es
importante. El ambiente digital no es un mundo paralelo o puramente
virtual, sino que forma parte de la realidad cotidiana de muchos,
especialmente de los más jóvenes. Las redes sociales son el fruto de la
interacción humana pero, a su vez, dan nueva forma a las dinámicas de
la comunicación que crea relaciones; por tanto, una comprensión atenta
de este ambiente es el prerrequisito para una presencia significativa
dentro del mismo. La capacidad de utilizar los nuevos lenguajes es
necesaria no tanto para estar al paso con los tiempos, sino
precisamente para permitir que la infinita riqueza del Evangelio
encuentre formas de expresión que puedan alcanzar las mentes y los
corazones de todos. En el ambiente digital, la palabra escrita se
encuentra con frecuencia acompañada de imágenes y sonidos. Una
comunicación eficaz, como las parábolas de Jesús, ha de estimular la
imaginación y la sensibilidad afectiva de aquéllos a quienes queremos
invitar a un encuentro con el misterio del amor de Dios. Por lo demás,
sabemos que la tradición cristiana ha sido siempre rica en signos y
símbolos: pienso, por ejemplo, en la cruz, los iconos, el belén, las
imágenes de la Virgen María, los vitrales y las pinturas de las
iglesias. Una parte sustancial del patrimonio artístico de la humanidad
ha sido realizada por artistas y músicos que han intentado expresar las
verdades de la fe. En las redes sociales se pone de manifiesto la
autenticidad de los creyentes cuando comparten la fuente profunda de su
esperanza y de su alegría: la fe en el Dios rico de misericordia y de
amor, revelado en Jesucristo. Este compartir consiste no solo en la
expresión explícita de la fe, sino también en el testimonio, es decir,
«en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean
profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable
explícitamente de él». (Mensaje para la Jornada Mundial de las
Comunicaciones Sociales 2011). Una forma especialmente significativa de
dar testimonio es la voluntad de donarse a los demás mediante la
disponibilidad para responder pacientemente y con respeto a sus
preguntas y sus dudas en el camino de búsqueda de la verdad y del
sentido de la existencia humana. La presencia en las redes sociales del
diálogo sobre la fe y el creer confirma la relevancia de la religión en
el debate público y social. Para quienes han acogido con corazón
abierto el don de la fe, la respuesta radical a las preguntas del
hombre sobre el amor, la verdad y el significado de la vida ―que están
presentes en las redes sociales― se encuentra en la persona de
Jesucristo. Es natural que quien tiene fe desee compartirla, con
respeto y sensibilidad, con las personas que encuentra en el ambiente
digital. Pero en definitiva los buenos frutos que el compartir el
Evangelio puede dar, se deben más a la capacidad de la Palabra de Dios
de tocar los corazones, que a cualquier esfuerzo nuestro. La confianza
en el poder de la acción de Dios debe ser superior a la seguridad que
depositemos en el uso de los medios humanos. También en el ambiente
digital, en el que con facilidad se alzan voces con tonos demasiado
fuertes y conflictivos, y donde a veces se corre el riesgo de que
prevalezca el sensacionalismo, estamos llamados a un atento
discernimiento. Y recordemos, a este respecto, que Elías reconoció la
voz de Dios no en el viento fuerte e impetuoso, ni en el terremoto o en
el fuego, sino en el «susurro de una brisa suave» (1R 19,11-12).
