Delia Fuentes,
la gastroenteróloga, es una mujer de sorpresas
“Me apasiona lo que hago”
Uno arma en su cabeza cómo iniciar
una entrevista, y como los días son cambiantes, sino se empieza a tiempo a
escribir, el encabezado puede ser otro.
Hoy viernes murió una amiga de la
infancia, y de qué, pues de cáncer, esa enfermedad que se lleva a tanta gente
buena y querida.
Y resulta que la entrevista de esta
semana del Parque Social UCAB, es con la especialista Delia Fuentes, una médico
que se dedica a prevenir el cáncer en las vías digestivas y que está muy
preocupada porque en el Centro de Salud Santa Inés UCAB, son muchos los pacientes
del oeste de la ciudad que “llegan con patología tumoral en colon y esófago,
que son detectados cuando vienen remitidos para realizarse una video endoscopia.
No sé la causa que los predispone a sufrir de cáncer estomacal, realmente abre
el camino para una investigación más a fondo. Generalmente, el cáncer de colon
se da en un estatus socioeconómico más alto. En el caso del cáncer de estómago,
es en el estado Táchira donde hay mayor incidencia y eso está relacionado con
factores geográficos asociados a la calidad del suelo”.
“Yo vengo de un hospital Oncológico
del Cementerio hoy llamado ‘Servicio Oncológico Hospitalario del IVSS’, llamada
anteriormente la Sociedad Anticancerosa. Me gradué en la UCV en 1977 en la
Escuela Luis Razetti, y desde tercer año de Medicina cuando estudiamos las materias
clínicas y uno viste la bata para ver al paciente, la primera que cursé fue la
de Gastro con el doctor Moisés Gelrud y me quedé enamorada de las patologías al
ver por primera vez una endoscopia de estómago con fibra óptica. En las prácticas
que eran en el Hospital Clínico Universitario veía muchos cirróticos y
pacientes con abscesos hepáticos y eso me interesó: ‘me apasiona esto’. También
me atrajeron la Dermatología y la Medicina Interna”.
Y uno se pregunta cómo una persona
que parece una muñeca de porcelana, pequeña, de tez muy blanca y siempre con su
cabello corto peinado en forma perfecta puede cuadrar con dedicarse a pacientes
con cáncer, en esa dura lucha entre ciencia y emociones humanas.
Recién graduada, Delia hizo su
internado rural rotatorio en un centro de salud en Santa Lucía y los dos años
del internado del pregrado en Machurucuto, también en el estado Miranda.
–– ¿Por qué razón siempre se ha dedicado a la Medicina Pública?
––Probé la privada un año y no me
gustó. No estudié Medicina para lucrarme, solo quería hacer bien al prójimo.
Prefiero servirle a la gente pobre, “me llena y también es más agradecida”.
Ahora tengo el problema que no sé qué recetarle a mis pacientes y a diario hay
que inventar y crear”.
Fuentes empezó a trabajar en Santa
Inés UCAB en mayo de 2012, en ese año había dejado su trabajo en la Sociedad
Anticancerosa donde estuvo en el Hospital desde 1983 hasta 1998, y fue
directora en la Clínica de Prevención del Cáncer desde 1998 hasta el 2008, y regresó al Hospital en el 2008 hasta el
presente.
Cuando dejó la Sociedad Anticancerosa
trabajó en otros centros como “Somos Salud” en Chacao (que ya no existe) y en Servidiap
del Ministerio de Relaciones Interiores donde se ven los policías, fiscales y
sus familiares. En ese tiempo, en la Unidad de Extensión de la Facultad de
Medicina de la UCV se estudiaba el Diplomado de Endoscopias Digestivas y ella
dictaba las materias de Técnica de colonoscopia, Colonoscopias difíciles y
Cáncer de colón. En el año 2011 se impartió el último diplomado y su colega, la
doctora María Auxiliadora Vezga, gastroenterólogo fundador de Santa Inés, cursó
el Diplomado y en una conversación entre clases, le propuso que se sumara al
equipo con ella y la doctora Zaida Bulla.
