viernes, 29 de mayo de 2015

Presentamos la segunda tanda de entrevistas a profesionales y técnicos de larga trayectoria en la Biblioteca UCAB, hoy situada  en el Centro Cultural padre Carlos Guillermo Plaza, que está de aniversario.  

Sonia Godoy


“Soy ucabista 100%”


A Sonia Godoy Tovar la deben conocer muchos en el campus, físicamente no ha cambiado casi nada en los largos años que lleva en la UCAB. Se podría decir que es oriunda de La Colonia Tovar por sus ojos claros, tez blanca y pelo rubio, pero no, es de ­aquí cerquita,  de Antímano. Escoge el lugar del cuarto piso del Centro Cultural Carlos Guillermo Plaza, SJ para fotografiarse porque dice “Me gusta todo el edificio porque es una estructura muy moderna, con espacios abiertos con mucha luz para estudiar y sus jardines son bellísimos, y cada día que pasa, el Centro crece mucho y lo que le falta”. 


––Es que fíjate, este  es otro mundo. Me gusta mucho mi trabajo y aquí he aprendido mucho. “Yo soy 100% ucabista y daré de mí lo que más pueda para el bien del Centro Cultural”, dice con un tono de voz seguro.

A Sonia Godoy le encanta el edificio
Desde 1981, Sonia trabaja en la Universidad Católica, dice haber ingresado gracias a que Renata Da Silva que era amiga de su hermana le comentó que buscaba una asistente y ella vino a Montalbán, presentó las pruebas y fue escogida. Narra que la  oficina de Administración la conformaban “Francisco Ojer, Raúl González, Renata y yo, pero con el pasar de los años debió crecer y hubo muchos cambios. A mí me trasladaron para Biblioteca cuando el profesor Píriz Pérez era director, y aquí, debo tener como 11 años laborando. Primero entré a Procesos Técnicos y luego me solicitaron para Adquisiciones”.


––Quisimos saber si Sonia acude a los servicios que presta el Parque Social UCAB.

--El Parque Social es un ente muy importante para la Universidad. Recuerdo que antes esos terrenos eran “monte y culebra, y ahora tiene unos jardines bellísimos, la gente es muy cordial, las construcciones son modernas, y gracias al convenio de Santa Inés con la UCAB, nosotros los trabajadores gozamos de unos precios muy accesibles. Anualmente en agosto me hago mi chequeo médico en Santa Inés y me gusta. “Me realizo todos mis exámenes  en un día o dos y salgo feliz y satisfecha”, comenta en forma expresiva.


Pero Sonia, como todo el equipo del Carlos Guillermo Plaza, que acude con sus nuevos uniformes azul marino al recinto, tiene su vida propia al terminar la  jornada, aunque ante la pregunta sobre qué le gusta hacer en su tiempo libre, repregunta “¿Y vas a poner eso?”. Pues sí, Sonia entre lunes y viernes, vive en el hogar de sus padres en Antímano para acompañarlos porque son bastante mayores, pero los viernes, es a sus hermanas que les corresponde cuidarlos. Entonces, Sonia arranca feliz para su casa en la montaña en El Junquito donde vive con su esposo, y juntos los fines de semana, van al pueblo a comer fresas con cremas, a realizar las compras o a tomarse unas cervecitas. Pero lo que más le gusta a ella es cocinar y descansar,  porque eso sí, los dos son muy caseros y en su hogar se olvidan de todo. Y afirma con orgullo “Mi marido y yo, tenemos 30 años juntos, entre noviazgo y matrimonio”.

Mario Méndez
“Tengo que velar por el patrimonio de la Universidad y de nosotros, esto es para todos”


Mario Méndez es de Santa Ana
Mario Méndez es muy serio cuando transita en los pasillos de la Biblioteca. Tiene el pelo muy canoso y usa unos anteojos de montura gruesa. Es el segundo de los entrevistados del Carlos Guillermo Plaza que también es educador y ejerce su  segunda profesión, en las mañanas, en la Escuela  Básica Nacional Antonio Lauro, que está situada en el sector Peña Tovar de Carapita. “Me gustan muchos los libros que dejan algo, que nos ayudan a mejorar, que tienen moraleja como Juan Salvador Gaviota. Lo he indicado como lectura a mis alumnos de 6to grado y les gusta mucho. Le doy clases a un niño que sufre autismo y busqué ayuda en la Unidad de Psicología  del Parque Social donde lo atendieron y avanzó mucho en la escuela, y la madre aceptó el problema de su hijo”.


