viernes, 29 de julio de 2016

ENFERMERAS DEL CENTRO DE SALUD SANTA INÉS UCAB

"Es necesaria la Unidad de Apoyo al Paciente, dice Yully Ramírez"

“Pienso que no se debe tratar a ningún paciente diferente, ya sea por su posición económica o cualquier otra variable, a todos los pacientes hay que atenderlos con la misma humanidad y con el mismo respeto”

Yully Ramírez quiso ser enfermera desde chiquita. Es de Ocumare del Tuy. A la edad de 15 años vino a Caracas a terminar el bachillerato en el horario nocturno. Al salir del liceo, trabajó muy duro prestando servicio en casas de familia para poder pagar sus estudios de enfermería. A los 17 años, recién graduada de enfermera, trabajó en el Geriátrico Hogar San José, en Los Dos Caminos, y después de cuatro años de servicio renunció para trabajar con pacientes privados y adquirir nuevas experiencias. Luego, así como se fue, regresó al Geriátrico para trabajar durante tres años más, el cual le abrió nuevamente sus puertas. En su experiencia enfatiza que: "A pesar de que muchos residentes son personas adineradas, las familias no los visitan. Eso sí da lástima, era muy deprimente. Pero para eso estamos ahí las enfermeras, porque hacemos de todo un poquito. Alimentarlos, bañarlos, alegrarles el día."

Trabajando en el geriátrico, un día Yully acompañó a una amiga, Amalia Dávila, a hacerse una endoscopia, también enfermera de Santa Inés en aquel tiempo. Cuando llegó al Parque Social, como ella realza, “vio el paraíso”. Quedó encantada con el ambiente laboral y sus instalaciones. Le pareció muy lindo, le impresionaba no haberlo conocido antes, ya que en aquel entonces habitaba cerca de la estación Ruiz Pineda. Desde el primer encuentro, Yully supo que quería trabajar aquí y pertenecer al equipo. Su amiga le dijo que haría el enlace con el ya fallecido gastroenterólogo Carlos Eduardo Paradisi para poder meter su currículo, ya que habían trabajado en juntos mucho tiempo en El Algodonal. Dice que le costó entrar. Había metido su currículo en marzo de ese año y la llamaron cuatro meses después para entrevistarla. Luego de la entrevista y las pruebas psicotécnicas, a los meses vio una llamada perdida de la licenciada Mariana Borges en la noche e intuyó la buena noticia. Era tanta su emoción que veló con ansias a que amaneciera. La llamaron un jueves y dijo que empezaría lo más pronto posible, el lunes siguiente. Comenzó en agosto del 2009 y luego de dos meses de prueba quedó fija el 1 de octubre. La espera había terminado.

Quiso ser enfermera desde niña

Su experiencia en Santa Inés comenzó en el área de cardiología porque allí había una vacante libre en aquel momento. Duró dos años en ese servicio. Para ella fue una experiencia única porque es su área de servicio favorita. No sabe si es porque comenzó allí o porque como afirma "es muy movido". Comenta que  "Antes de que llegaran los médicos debía tener al paciente pesado, tallado, con el electrocardiograma funcional, y el número de factura del paciente. Había tres médicos en cardiología y es el área de servicio a la que asisten más personas." Trabajó con los doctores Daniel Gutiérrez, José Arias y María Luisa Berrizbeitia. Hasta ahora suman siete años trabajando en Santa Inés y ha prestado sus servicios en cada una de las actividades médicas que se ofrecen en la institución. La licenciada María Evelia Ochoa, coordinadora de Enfermería, es quien se encarga de hacer rotar a las enfermeras por cada área de servicio. "Estuve el año pasado de rotativa. Una como enfermera pasa por todos los servicios. Fue una rutina que me gustó bastante porque nos da más experiencia y aprendemos nuevas técnicas y conocimientos."

El año 2010 fue crucial para ella. Durante aquella época tuvo que ser fuerte y tener templanza para luchar contra las adversidades. Vivía en Los Telares de Palo Grande hasta que ocurrió la vaguada de ese año y quedó damnificada. "Era diciembre, gracias a Dios yo no estaba ahí, estaba de visita en la casa de mi mamá en Ocumare. Eso ocurrió como el 22 de diciembre y cuatro días después, el 26, me enteré. Vi unas imágenes en Facebook sobre lo ocurrido. Visualicé mi casa al fondo y no lo podía creer. Al día siguiente regresé a Caracas para ver que había pasado con mi casa".
Tiene dos varones, de 10 y 3 años,  y una niña de 7. Estuvo en un refugio desde ese año hasta el 2012, en la sede del Ministerio para Transporte y Comunicaciones en el municipio Chacao. "Fue una época muy fuerte, vivíamos arrimados, las literas una al lado de la otra". Se dio cuenta que este sitio en donde labora se preocupa realmente por sus empleados. Mientras vivía ahí y trabajaba, Santa Inés le brindó todo su apoyo. "A Santa Inés lo de solidario le queda pequeño".

Presta todo su apoyo a quienes más lo necesitan

De Santa Inés lo que más la motiva es su gente. "Somos diferentes aquí, todos estamos pendientes de que nos llevemos bien unos con otros para ser un buen equipo. Yo soy muy extrovertida, me llevo bien con todas mis compañeras, y las conozco a todas porque pasé por todos los servicios. En ocasiones me dicen que soy la madre Teresa de Calcuta porque quiero ayudar a todo el mundo. A mis vecinos, a mis compañeros, a los pacientes, ya sea con las muestras médicas o con las medicinas, con todo lo que pueda ayudar. A veces me dicen la esclava Isaura porque me quedo un poquito más de tiempo. Lo único que me detiene son mis hijos, si los tengo que ir a buscar al colegio, pero de resto a veces me quedo, no tengo problema. Yo pasé mucha necesidad, entrego mi ayuda porque muchas veces yo la necesité. Me gusta ayudar, Santa Inés me ayuda a ser solidaria con los demás."

Por otra parte, recalca la importancia de la Unidad de Apoyo al Paciente. "Ayudamos a los pacientes más necesitados, aquellos que no tienen el dinero o no les alcanza. En muchas ocasiones la persona viene a una consulta, el doctor le manda a hacer exámenes y no le alcanza en ese momento, pero por el estado crítico de la persona se le mandan a hacer. Somos muy humanitarios en ese sentido, a diferencia de otros hospitales, donde si no tienes no te atienden y punto. Es importante, necesario, que tengamos este servicio porque trabajamos con personas de comunidades de escasos recursos, aunque igual si no existiese esto, de alguna u otra manera buscaríamos la manera de ayudarles. Hasta uno mismo a veces no tiene y le prestan a uno esa mano solidaria", manifiesta
Lo que más le gusta de su oficio es ayudar al paciente con la necesidad que tenga. "Yo siempre he sido solidaria. Ejerzo mi profesión con el corazón porque es lo que me gusta. Lo mismo que hago aquí adentro en Santa Inés lo hago en la calle con el mismo orgullo. Pienso que no se debe tratar a ningún paciente diferente, ya sea por su posición económica o cualquier otra variable, a todos los pacientes hay que atenderlos con la misma humanidad y con el mismo respeto", finaliza. 


Entrevista y fotos: Odette Little 

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