Confiemos en que los deseos fundamentales del hombre de amar y ser
amado, de encontrar significado y verdad ―que Dios mismo ha colocado en
el corazón del ser humano― hagan que los hombres y mujeres de nuestro
tiempo estén siempre abiertos a lo que el beato cardenal Newman llamaba
la «luz amable» de la fe. Las redes sociales, además de instrumento de
evangelización, pueden ser un factor de desarrollo humano. Por ejemplo,
en algunos contextos geográficos y culturales en los que los cristianos
se sienten aislados, las redes sociales permiten fortalecer el sentido
de su efectiva unidad con la comunidad universal de los creyentes. Las
redes ofrecen la posibilidad de compartir fácilmente los recursos
espirituales y litúrgicos, y hacen que las personas puedan rezar con un
renovado sentido de cercanía con quienes profesan su misma fe. La
implicación auténtica e interactiva con las cuestiones y las dudas de
quienes están lejos de la fe nos debe hacer sentir la necesidad de
alimentar con la oración y la reflexión nuestra fe en la presencia de
Dios, y también nuestra caridad activa: «Aunque hablara las lenguas de
los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que
suena o címbalo que retiñe» (1 Co 13,1). Existen redes sociales que, en
el ambiente digital, ofrecen al hombre de hoy ocasiones para orar,
meditar y compartir la Palabra de Dios. Pero estas redes pueden
asimismo abrir las puertas a otras dimensiones de la fe. De hecho,
muchas personas están descubriendo, precisamente gracias a un contacto
que comenzó en la red, la importancia del encuentro directo, de la
experiencia de comunidad o también de peregrinación, elementos que son
importantes en el camino de fe. Tratando de hacer presente el Evangelio
en el ambiente digital, podemos invitar a las personas a vivir
encuentros de oración o celebraciones litúrgicas en lugares concretos
como iglesias o capillas. Debe de haber coherencia y unidad en la
expresión de nuestra fe y en nuestro testimonio del Evangelio dentro de
la realidad en la que estamos llamados a vivir, tanto si se trata de la
realidad física como de la digital. Ante los demás, estamos llamados a
dar a conocer el amor de Dios, hasta los más remotos confines de la
tierra. Rezo para que el Espíritu de Dios os acompañe y os ilumine
siempre, y al mismo tiempo os bendigo de corazón para que podáis ser
verdaderamente mensajeros y testigos del Evangelio. «Id por todo el
mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación» (Mc 16,15)."
Vía Fe y Alegría
Vía Fe y Alegría
martes, 29 de enero de 2013
Reconocieron la labor de Luisa Pernalete
La defensora del derecho a la vida y educación de los niños
venezolanos, integrante de Fe y Alegría, recibió el Premio de Derechos
Humanos 2012
El Centro para la Paz y los Derechos Humanos Padre Luis María Olaso de la Universidad Central de Venezuela y la Embajada de Canadá en Venezuela anunciaron que el Premio de Derechos Humanos 2012 fue otorgado a la defensora de los derechos humanos Luisa Cecilia Pernalete.
El jurado estuvo presidido por el sacerdote Raúl Herrera, e integrado por Carlos Ayala Corao, ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; Ligia Bolívar, directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello; Feliciano Reyna, presidente de Sinergia y Acción Solidaria, y Christina Préfontaine, consejera de la Embajada de Canadá.
Pernalete se ha destacado como defensora del derecho a la vida y a la educación de niñas, niños y adolescentes de los sectores más pobres y excluidos de la sociedad, con una trayectoria en Fe y Alegría desde 1974, donde ha ocupado el cargo de directora regional en Zulia y luego directora regional en Guayana. Miembro del Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín de Fe y Alegría, desde 2009, impulsa el programa Madres Promotoras de Paz en las ciudades de Maracaibo, Caracas, Barquisimeto y Ciudad Guayana.
Recibieron menciones la abogada Tamara Adrián, por su trabajo en la ONG Diversidad e Igualdad a través de la Ley, y el Comité de Víctimas contra la Impunidad del estado Lara.
El premio será entregado este mes en la residencia del embajador de Canadá, e incluye una visita a ese país para sostener reuniones con autoridades y organizaciones de Derechos Humanos, además de una gira por varias ciudades de Venezuela para compartir experiencias.
Vía El Nacional
El Centro para la Paz y los Derechos Humanos Padre Luis María Olaso de la Universidad Central de Venezuela y la Embajada de Canadá en Venezuela anunciaron que el Premio de Derechos Humanos 2012 fue otorgado a la defensora de los derechos humanos Luisa Cecilia Pernalete.
El jurado estuvo presidido por el sacerdote Raúl Herrera, e integrado por Carlos Ayala Corao, ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; Ligia Bolívar, directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello; Feliciano Reyna, presidente de Sinergia y Acción Solidaria, y Christina Préfontaine, consejera de la Embajada de Canadá.