Cuenta que cuando se inició en la Biblioteca,  su horario era de 7 am a 12 del mediodía y de 4 de la tarde a las 9 de la noche. “Le pedí modificación de horario al director, padre Carmelo Salvatierra, y no me lo concedió, entonces yo me fui, y regresé cuando el profesor Píriz Pérez era el nuevo director quien me dijo ‘Mete los papeles’. Fue José Ferrer-de Biblioteca- el que me avisó que había vacantes. Ya a los tres días estaba trabajando de 2 de la tarde a 9 de la noche. Gustavo Jiménez y yo, somos contemporáneos. Recuerdo a las bibliotecólogas, Taidée Balza quien me ayudó mucho, también a María Olivier, conocida como Chalola, quien era muy estricta con el trabajo. El primer día me entregó un archivo y me preguntó ‘¿Te sabes el alfabeto’? y me puso a ordenar el fichero. Gracias a ellas y a Omar Albarrán y Römer Ramírez –que labora en Recursos Humanos, yo pude licenciarme en Educación en la UCV,  pues siempre me facilitaron el cambio de horario para que yo estudiara”.  También citó a Carmen Graciela Donis, que se acaba de jubilar como la gente que aprecia, y a muchos otros  más, pero en especial a sus compañeros de piso, incluyendo a la becatrabajo.


Los espacios
––El Centro Cultural es muy bonito, los estudiantes deberían sentirse orgullosos de gozar de las ventajas que el viejo edificio no tenía. Hay aire acondicionado, wifi; ellos mismos pueden buscar en las estanterías los libros y el ambiente les facilita el estudio, pero hay muchos que nos aprovechan los recursos. Hemos encontrado libros escondidos y rayados, a gente comiendo, y se molestan cuando les llamamos la atención: ‘Que si yo pago’ contesta alguno. Este edificio proyecta una imagen corporativa pues aquí viene gente de afuera a consultar, y nosotros los referencistas le debemos dar respuesta, también acuden  a foros, charlas y exposiciones. Hay que cuidarlo, no vaya a pasar aquí como en  el  edificio Cincuentenario que está muy descuidado, sobre todo la mezzanina. “Mi deber es velar por el patrimonio de la Universidad y de nosotros, esto es para todos, y creo que aquí vamos a necesitar más gente para supervisar”, dice seriamente.

Mario recuerda con mucha alegría el primer diciembre que pasaron en el nuevo edificio, y para celebrar la Navidad, todos contribuyeron e hicieron una fiesta con la nueva directora. 

Méndez es de la parroquia Antímano, de Santa Ana. Allí nació, creció, conoció a su esposa, Sonia García, que también trabaja en el Centro Cultural. Tienen dos niños: uno de 7 años y una de 12. Con su hijo varón comparte mucho, vuelan papagayos, ven comiquitas, comparten el reguetón en las fiestas que hacen en su casa. Él, como casi todos los entrevistados, dedica mucho de su tiempo libre a las compras junto a su mujer.

Rafael Quintana
El entusiasmo de Rafael

Rafael está entusiasmado con los proyectos de la biblioteca
Rafael Quintana es todo un personaje en Biblioteca. Siempre le bullen las ideas y desea entusiasmar a los demás con ellas. Si no está en su oficina en el cuarto piso, está supervisando alguna sala. Es bibliotecólogo, egresado de la UCV y tiene muchas historias que contar.

––Yo vivía en Antímano y estaba en búsqueda de mi primer empleo y lo conseguí en la Biblioteca de la UCAB, gracias a que la licenciada Carmen Graciela Donis me trajo a hablar con el padre Salvatierra.  A la par, estudiaba Ingeniería Industrial en el Luis Caballero Mejías, inmediatamente me chocaron los dos horarios y tuve que renunciar al mes. Pero después del Caracazo en 1989, la situación se tornó muy difícil y me costó encontrar trabajo. Acepté la realidad cuando el padre Salvatierra –a regañadientes- me dio una segunda oportunidad y retiré materias para poder trabajar en el horario de 9 am a 12 del mediodía y de 4 a 9 pm. Pero al tiempo logré el cambio de 2 de la tarde a 9 de la noche.

Chalola fue mi mentora, como se me dificultaba la Ingeniería y me gustaban las materias gerenciales, fue ella quien me dijo “pero chico, por qué no te sinceras, estudia Bibliotecología, ya trabajas en una”. Y empecé la carrera entre 1992- 93, a los dos años de haberme reincorporado a la UCAB. Cuando me gradué, fue el profesor Píriz Pérez quien me gestionó mi cargo como profesional en Biblioteca y desde ese momento, comencé a vincularme, aparte del área de servicios, con el de procesos técnicos y adquisiciones.