La doctora Delia fue entrevistada por
Bernardo Guinand, Mariana Borges y la doctora Berrizbeitia y esperó un largo
tiempo hasta que la llamaron para que se incorporara como especialista.
Ella cree fundamentalmente en la
educación para prevenir el cáncer y entre los años 1984 y 2008, se ocupó de dictar
conferencias por el país en instituciones públicas y privadas. También trabajó
con Avon y sus unidades móviles donde se practicaban citologías y exámenes de
mamas.
Diariamente y siempre bien peinada y con
su bata blanca impecable Ariel, viene a Santa Inés en las mañanas y en las tardes va al Hospital Oncológico del
Cementerio. “Estoy muy dedicada a Santa Inés. Me ponen muchas endoscopias y a veces
me agoto. Yo luché por cambiar el equipo de Endoscopia y me siento muy
identificada con el Servicio. Bernardo Guinand y yo, fuimos juntos a buscar
donantes y allí conocí la pasión y el amor con el que trabajaba. Es una persona
de una sensibilidad especial. Cuando pasaba a saludar diariamente por los
servicios médicos siempre tenía una sonrisa en su rostro”.
Comunicar la enfermedad
“Yo nunca me imaginé que iba a
trabajar en un Oncológico, no quería saber nada de esta enfermedad. Me afecta
la estima cuando se me muere un paciente. El contacto con la muerte es difícil.
Siempre hay que hacerle saber al enfermo y a sus familiares la situación.
Mi madre falleció de cáncer en 1997 y
también he perdido muchas amigas por este mal. Después que yo viví la
enfermedad de mi mamá, les transmito más fortaleza a mis pacientes y soy de las
que pienso que contra el cáncer hay que luchar hasta lo último pues siempre va
a quedar la duda de si no hice esto o aquello. Como médico e hija traté hasta
el final de seguir buscando nuevas vías para curar a mi madre, hasta que la
médico tratante me dijo ‘basta, ya no hay nada que hacer’, y me sentí muy mal y
por ello pienso que mis colegas deben aprender a hablarle al paciente y a los
familiares con menos dureza”.
Delia confirma que le gusta trabajar
en el Centro de Salud Santa Inés UCAB porque el funcionamiento y el servicio
que se presta a la gente de escasos recursos es de calidad y buena atención y
el personal tiene mística, y en su mayoría, está identificado con la misión de
Santa Inés. Sueño con que tengamos otro piso y que nuestra especialidad tenga
un área especial para endoscopias, que esta sea amplia y cuente con un espacio
de recuperación para los pacientes.
Sus otras pasiones
Es casada con un administrador jubilado
de la UCV. El matrimonio tuvo una sola hija que les ha dado un primer nieto que
se llama Sebastián. También tiene tiempo para cuidarlo y así ayudar a su hija
que labora como psicóloga.
A la doctora le encanta viajar y además
le gusta ir muy frecuentemente a la peluquería. Dice que no se hace las uñas
porque por el uso de los guantes no vale la pena, pero en sus manos pequeñas destacan
sus uñas cortas y pulcras.
Proviene de un hogar humilde de cinco
hermanos, uno de ellos ya falleció. Narra que tiene un primo que es un prodigio
en música y que ella viéndolo tocar cuatro aprendió a hacerlo, también ella toca
el piano, pero dice no hacerlo tan bien.
Su gusto por el cuatro le ha hecho
coleccionarlos. “Tengo uno para conciertos y dos eléctricos, uno de ellos acústico”.
Médico y músico, buena combinación. Estamos seguros que a muchos pacientes
también les provocaría oírla tocar.
Fotos Carolina Fernández
y Walter Otto
Entrevista María
Fernanda Mujica Ricardo
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