Este es el lugar donde se está dispuesto a solucionar los problemas
de la gente, dice la gerente financiero del proyecto social de mayor
envergadura de la Universidad Católica Andrés Bello.
Ana Clara Carbone Montagna trabaja porque ama lo que
hace. Su padre, en Nápoles, su ciudad natal, aprendió el negocio familiar de la
carne y con sus conocimientos, desde que emigró, fue poco a poco desarrollando un
negocio vinculado a la carne y a los embutidos. Son tres hermanos
que junto a sus padres, integran un núcleo muy unido que sigue apostando por
Venezuela.
Ana también conoce del
oficio familiar, y su padre le ha pedido que trabaje con ellos y que escoja el
horario que le convenga para que cuide a su niño y al segundo que lleva en su
barriga, pero no lo acepta. Puesto que, Ana Clara, desde que trabajó en Magis en el Parque Social de la UCAB con
Alejandro Bilbao y el padre Luis Ugalde, y posteriormente, Bernardo Guinand le
ofreció el cargo de administradora del Centro de Salud Santa Inés, viene día a
día al oeste de la ciudad para trabajar con un equipo con el que se siente
identificada y querida. Y más que eso, ama lo que hace y está segura de que la
responsabilidad social que lleva adelante la UCAB (de donde también es egresada
en Administración y en Contaduría) es de excelentísima calidad y para ella, “debería
haber muchos Parque Social, como el de la UCAB, funcionando en el país, pues se
ofrecen servicios sociales de salud, jurídicos, psicológicos y otros, con
excelencia, y en definitiva, esta es la iniciativa social más importante de la
Católica, pero en vez del Estado ayudarnos nos cierra las puertas ”.
De abajo hacia arriba
--Cuando me
inicié en Santa Inés necesitaba conocer cómo funcionaba todo. Aprendí a
facturar, estuve en el módulo de información, en el de Imagenología y sus
preparaciones, practiqué con el sistema administrativo del Laboratorio, luego
me formé en el Datalab y por último
en el Interprice.
Y me gustó tanto
la encomienda de gerenciar el aspecto financiero de Santa Inés y de la
Fundación del Parque Social que lo hago “acompañada de un equipo humano súper
preparado profesionalmente”. Cuenta que hace poco, estuvo de reposo médico
porque está embarazada por segunda vez, y aunque contaba los días para
reincorporarse sabía que sus apoyos llevaban todo a cabalidad. “Rafael Aguilera
es la parte contable, Pedro Carrasco lleva la financiera de Santa Inés y del
Parque Social, Humberto Naranjo maneja todos los convenios y el núcleo de Santa
Inés Petare y Melissa Hernández maneja la nómina completa, incluyendo a los
médicos y conoce toda la parte legal.”
--Aquí no
ofrecemos churros, sino servicios de salud y viene mucha gente que desea ser
escuchada. Tenemos la necesidad de conseguir más “Amigos Solidarios”, hay
personas que vienen y no tienen con qué pagar. Pero aunque contamos con tarifas
sin obtener lucro, debemos luchar diariamente con la devaluación y la inflación
pues ellas dos van de la mano y tenemos que pagar sueldos, mantenimiento,
honorarios profesionales y contratados. Tratamos de que nuestros proveedores
comprendan que somos una fundación sin fines de lucro y nos den tarifas
preferenciales.
--¿Entonces, qué te inspira trabajar aquí?
__ “Ayudar al
prójimo y el agradecimiento que recibes de la gente porque este trabajo me
apasiona y donde todo lo bueno lo puedes hacer”. Lastimosamente, aquí la gente
se ha acostumbrado al maltrato. Las personas no hayan cómo agradecer y se
presentan, si es de mañana y piensan que no has desayunado, con un jugo y una
empanada, o te regalan un chocolate o te traen una pulserita hecha por ellos.
Por esa gente necesitada es que uno se levanta a las 5 de la mañana para llegar
a tiempo y mantener el servicio de salud que ofrecemos, donde el buen trato es
lo más importante, e informar al paciente “mirándole a los ojos”. Y nos
diferencian muchas cosas de otros centros de salud, y es que aquí, “no huele a
medicina, los espacios son abiertos, es como un parque y, en general, la gente
cumple las normas”.
Vida familiar y anécdotas
Ana está casada
con un venezolano de familia de Portugal que se integró al negocio familiar de
los Carbone. Su primer hijo se llama Juan Pablo en honor a Juan Pablo II a
quien se lo ofrecieron, porque sin tener ningún problema les costó mucho tener
a su primer bebé y lo lograron a los siete años de casados. “Fue increíble,
pero viajamos a Roma para visitar la tumba de Juan Pablo II y llevábamos a Juan
Pablo. Mientras hicimos larga cola en el Vaticano, nuestro niño se quedó
tranquilito, parecía que entendía la razón porque estábamos allí”.
Para lograr
salir embarazada, lo que al final les dijo el obstetra, fue que Ana Clara tenía que bajarle dos al
trabajo. Ella dice que corría el año 2012 y había que presentar la Memoria y
Cuenta del Parque Social y todavía se trabajaba los sábados en Santa Inés, pero
aunque para ella su responsabilidad es prioritaria, obedeció y salió embarazada
de Juan Pablo que “tiene cada ocurrencia, y todos los días viene con un cuento
nuevo. Es un niño que reconoce lo que hace, es responsable y a la vez inventor,
y cuando viene para acá juega con todos en la
oficina. Se puede decir que casi nació aquí pues laboré hasta la semana
36, y a las 38 di a luz. Es el consentido del departamento pues es el más
chiquito de los niños del equipo y es muy pícaro”.
Mis fines de
semana y mis ratos libres se los dedico por completo a mi esposo y mi hijo. Me
encanta compartir con ellos. Me gusta mucho la playa; vamos con mi hermana, su
esposo y mis sobrinos. Todos los domingos, comemos juntos en familia.
Las anécdotas
aquí son muchas. Recuerdo que me decían “la sifrina y la catira de las mechas”.
Narra que la primera vez que entró al área de tomografía y había niños de la
Fundación de Amigos del Niños con Cáncer, tuvo que darse la vuelta porque se
puso a llorar. “Recuerdo que cuando cerramos para adecuar el espacio para el
nuevo tomógrafo, nos llamaban muchísimo para saber cuándo abriríamos
nuevamente, y al reinaugurar, esto se volvió a llenar de niños. Tantas veces
hay que salir a comprar una chupeta para que un niño se calme, y recuerdo muy
bien una vez que un pequeño estaba tan inquieto que fui a buscar a mi carro
unos camioncitos de Juan Pablo para que se distrajera y pudiera calmarse. Uno
no puede olvidar la alegría del niño y el gesto de agradecimiento de la madre”.
Estas son las cosas que pasan en el Centro de Salud Santa Inés UCAB.
Texto: María Fernanda Mujica Ricardo
Fotos: Ana Gabriela Páez Linares
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