El primer día del nuevo año, murió nuestra querida y
respetada Hermana Saturnina Devia, quien fue fundadora y coordinadora del
Dispensario "Jesús Maestro" de Fe y Alegría, situado en la zona 10 del
Barrio José Félix Ribas de Petare.
Fue miembro de la comunidad de hermanas “Discípulas
de Jesús”. En 1968, junto a otras hermanas de su congregación se involucra en
el trabajo de la escuela de Fe y Alegría de Petare, a la cual nombraron “Jesús
Maestro”. Se dedicaron a unir esfuerzos entre ellas, la comunidad y
organizaciones privadas para lograr el
crecimiento del colegio a como es casi 50 años después.
En 1969, las hermanas Saturnina y Antonia Santos,
integrantes del grupo del colegio, motivadas por su vocación de servicio,
asistieron a un curso de primeros auxilios en la Cruz Roja. Allí conocieron al entonces bachiller Armando Sánchez, con
quien intercambiaron ideas y surgió la iniciativa de organizar un dispensario
para brindar asistencia médica gratuita a la gente del barrio.
“Aquí arriba en lo alto donde no llega el asfalto,
donde cientos y cientos de niños la vimos a través de los años darle forma a este
centro, donde siempre su mano amiga extendió sin distingo de raza, credo, sin
discriminación alguna, quizás privándose ella de algo para darlo al más
necesitado, siempre activa e inquieta con esos dones que solamente Dios le pudo
dar pues su nombre es sinónimo de entrega, de lucha, paz, unión y constancia”, opinó
sobre Saturnina, Deyulis Lugo, asistente administrativa del dispensario.
Y Lugo, con alegría en su rostro, sigue describiendo
a la hermana fallecida recientemente: “Era un ángel para todos nosotros y para
mí fue más que mi jefa, como una madre, mi abuelita, pues”. Los que la
conocieron sabían de sus ganas de brindar la mejor atención a los pacientes y
lo más importante, siempre le buscaba solución a cada caso. Saturnina buscó que
las auxiliares de enfermería del centro se formaran, y unidos a la Asociación
Venezolana de Servicios de Salud de Orientación Cristiana (AVESSOC) y la Universidad
Católica Andrés Bello, el personal de enfermería recibía talleres de
actualización, así como otros cursos relacionados con la profesionalización y
capacitación de los empleados.
El personal del centro veía en la hermana Saturnina
una mujer de gran aplomo y que servía con entrega. “Siempre buscó a buenos
expertos, puesto que para ella lo más importante era el paciente. Nos enseñó
que había que atender a todo el que viniera, tuviera o no dinero, teníamos que
resolver”, agregó Deyulis, quien con gran responsabilidad quiere seguir
adelante en el proyecto que inició hace 48 años
la religiosa.
Sin duda alguna, la obra y huella de la hermana Saturnina,
han contribuido para que exista un espacio de atención médica de calidad para
los vecinos de Petare.
Twitter:
@AVESSOC
Facebook:
Avessoc AC
Correo:
Comunicaciones.avessoc@gmail.com
Publicado
en el Diario 2001, el sábado 23 de enero de 2016.
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