La pasión de educar de Jean Pierre, hoy, Honoris
Causa UCAB
Eso representa exactamente el padre Jean
Pierre Wyssenbach: la pasión de educar. El miércoles 6 de abril hubo fiesta en el Aula Magna pues
se le rindió homenaje. Se le confirió el doctorado Honoris Causa en Educación.
Él dijo: “Solo soy la punta del iceberg”
Wyssenbach es toda humanidad
Ayer
en el Aula Magna hubo alegría, solidaridad, cariño y una vida ejemplar abierta
de par en par para que las nuevas generaciones de venezolanos preocupados por
su país tomen nota. En el presídium estaban las autoridades de la universidad
en pleno más el padre provincial de la Compañía de Jesús, Arturo Peraza; el
decano de Humanidades y Educación, Miguel Del Valle Huerga; y Mercedes Morales,
una activista infatigable a favor de las comunidades más necesitadas en esta
parte de Caracas.
El
evento que los reunía: el doctorado Honoris Causa en Educación para el
sacerdote jesuita Jean Pierre Wyssenbach.
Tanto
el rector Francisco J. Virtuoso como Mercedes Morales hablaron sobre la labor
del padre Wyssenbach. Pero, ¿por qué la UCAB le rinde homenaje a Wyssenbach,
si él en realidad no da clases actualmente en esta universidad? Muy sencillo:
porque la UCAB se preocupa por la educación en general. La educación, vista
desde la UCAB, no termina en los límites del campus; busca al país entero. Y
Wyssenbach ha sido y es un ejemplo de sinergias que construyen pedagogía, un
creativo estimulando a los más jóvenes: para aprender más y
mejor, para formarse integralmente.
Allí,
en la educación básica, el padre Wyssenbach ha sembrado iniciativas durante
cuarenta años. Por eso este homenaje. De allí que todo el mundo tenga algo
bueno que decir sobre él. Ayer estaban, por ejemplo, muchachos de Fe y Alegría
que se acercaban para abrazarlo y tomarse fotos con él, pero también líderes
comunitarios de La Vega y jóvenes voluntarios de Cupah y de otras
organizaciones cristianas, así como maestras y maestros de zonas
tradicionalmente precarias, más sus compañeros jesuitas y muchas otras personas
(sus queridas hermanas, por ejemplo) que lo aprecian y admiran su trayectoria.
Wyssenbach,
con sus olimpiadas que han puesto a los adolescentes a competir sanamente y
empeñarse en diversas materias, es un referente pedagógico a nivel nacional.
Como dice el rector Virtuoso, “es un maestro dentro y fuera del aula”.
Por su
parte, Morales destacó la feliz coincidencia entre los cien años de la
restauración de la Compañía de Jesús en Venezuela que se están cumpliendo y
este homenaje a un representante tan fiel a los postulados de San Ignacio. En
todo amar y servir. Recordó cómo empezó, desde sus clases de Antropología
Cultural, acercando sus alumnos universitarios a los muchachos del grupo Utopía
que operaban y operan en La Vega. Hacían labor en un preescolar durante los
fines de semana. Wyssenbach hizo en La Vega vida comunitaria, amigos, un buen pedazo
de su mejor historia.
Solía
recorrer las 28 escuelas de La Vega a pie. Llevó las olimpiadas y otras ideas
(como los “liceos de vacaciones”) a muchos lugares del país. Hoy en día está en
Maturín.
Ayer
había mucha gente abrazando a Wyssen, como popularmente le llaman. Cuando le
tocó hablar en el Aula Magna dijo que era apenas la punta del iceberg. Es
cierto. Hay montones de gente buena que le ha dado continuidad a sus proyectos,
vida y retorno a sus ideas.
El Doctor en Educación con las autoridades universitarias y el Provincial
♦ Sebastián de la Nuez
Director
general de Comunicación, Mercadeo y Promoción UCAB
Fotos María
Florencia Pagani
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