lunes, 21 de noviembre de 2016

JOSÉ PÉREZ BECERRA: UN INTERNISTA MUY APRECIADO POR LOS JUBILADOS UCABISTAS

Anda con morral para despistar
“Dejar la Medicina
 es como dejarme a mi mismo”


Su maletín de médico reposa en casa


El doctor José Pérez Becerra tiene dos quereres académicos, la Educación y la Medicina. Ante la pregunta de cuál prefiere, dice que no puede decidirse por ninguna porque las ejerció en diferentes etapas de su vida. Tuvo alumnos ucabistas que llegaron a ejercer altos cargos en el IVIC y eso fue satisfactorio para el. Siempre fue un buen estudiante, aunque ya estuviera entrado en años.

No hay jubilado ucabista que no sepa quién es, y a ellos se suman los pacientes que acuden a Santa Inés UCAB a tratarse con el internista en Medicina, José Pérez Becerra.

El médico es también profesor jubilado, desde hace 16 años, de la Católica donde como educador especializado en Ciencias Biológicas impartió a muchas generaciones la cátedra de Bioquímica y la práctica en el Laboratorio de Biología Celular. Y como docente egresado de la misma escuela de Educación de la UCAB fue profesor en el Liceo Augusto Pi Suñer: “Puedo haber llegado a 50 años dando clases, mas de 40, seguro”; fue asesor del Ministerio de Educación en el Programa Familia en Preescolar y Atención Integral al Niño.

El doctor Pérez Becerra es menudo y pequeño pero tiene una fuerza que no se mide en tamaño y músculos, sino en cabeza, con verdadera fe (sin ostentaciones), estudio y perseverancia. Cuenta que cada época de su vida ha sido enriquecedora, amó la educación y la docencia, pero quería, a como diera lugar, estudiar Medicina aunque estuviera mayor. Y conforme se le acortaba el tiempo, aumentaba su angustia por estudiar y se prometía hacerlo “aunque solo fueran unas materias”. Pero no cursó unos pocos semestres, si no, que se graduó de médico en el año académico 1990-91 y luego cursó la especialidad en Medicina Interna en el Periférico de Catia. “Es que siempre me gustó la Medicina y opté por atender al adulto porque ya yo era mayor cuando estudié la carrera”. 

Llegó a ser elegido como jefe de residentes en el Periférico de Catia, llamado el PEPO, que lleva el nombre del doctor Ricardo Baquero González. El entrevistado también hizo un postgrado en Relaciones Industriales en la UCAB donde obtuvo la calificación de suma cum laude antes de ingresar a la UCV. En La escuela Luis Razetti se ganó el “Premio al Estudiante José (Pepe) Izquierdo” por haber obtenido notas sobresalientes en Anatomía I, II y III, y como el mismo dice se fue entusiasmando y siguió estudiando y “mi esposa me estimulaba a que siguiera. Omaira es maestra de la Escuela Normal y enseñó en preescolar y primer grado y ya es jubilada. Los dos somos de Cantaura, del estado Anzoátegui y tenemos dos hijos y dos nietos”.

Al graduarse de médico, ejerció su carrera a domicilio en Montalbán y después montó su consultorio en la misma urbanización donde atiende de martes a jueves, y los viernes trabaja en el Centro de Salud Santa Inés, siempre en las mañanas. Dice llegar a las 6 am y si tiene paciente esperándolo, lo atiende prontamente.

Llegó aquí gracias a la sugerencia de la profesora Norma Carrasquel, quien fue su alumna y es su amiga, y le dijo que le presentara su currículo a la gerente general del Centro de Salud, María Matilde Zubillaga. El doctor Pérez Becerra nos muestra su reloj y dice “Me lo regaló Santa Inés en un aniversario laboral y este botón también, y yo los uso con mucho orgullo. Aquí me siento bien”, enfatiza pero siempre con su hablar pausado.


Estudia diariamente

Volver a la vida


En mayo, el doctor Pérez Becerra se enfermó y sufrió una hipoglicemia severa, pero dice que su diagnóstico no fue preciso. Tuvo una hemorragia digestiva y hoy comenta sentirse mucho mejor. Usa tapabocas porque no puede darse el gusto que le de ni una gripecita. Quedó en silla de ruedas después de que estuvo 12 días en terapia intensiva, de los cuales cuatro días estuvo inconsciente. “Quedé en silla de ruedas y mi esposa me ayudaba en todo. A los 15 días estaba trabajando en mi consultorio, y eso fue realmente lo que me ayudó a recuperarme tan rápidamente”.

Ante la interrogante de qué piensa hoy de la vida al haber estado tan cerca de la muerte responde “Quiero aprovechar lo que me queda de vida y lo que menos he pensado es en dejar la Medicina. Me siento lleno. Estudio todos los días para actualizar mis conocimientos”.

Disfrutó mucho de los viajes y lo hizo siempre en grupo bajo la organización de la agencia Festival Tours. “Conocí alrededor de 48 países: los Emiratos Árabes, países escandinavos, Rusia, Europa, toda América Latina, menos Ecuador; EEUU, entre tantos otros.

Pérez Becerra cultiva la amistad. Es muy amigo del padre José Ignacio Urquijo “voy justamente mañana a visitarlo”. Fui gran amigo del ingeniero, jesuita y deportista Adolfo Hernández. No puedo dejar de nombrar al profesor Aumary Brito Tovar (también profesor de Educación), a Norma Carrasquel (profesora jubilada e integrante del Sindicato de Profesores UCAB) y a Aura Marina Perdomo (profesora jubilada de la Facultad de Farmacia de la UCAB y directora de la Asociación de Jubilados de la UCAB).

Recuerda que cuando daba clases y entraba a los ascensores de los Módulos, los muchachos le pedían la bendición o suerte cuando iban a presentar exámenes, y el les decía “Suerte hijos y que Dios los bendiga”.

Entrevista y fotografías: María Fernanda Mujica Ricardo


2 comentarios:

Unknown dijo...

Me consta, lo de atender a los pacientes en el estacionamiento del CSSI antes de que abriera sus puertas...

MAUA

Unknown dijo...

Recuerdo que detestaba el humo del cigarrillo y siempre andaba con “un caramelito".
Su gran pasión: la medicina.
Otra anécdota de él. En una ocasión nos contó que cuando era estudiante de medicina (apenas comenzando la carrera) en los pasillos del hospital había una paciente con su madre.
La paciente le dijo a la mamá: “anda y busca a ese doctor mayor que es veterano, no quiero que me vea ningún estudiante".
Estoy segura que quien lo conoció, lo recuerda con mucho cariño.
Paz a sus restos.