viernes, 20 de junio de 2014

En esta sociedad hay que contribuir dice Pedro Rodríguez

Tiene un rostro risueño, usa lentes que se quita cuando conversa, su tono de voz es grave que se intensifica cuando habla sobre la situación país, pero cuando evoca a sus hijos el timbre se hace más suave y el tema esperanzador.

Nuestro interlocutor es Pedro Enrique Rodríguez, psicólogo y escritor. Pertenece a ese equipo de la Unidad de Psicología que se destaca por su humanismo.

Si bien muestra un semblante sereno y pensativo, Pedro posee
un rostro risueño.
Dice que se inició en la UPLA desde el año 2005, donde comenzó a trabajar en el área de proyectos y después pasó al área de investigación de la Unidad. Es psicólogo clínico de la UCAB, con especialidad en Clínica Comunitaria de la misma casa de estudios, y a inicios de julio defenderá su tesis doctoral en la UCV sobre Pobreza y exclusión desde la perspectiva de la psicoterapia.

Para Pedro es más que evidente que en la UPLA se hace un trabajo valioso e importante para la gente de las comunidades vecinas en asistencia psicológica, “todos los que estamos intentamos hacer un trabajo de calidad en contextos asistenciales donde encontramos muchas carencias, concretamente económicas y sociales, y esta gente, normalmente, recibe lo que denominan “medicina pobre para pobres”, que significa de baja calidad y empobrecida. Por ello, es que este es un lugar necesario e interesante y del que se necesitan muchas réplicas en el país”.

La conexión de Rodríguez con las comunidades las establece, actualmente, a través de los grupos de alumnos de Prácticas Profesionales que supervisa en la escuela de Psicología y puntualmente cuando realizan proyectos que solicitan centros educativos u otros en las comunidades. “Mi labor es netamente decente e investigativa”. Explica que en la UPLA se llevan diferentes áreas de acción, pero que cada vez se hace más evidente la existencia de una clínica culturalmente contextualizada por el trabajo comunitario e investigativo que se enfoca en lo cultural y comunitario.

Cuando se le dice que defina al Parque Social responde: “Es un proyecto social necesario en un contexto de múltiples dificultades”. Y comenta que quiere verlo sobrevivir en este entorno país tan duro económico y socialmente, pero que por supuesto desea verlo crecer, multiplicarse y ofrecer más especialidades asistenciales.

La fascinación de Pedro
“Lo que diariamente me fascina es que soy padre de dos niños y esa es la razón más emocionante por la que todos los días me despierto. Me pregunto qué se les irá a ocurrir hoy, qué irán a decir mis hijos”.

En sus momentos libres, lo que más disfruta Pedro es la literatura, tanto como lector y como autor. Tiene dos libros publicados Oficio de lectores (Premio Transgenérico de la Fundación para la Cultura Urbana 2008) y El silencioso vuelo de los peces (cuentos) publicado por Equinoccio en el 2009. Este año se ganó el premio de la Bienal Eugenio Montejo de Equinoccio con el título Antiguas postales del fin del mundo (de poesía y prosa poética). Nos comenta que en la UPLA existe un interés por el arte pues es una forma de reflexión y exploración. (Arte y Vida es la rama de la UPLA que trabaja la psicología con los adolescentes a través de las expresiones artísticas).


Al despedirnos nos cuenta que recuerda un taller sobre escritura creativa que hicieron con adolescente hace varios años: “Fue fascinante e hicimos muchas cosas divertidas”. Relata que el acto final fue en el aula magna de la UCAB, “los muchachos estaban felices, aún recuerdo sus rostros, e invitamos a un poeta y la mayor impresión de estos chamos fue constatar que un escritor estuviera vivo. Quizás para ellos, los narradores eran solo de la Grecia antigua”.

Texto María Fernanda Mujica Ricardo
Fotos Ana Gabriela Páez

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