Pernalete se ha destacado como defensora del derecho a la vida y a la educación de niñas, niños y adolescentes de los sectores más pobres y excluidos de la sociedad, con una trayectoria en Fe y Alegría desde 1974, donde ha ocupado el cargo de directora regional en Zulia y luego directora regional en Guayana. Miembro del Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín de Fe y Alegría, desde 2009, impulsa el programa Madres Promotoras de Paz en las ciudades de Maracaibo, Caracas, Barquisimeto y Ciudad Guayana.
Recibieron menciones la abogada Tamara Adrián, por su trabajo en la ONG Diversidad e Igualdad a través de la Ley, y el Comité de Víctimas contra la Impunidad del estado Lara.
El premio será entregado este mes en la residencia del embajador de Canadá, e incluye una visita a ese país para sostener reuniones con autoridades y organizaciones de Derechos Humanos, además de una gira por varias ciudades de Venezuela para compartir experiencias.
Vía El Nacional
lunes, 12 de noviembre de 2012
Proyecto de Fe y Alegría debe consolidarse en las fronteras
Por:
TATIANA CASTRO tcastro@opinion.com.bo
El nuevo desafío para Fe y Alegría y su proyecto de educación inclusiva es la
misión en las fronteras donde todavía prevalece la pobreza excluyente y las
culturas marginadas, aseveró el superior general de la Compañía de Jesús,
Adolfo Nicolás, en la inauguración del 43 Congreso de Fe y Alegría que se
desarrolla en Cochabamba.
El jesuita añadió que las fronteras son los lugares de mayor necesidad y, por lo tanto, urge una planificación apostólica.
Puntualizó que las “fronteras sociales” son visibles a través de la pobreza y que las “fronteras generacionales” obligan a definir estrategias de “cómo educar en el siglo XXI” porque el modo de relacionarse con los jóvenes ha cambiado.
Fe y Alegría trabaja con espíritu de frontera, con una educación inclusiva y de promoción social con proyectos de interculturalidad, con grupos de movilidad humana (migración) y con jóvenes en situación de riesgo.
Según Nicolás, la educación inclusiva “es la puerta de entrada a la formación humana, necesaria hoy en día que vivimos en una pluralidad y diversidad mucho más explícita y dramática.
“Necesitamos estar abiertos a la diferencia individual como colectiva, a la diversidad de culturas y religiones para que todos y todas se sientan acogidos con dignidad”, precisó.
La autoridad mencionó la necesidad de estar presentes en México, por ejemplo, y destacó la presencia de Fe y Alegría en África (Chad), España e Italia. También calificó de extraordinario el servicio realizado por Fe y Alegría como una posibilidad nueva para los escolares.
Con tono familiar y grato sentido del humor Adolfo Nicolás se dirigió a los representantes de 19 países donde está presente Fe y Alegría, y en los que se desarrollan experiencias exitosas de educación inclusiva como por ejemplo con niños en situación de riesgo, con grupos de indígenas originarios, niños y niñas con discapacidad y sectores sociales excluidos por su pobreza.
SERVICIO Fe y Alegría es -según el sacerdote jesuita- la mejor iniciativa como servicio educativo en las comunidades donde trabaja y “sin crear dependencia”.
El máximo representante de los jesuitas destacó la obra de Fe y Alegría vinculada a la Compañía de Jesús y destacó que ha llegado a tener características de Red Internacional con la colaboración de otras congregaciones religiosas y miles de personas laicas.
Fe y Alegría es una institución pionera en el trabajo en red apostólica y gracias a ello tiene un enorme potencial educativo.
Esta institución ofrece una gran variedad de programas federativos de alta calidad que ayudan a mejorar y diversificar la oferta educativa en todas las unidades de Fe y Alegría.
Nicolás
mencionó como problemáticas actuales la ecología, la migración y los complejos
tejidos de redes a través de la cuales se relacionan las personas, esto
revoluciona el acceso a la educación.
