miércoles, 17 de diciembre de 2014

El Parque Social es un regalo para Venezuela”

“Trabajar en Parque Social es aprender de otros, nutrirme con la experiencia de otros, con la historia de quienes vienen al Parque de visita y con la experiencia de quienes trabajamos aquí. Es saber que siempre podemos aportar para un país más vivible, más saludable, mejor educado, más justo y psicológicamente más equilibrado.

Es reconocer que no somos perfectos y que podemos complementar nuestras "especialidades" para brindar un mejor servicio a Venezuela. Es ser comunidad y universidad al mismo tiempo.” Quien así habla es Pily Méndez Quintero, emblema del ser voluntario.

Pily es pequeña, muy delgada, de sonrisa fácil, jovial y muy activa. Cuando se molesta calla pero su rostro se torna rojo. Le tomó el gusto a las actividades con niños y al aire libre cuando su madre inscribió a su hermano y a ella en los Scouts de Venezuela. Entonces, desde los seis años no ha parado de dar, dar y dar. Para ella, los scouts es una escuela de valores, de códigos de comportamiento. Su trabajo en esa organización consiste en la formación de niños de 7 a 11 años y en entrenar a los adultos que guiarán a los infantes.


Estudió Filosofía en la UCAB, y a su vez, cursó varias materias de Ingeniería Civil pues las dos carreras le gustaban. Escogió Filosofía porque le seduce preguntarse cosas y cuestionarse. Recuerda con admiración a los profesores Sandra Pinardi, Leovigildo Vargas, Juan Negrette, Massimo Desiato y Rafael Garcia, los últimos cuatro han fallecidos. Habita en Chacao desde niña y estudió primaria en la zona y su título de bachiller lo obtuvo en el Liceo Gustavo Herrera en Ciencias Básicas y Tecnología, que fue un plan piloto del Ministerio de Educación en su época. Conoció el campus de la Católica cuando representó a la parroquia de Chacao en 1992 en el Encuentro Nacional Juvenil y el Encuentro Arquidiocesano Juvenil con motivo de los 500 años de la llegada de Colón a América, y desde esa vez “Me enamoré de la Universidad”.

Mística del voluntario
En los salones de clase de Filosofía, Pily estudiaba con varios jesuitas y alumnos de Educación con quienes compartía cátedras. Fue desde entonces, cuando se fundó “Universitarios en Misión” de la que fue voluntaria durante los cinco años de estudios junto a Óscar Buroz, Miguel Corominas, Armando Quintero y Sheila Goncalves.  En el quinquenio de la carrera fue becatrabajo de la dirección de Pastoral junto al profesor Ricardo Márquez. El personal lo integraban ellos dos.

Al licenciarse, la contrató el colegio San Ignacio como formadora espiritual de los alumnos, el profesorado y el personal obrero. En ese cargo duró tres años.

Ante la pregunta de cómo se siente trabajando todos los fines de semana responde “No hay sábados libres y muchos domingos tampoco. Es agotador el despertarse pero al final de la jornada la labor es gratificante”. Pily recuerda que la impactó cuando un estudiante de Comunicación Social de la UCAB dijo en un encuentro que él había empezado a estudiar desde 8vo grado en la UCAB desde cuando veía el campus desde la altura del barrio y a su vez, recibía de ucabistas voluntarios complementación pedagógica en su liceo. “Eso confirma que sí hay gente agradecida”, dice.

Al finalizar su trabajo en el San Ignacio se fue un año a España y al regresar tenía un recado de Proyección a la Comunidad de la UCAB ofreciéndole el cargo de coordinadora de campo de niños no escolarizados en Las Mayas, luego fue nombrada coordinadora del Voluntariado y ya suma siete años laborando en el Parque Social P. Manuel Aguirre, SJ.

Describe su actividad como una oportunidad para vincular a estudiantes de distintas carreras con otras realidades que no son las suyas, aunque “para nuestra sorpresa nos encontramos con muchos ucabistas que viven esas realidades. Al final, esos alumnos tendrán otra mirada que la Academia particularmente no da”.

Pily, ejemplo del voluntariado en la Universidad y más allá de sus fronteras, se ha formado académicamente, pues no es solo cuestión de vocación y sentimientos altruistas. Hizo una maestría en Proceso Grupales en la UCV, ha cursado varios Talleres de formación de liderazgo, resolución de conflictos y comunicación asertiva y formó parte de la Cátedra de Honor de la UCAB.

Para ella el Parque Social es un semillero de esperanza, de encuentro, de oportunidades, de formación y de alternativas, pero no solamente para la gente de las comunidades sino para todos los que lo conocen y se asombran de que esto pueda existir.  Lo diferencia en que se practica “La novedad, la diversidad, la creatividad para trabajar con estudiantes y con gente de las comunidades y para lograr que los ucabistas se sientan involucrados en la situación de los otros”.

Desearía ver al Parque Social en un futuro “Multiplicado, ampliado, con más gente involucrada y con más talentos, tanto de la UCAB, como de entes públicos y privados que nos apoyen y se involucren para lograr mayores beneficios para la gente”.



Pily en otros ámbitos
--Me encanta estar con la gente que quiero-que a nuestro parecer debe ser mucha porque valora y cultiva a sus amigos. Me gusta nadar, montar bicicleta, subir a El Ávila, ser scout, tocar diversos instrumentos  como la guitarra, el teclado, un poco de flauta y el órgano. Estudié en la escuela “Hemisferio Musical" desde los 12 hasta los 18 años.

Comenta que ha tocado en la mitad de los órganos de las iglesias de Caracas y que “se matan unos tigres interesantes” pues pagan bien por interpretar “La Marcha Nupcial" y “El Ave María en las bodas. Le gusta escaparse en grupo, y también sola, a la playa y por supuesto le agrada viajar.


Cuando se despide dice que cuando se celebraron los 60 años de la UCAB y se realizó la actividad “La UCAB entre vecinos”, la experiencia fue positiva para unir a las unidades que laboran en el Parque y se fortalecieron las alianzas entre ellas, y por supuesto con las comunidades. “Esa vivencia demostró que sí podemos trabajar unidos, optimizando recursos y talentos, porque el fin único de todos aquí es trabajar para la gente”.


Texto: María Fernanda Mujica Ricardo
Fotos: Ana Gabriela Páez Linares



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