La congregación jesuita en el país y la jerarquía católica aplauden que
el nuevo pontífice sea latinoamericano, lo que le dará herramientas
para afrontar los retos que le esperan
Los venezolanos se concentraron frente a los televisores para ser
testigos del anuncio del nombre de Jorge Bergoglio como nuevo Papa.
Como si estuvieran en Roma, los fieles caraqueños se emocionaron al
saber que era latinoamericano. La jerarquía de la Iglesia del país
también se sorprendió al conocer la noticia. Diego Padrón, presidente
de la Conferencia Episcopal Venezolana, calificó el acontecimiento de
extraordinario. Una emoción similar experimentó el provincial de la
Compañía de Jesús, Arturo Peraza.
El provincial de los jesuitas
considera que Bergoglio fue escogido por sus cualidades humanas e
intelectuales, además de su desempeño, y no por pertenecer a la orden.
“Habla
varios idiomas, es doctor en Teología, pero quizá lo más importante es
que es pastor de una de las arquidiócesis más complejas de la región.
Se trata de un mensaje para América Latina porque en Buenos Aires
convergen graves problemas urbanos, como la pobreza, la exclusión, el
crecimiento de sectas y la baja del clero diocesano. Él se ha
enfrentado a todos esos inconvenientes, lo que le otorga un piso para
afrontar este reto”, enfatizó.
Que el nuevo Papa haya escogido el
nombre de Francisco I para comenzar su mandato pontificio constituye
una “ambivalencia hermosa”, para Peraza.
Al igual que San Ignacio de
Loyola, el nombre de Francisco hace referencia al otro fundador de la
compañía de Jesús, San Francisco Javier, quien fue considerado el gran
misionero del Oriente, pues viajó como representante de la Iglesia por
el mundo. Afirma que el nombre tiene que ver con que las fronteras no
sólo son geográficas sino humanas y habría que traspasarlas: “La
exclusión, la violencia, el diálogo entre las religiones, el
agnosticismo en Europa, son las fronteras que la Iglesia debe cruzar”.
También tiene que ver con San Francisco de Asís, el más vivo ejemplo de
entrega a los pobres, humildad y cercanía con la naturaleza.
Orden en casa. Para
el sacerdote jesuita Javier Duplá, secretario del padre provincial, la
elección del nuevo Papa revela que hay un momento de apertura en la
Iglesia. “Es una señal. Han escogido a un cardenal no italiano, no
europeo, sino latinoamericano y jesuita”.
Duplá afirma que le toca
un momento muy difícil. “Tiene que poner orden en muchos aspectos, en
el comportamiento de algunos sacerdotes para que realmente sean santos
e inmaculados porque, de lo contrario, no tiene sentido la vida
religiosa; el ser latinoamericano le dará mayor sensibilidad hacia las
grandes mayorías pobres del mundo. El otro tema importante en el que
tiene que actuar es frente al diálogo con la falta de fe porque es
evidente que en los países desarrollados, como Estados Unidos o los
europeos, la creencia religiosa ha disminuido”.
Para Duplá, el
gesto de pedirle la bendición a los feligreses envía señales de su
cercanía con las personas. “El ser jesuita aporta una disciplina y una
manera de entender la vida religiosa al servicio de la gente, y creo
que ayudará al Papa en su tarea”.
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