Al servicio de los pobres
El jesuita Adolfo Nicolás fue elegido como el trigésimo Prepósito
General de la Compañía de Jesús el 19 de enero de 2008.
Su servicio a los pobres y oprimidos fue parte de su primera homilía como Superior General.
El 15 de septiembre de 1953 comenzó su vida religiosa entrando como novicio en Aranjuez (España). Posteriormente terminó los estudios de Filosofía en Alcalá de Henares. Se trasladó a Tokio en 1961, donde terminó Teología y fue ordenado sacerdote el 17 de marzo de 1967 con 30 años de edad. Entre 1968 y 1971 estudió Teología Sistemática y obtuvo el doctorado en Teología en Roma, en la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1971 vuelve a Asia, donde estuvo cuarenta y cuatro años.
EN BOLIVIA A finales del siglo XVII comenzó la creación de las misiones jesuitas en Bolivia, esencialmente en las regiones de Chiquitos, al norte de Santa Cruz de la Sierra, y en Moxos, ubicado en el departamento del Beni.
Su servicio a los pobres y oprimidos fue parte de su primera homilía como Superior General.
El 15 de septiembre de 1953 comenzó su vida religiosa entrando como novicio en Aranjuez (España). Posteriormente terminó los estudios de Filosofía en Alcalá de Henares. Se trasladó a Tokio en 1961, donde terminó Teología y fue ordenado sacerdote el 17 de marzo de 1967 con 30 años de edad. Entre 1968 y 1971 estudió Teología Sistemática y obtuvo el doctorado en Teología en Roma, en la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1971 vuelve a Asia, donde estuvo cuarenta y cuatro años.
EN BOLIVIA A finales del siglo XVII comenzó la creación de las misiones jesuitas en Bolivia, esencialmente en las regiones de Chiquitos, al norte de Santa Cruz de la Sierra, y en Moxos, ubicado en el departamento del Beni.
Opiniones.
Antoine Berilenger
Chad
Fe y Alegría consolidó escuelas en 25 comunidades para niños y niñas de zonas empobrecidas y áreas rurales.También se abrió espacio para los que padecen discapacidad. El desafío es lograr apoyo gubernamental para la educación.
Chad
Fe y Alegría consolidó escuelas en 25 comunidades para niños y niñas de zonas empobrecidas y áreas rurales.También se abrió espacio para los que padecen discapacidad. El desafío es lograr apoyo gubernamental para la educación.
Jackeline Rodríguez
Panamá
Llevamos adelante programas educativos con los grupos indígenas Ngobe-Buglé y en su mayoría con mujeres. Son cinco años de experiencia en cuatro provincias de Panamá, destinadas a la promoción social.
Panamá
Llevamos adelante programas educativos con los grupos indígenas Ngobe-Buglé y en su mayoría con mujeres. Son cinco años de experiencia en cuatro provincias de Panamá, destinadas a la promoción social.
Fernando Paz
Guatemala
Trabajamos con grupos originarios de las comunidades Maya Quiché y Maya Chorti. Estamos presentes 25 años en las escuelas del área Quiché donde hemos tenido una experiencia de punta de interculturalidad.
Guatemala
Trabajamos con grupos originarios de las comunidades Maya Quiché y Maya Chorti. Estamos presentes 25 años en las escuelas del área Quiché donde hemos tenido una experiencia de punta de interculturalidad.
José Luis Mingo
Ecuador
Desde hace años llevamos adelante la educación para el trabajo con personas con distintos tipos de discapacidad. También hemos arrancado con procesos inclusivos pensando en jóvenes con escolaridad inconclusa.
Ambroise Dorino Ecuador
Desde hace años llevamos adelante la educación para el trabajo con personas con distintos tipos de discapacidad. También hemos arrancado con procesos inclusivos pensando en jóvenes con escolaridad inconclusa.
Haití
Fe y Alegría es muy joven en Haití, seis años, e incluir a los pobres en el sistema educativo ya es un avance. En los barrios hemos consolidado centros móviles para llegar a las zonas marginales. En dos años hemos dado formación a más de 3.000 jóvenes.
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