“Realmente lo
que me inspira es dar una atención de
calidad. Tenemos una empatía muy grande la gente de la comunidad y yo. Empecé a
subir tres veces a la semana para ejercer la pediatría, pero la razón mayor era
que sentía una profunda tristeza porque
mi hija menor se había ido a estudiar al exterior. Y por coincidencias
de la vida, una amiga común de Mercedes Morales y yo, me ligó a trabajar en
forma voluntaria para este centro de salud”.
“Ya suman
ocho años desde que vine por primera vez, y mi labor no la cambio por nada pues
me enganché, fue un clic y me siento
feliz, gratificada y satisfecha porque mi trabajo es hermoso. Tengo un paciente
que lo veía de niño y entró a estudiar Ingeniería en la UCAB; en mi consultorio
conservo un mural de fotos con las imágenes de todos mis pacientes, que son
muchos. Y con ellos, sus padres, sus abuelos y yo, hay una relación muy
cercana”.
La mujer
linda y risueña que no para de hablar de la emoción, es Scarlett Salazar (de
sangre oriental por doble herencia), pediatra formada en el hospital José
Ignacio Baldó y gastroenterólogo pediatra egresada del hospital Pérez Carreño
quien es la pediatra del Centro de Salud Santa Inés de La Pradera. “Me dediqué a
mis hijos y cuando crecieron fui médico de un laboratorio, y desde que tuve la
fortuna de trabajar aquí arriba, practico la medicina preventiva, la pediatría
curativa en Santa Inés; también en las escuelas cercanas, dicto talleres de
prevención de enfermedades, hacemos campañas de vacunación, todo junto a las
hermanas de la Vicaría Nazareno La Pradera. “Yo admiro y aprecio a estas monjas
que se visten como uno, ellas son las gerentes del centro y con ellas me
entiendo”.
La doctora
Salazar cuenta que tiene pacientes no solo de La Pradera, sino desde Las
Torres, San Benito y de la parte baja de La Vega traen los padres o abuelos a
controlar a los niños. “Imagínate, me dice, que tengo pacienticos que se
mudaron a Guarenas porque consiguieron su vivienda, y continúan trayéndome a los
niños en Santa Inés. Nuestra relación médico –paciente es personalizada, como
debe ser, y esto lo agradecen. Ellos tienen mi celular por si ocurre alguna
emergencia y así les puedo indicar qué hacer o que se dirijan a un hospital, si
la situación lo amerita. Mi esposo que es médico anestesiólogo, y quien es el
verdadero filántropo de Santa Inés, me ayuda para que sus amigos médicos me
atiendan a pacientes, y mis colegas pediatras me consiguen medicinas gratis,
pues ellas reciben muestras médicas de
los visitadores de los laboratorios, que no suben cerros.
El jueves 3
de julio, la doctora Salazar había atendido en la mañana a 17 pacientes, y ese
día habían acompañado a sus hijos tres papás. Ella los estimula a que sigan
participando, a que ayuden a sus esposas pues la crianza de los hijos es de la
pareja, opina.
–– ¿Crees que Santa Inés La Pradera es diferente y por qué?
––Es así
porque el trabajo en la comunidad es realizado con el Parque Social de la UCAB.
Mi hijo menor que estudió en la Metropolitana me decía que yo era desleal con
su universidad; pero cuando comparto el jeep con los estudiantes ucabistas que
suben a hacer su labor social, me siento contenta, compartimos, sus
conversaciones me alimentan. Elio Delgado, que es el chofer que me lleva y me trae, y todos los muchachos, me hacen más fácil la
vida. Los viajes se nos hacen cortos pues hablamos de deportes; hacemos concursos
de conocimiento de personajes, de películas. Allí nadie está con el celular u
oyendo música. Simplemente compartimos.
––Entonces, cómo definirías al Centro de Salud Santa Inés La Pradera, a
Santa Inés UCAB y al Voluntariado ucabista?
––Sensibles y
eficientes.
–– ¿Cómo quisieras ver a estos lugares y al Parque Social UCAB en su
conjunto en el futuro?
––Con mayor
participación de profesionales como yo; el dinero no lo debe ser todo, pero
entiendo que para hacer voluntariado profesional hay que tener resueltas muchas
cosas. Un recién graduado aún en
formación debe llevar dinero a su hogar.
–– ¿Qué otras cosas te gusta hacer?
––Me encanta
la cocina, la lectura y hacer muchas manualidades. Tengo un grupo con tres amigas
que nos reunimos a hacer pintura en madera, tejemos, artesanía y todo lo que
esté de moda y se nos pueda ocurrir, y por supuesto que cuando estoy libre y
puedo, voy a visitar a mis hijos.
––Cuéntenos algunas anécdotas de La Pradera.
––Las pacientes
me contaron que cuando empecé a trabajar, los domingos en la misa, el padre
Luis Ugalde en la homilía le pedía a todos que agradecieran “porque tenemos
pediatra”. Y también puedo contar que ya tengo tres pacientes llamadas
Scarlett, y hay otras que cuando le preguntan qué quieren ser cuando sean
grandes responden: “Doctor, como la doctora Scarlett”.
Entrevista: María Fernanda Mujica Ricardo
Fotos: Ana Gabriel Páez.
1 comentario:
Hermosa entrevista, Felicitaciones a la Doctora por su loable labor en La Vega! no quedan muchos como usted...
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