"En Barinas me escapo de la jungla de cemento"
Cada Semana Santa, viaja con sus hijas a su estado natal donde
se reúne con sus hermanos y como parada obligatoria visita el cementerio donde
están enterrados sus padres. Lleva medicinas y de allá trae carne, queso y huevos
criollos pues le encanta la comida criolla. Con su familia, cocinan siete tipos
de comida salada y siete dulces para los días santos. La Navidad también la
pasan juntos, aunque ya “no estén mis
viejos”. Dice regresar renovada, pero deprimida a la vez, por la destrucción de
la región.
Ama el Llano
Definitivamente, la Entrevista es un
género que nos acerca al ser humano y se descubren facetas, que a primera
vista, pasan desapercibidas.
Los médicos especialistas en Imágenes
(imagenólogos), están habitualmente en el cubículo estudiando al enfermo, y en
otras horas, están encerrados frente a la computadora leyendo las imágenes de
un hígado, estómago, cerebro o corazón, y grabando el informe para el paciente.
Son así: callados y de bajo perfil, como la doctora Fanny Aro, quien al final
del año académico en el Parque Social de la UCAB nos dio un rato de su tiempo
para conversar.
Menuda, de tez blanca, muy delgada,
con melena lacia y vestida con una bata blanca impecable, se abre con el
periodista después que toma confianza.
--¿De dónde es usted?
-- “Barinesa, pero no de Sabaneta”.
Responde con picardía y se inicia el diálogo que nos hace descubrir una linda
historia familiar venezolana, de esas que son ejemplo.
Familia unida
--Nací en San Rafael de Canaguá en
Barinas y salí de Barinas cuando fui a estudiar Medicina en la universidad,
pero mi contacto con mi tierra es permanente, a pesar de que mis padres y abuela
ya murieron, pero tengo a mis hermanos allá. Mi papá era maestro y lo cambiaban
mucho de escuela. Él era de Dolores, un pueblo muy tranquilo que quedaba vía
Apure y allí también tenía una finca. Yo estudié en Dolores hasta tercer año, donde
mi papá era el director de la Unidad Básica Ramón Escobar (UBRE), y en cuarto
año nos mudamos a Libertad en Barinas.
Finalicé el bachillerato en Barinas capital en el Liceo Daniel Florencio O’Leary
donde mi padre también fue director. “Allí, todos nos conocíamos porque
estudiábamos juntos o éramos vecinos”.
Sumamos 12 hermanos más cuatro
hermanos por parte paterna. Mi padre nos decía que quería “Un hijo militar, un
abogado y un médico y repetía “Aquí el que se gradúa ayuda al siguiente”. Lo
complacimos, salvo el militar. Yo pensaba estudiar Enfermería y como tenía
buenas notas, me dijo “Estudia Medicina”. Apliqué para Barquisimeto e ingresé a
la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado (UCLA) donde “me amañé
fácilmente pues el clima es mejor y la gente muy amable”.
“Mi padre fue el mejor papá del
mundo, fue súper responsable”, y mientras lo dice se le nublan los ojos. “Tuve
la dicha de contar con unos padres maravillosos que formaron a una familia
unida donde profesábamos la frase “Todos para uno y uno para todos”. Mi papá
comentaba que “Digan lo que digan, con un sueldo de maestro vivo mejor” y
aclaraba que no nos iba a dejar dinero, solamente estudios. Lo complacimos en
que pudo colgar 11 títulos en una pared; solo mi hermana mayor no estudió
porque se casó muy joven con su primer novio y aún sigue con su esposo unida en
matrimonio.
Su ciudad preferida es Nueva York
Rural en Caracas
--Al graduarme me vine a Caracas e hice el Rural en Petare pues
el internado rotario incluye el cumplimiento del artículo 8 de la Ley de
Medicina (Para ejercer la profesión de médico en forma privada
o en cargos públicos de índole asistencial, médico-administrativa,
médico-docente, técnico-sanitaria o de investigación en poblaciones mayores de
cinco mil habitantes, es requisito indispensable haber desempeñado por lo menos
durante un año, el cargo de médico rural o haber efectuado i-ternado rotatorio
de postgrado durante dos años, que incluya pasantía no menor de seis meses en
el medio rural, de preferencia al final del internado). Estaba situado entre El Llanito y San Blas “Había
peligro, pero hoy ni loca subo para allá”.
En
principio, la doctora Aro pensó en ser pediatra e hizo dos años de asistencia
social pero no quedó para el postgrado, y entonces se planteó hacer una carrera
más flexible con la que pudiera conjugar su profesión de médico con los papeles
de esposa y madre. Tiene dos hijas: Daniela que pronto obtendrá el título de comunicadora social en
la Universidad Santa Rosa y Andrea que se graduará muy pronto de abogada en la UCV.
Santa Inés y su formación oncológica
--Hice pasantías en el Dispensario
Padre Machado en Montalbán y allí conocí a los doctores Noguera y Guerrero. Por
ellos, tomé el turno de los viernes y un sábado cada 15 días, y aquí estoy
desde hace nueve años donde vengo martes, jueves y viernes. Me siento muy bien,
tengo una óptima relación con la parte administrativa. Hay un espíritu de
compromiso y solidaridad y ayudamos a los pacientes más necesitados. Yo hablaba
muchísimo sobre Santa Inés en mi casa y mi mamá vio el programa dedicado al
Centro “Recorriendo Realidades” que conducía y producía el periodista Johnny
Ficarella en Televen y se sintió muy orgullosa. A ella le encantaba Santa Inés.
También trabajo en Rescarven desde que me gradué y en SISCA, diagonal a
Clínicas Caracas.
“Estudié el postgrado de Radiología Oncológica
en el Hospital Jesús Yerena de Lídice e inmediatamente pasé al Oncológico Luis Razetti
donde concursé como especialista. Allí me formé durante tres años y de todo lo
que había visto era lo más difícil. Ganaba 420 bolívares al mes por cuatro
horas de trabajo”.
Su jornada en Santa Inés es la
siguiente: lee el resumen clínico del paciente, si éste no explica bien su
dolencia y tampoco el médico tratante la aclara, llama al paciente, lo
entrevista, y si es necesario, le hace un examen físico. Si es un eco lo hace
ella pero si es una tomografía o RX, lo manda hacer al técnico bajo su guía. Si
el resultado implica una emergencia se entrega el resultado de una vez y se
guía al paciente dónde acudir a tratarse.
Tiempo libre
A la doctora Fanny le gusta hacer
ejercicios, para caminar va en grupo y antes iba al gimnasio, al cine y al
teatro, pero por la inseguridad, ella y sus hijas, han disminuido las salidas.
Cada vez que tiene chance sale de Caracas y en el pasado viajaban mucho a los
Estados Unidos, sobre todo a Nueva York, ciudad que le encanta. La mayoría de
sus hermanos continúa en Barinas, salvo una que vive en Guanare; otra se fue a
los Estados Unidos y otra a Chile. Muchos sobrinos están en el exterior y su
hija Andrea le dice “No tuve adolescencia y no quiero vivir encerrada”.
Dejamos ocupada a la doctora Aro,
estudiando las imágenes de los pacientes.
Entrevista María
Fernanda Mujica Ricardo
Fotos Marianella De
Faría
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