–– ¿Cuáles son tus responsabilidades?
––Soy coordinador de servicios al público en el turno de la noche y apoyo la sección de Procesos Técnicos. En las mañanas trabajo en la Biblioteca de la UCV y allá soy jefe de Procesos Técnicos desde 1998, allí fui escalando desde jefe de catalogación. Aquí en la UCAB cursé la maestría en Gerencia de Recursos Humanos donde las áreas que más me han gustado son el liderazgo y el emprendimiento. La profesora Elizabeth Martínez fue mi tutora y ahora ella me manda esos estudiantes que sufren del “Todo menos tesis” para que los ayude. He hecho cantidad de cursos y mi deseo es relacionarme con el área de Bibliotecología para poder aportar soluciones al nuevo espacio del Centro Cultural. Una de las ideas de la profesora Mabel es lograr que los bibliotecólogos, aparte de su labor técnica y de supervisión, puedan dedicarse a la investigación. Estoy muy entusiasmado con los cambios porque compartimos los bibliotecólogos una visión conjunta, todo bajo un clima respetuoso.

Atletismo
 “En el último chequeo laboral, me  salieron altos una serie de valores y me cansaba al subir unas escaleras. Fue el doctor Gutiérrez el que me vio en Santa Inés y me dijo que debía realizar ejercicios. En el Centro tenemos todos un trato preferencial, también voy a Fundafarmacia para comprarle los medicamente a mi mamá que es diabética, y debo  consultar pronto a un otorrinolaringólogo. “Así que me inicié haciendo dos vueltas en el en el Olímpico, y ahora puedo dar hasta 12 vueltas sin sentir la menor fatiga”.  

José Ferrer
“Desde el 23 de febrero de 1989 y hasta el sol de hoy, trabajo aquí”

A José Ferrer le falta la tesis para ser bibliotecólogo 
Encontramos a José Ferrer en el primer piso del Centro Cultural. Es alto y tiene un bigote negro que lo caracteriza. Antes de iniciar la conversación se desahoga hablando de lo difícil que es hacer ahora las compras de los comestibles y otras necesidades básicas. Y le comentamos  que a sus once compañeros del edificio les pasa lo mismo, pues muchos han contestado que sus tiempos libres se lo dedican a pasear por mercados, automercados, farmacias, etc.

José es de Mantecal, estado Apure y toca las maracas. Sus padres viven en San Fernando de Apure y un hijo que tiene 26 años. Se vino a la capital a estudiar Farmacia en la UCV y aprobó tres semestres. Allí trabajó en la Biblioteca Central dos años, desde 1986 hasta el 88. “Estuve un año desempleado, y una vecina que estudiaba Ciencias Sociales en la UCAB y era becatrabajo de Biblioteca, me avisó que estaban buscando personal. Vine y me dijeron que hablara con el padre Salvatierra y me contestó ‘Quiere trabajar, entonces quédese’. Eso fue el 23 de febrero de 1989 y hasta el sol de hoy, cumplo el horario de 2 de la tarde a 9 de la noche”.

––La Biblioteca vieja era más pequeña, esta es de estantería abierta, pero para mí son tan espaciosas que se necesitan más de dos personas para vigilarlas. Sobre todo la de Ingeniería, pues sus estudiantes echan mucha broma. Pero sin duda, la atención y sus espacios han cambiado para mejor. Tiene mucho que ver la rotación del personal que ha realizado la  profesora Mabel  “pues de esta sala no ha recibido quejas y eso que es una de las más fuertes”. Cuando hay parciales esto se llena de alumnos”.

Ferrer estudió Bibliotecología por sugerencia de un amigo que trabaja en esta área, y en 2001 terminó  todas las materias. Tiene pendiente la tesis para obtener la licenciatura. “Yo estudié con Rafael Quintana”, comenta.

José dice que en el Centro de Salud Santa Inés UCAB se efectúa sus exámenes de rutina, y que recomienda a sus amigos los servicios de salud, Clínica Jurídica y la Unidad de Psicología.  Camina todas las mañanas en Montalbán y hace ejercicios en las máquinas, por dos horas. Otras veces sale a recorrer qué encuentra por allí y cuando regresa a su casa revisa la prensa digital que es algo que le gusta mucho. Vive en Antímano con su esposa y la ayudó a criar a sus tres hijas que “siente como suyas”. Ya dos se casaron y queda solo una en casa.

Entrevistas María Fernanda Mujica Ricardo
Fotos MFMR y María Eugenia Naranjo.
 


1 comentario:

blog educativo redes y educacion dijo...

EXCELENTES LAS ENTREVISTAS MUY CHEVERES LOS FELICITO