Orgullo de la enfermería
A las enfermeras de Santa Inés las distingue su buena presencia
y el trato amable, a pesar de cualquier adversidad. Se destacan por cumplir su
deber pero con ese valioso agregado que es el trato humano.
Siempre impecable
Omaira Andrade nos cuenta que hace alrededor de seis años, llegó
al Hospital Cardiológico Infantil a introducir sus papeles pero como para
entrar le exigían hacer cursos formativos y el horario libre era el nocturno no
tomó el cargo, pero allí le comentaron que se acercara al Centro de Salud Santa
Inés UCAB (CSSI). Al presentarse en la recepción le dijeron, que por el momento,
“No había chance”, pero dejó su currículo. Al cabo de un año la llamaron y ya
suma cuatro años en el Centro.
“Cuando se comunicaron conmigo, yo tenía dos trabajos, uno en el
Oncológico del Cementerio y otro en la Clínica Popular del Paraíso. Pensé que
la llamada era de la Clínica Ávila (donde también había metido papeles) hasta
que Humberto Saturno de Recursos Humanos precisó que hablaba desde Santa Inés y empecé aquí”.
Omaira estudió Enfermería en la sede principal de la UNEFA en el
2007, y enfatiza que en ese tiempo la calidad formativa era de calidad. Escogió
esta profesión porque “Siempre me llamó
la atención atender a la gente necesitada para brindarles mi apoyo. La
enfermería no es una carrera fácil, se necesita dedicación y tiempo. Hay que
tener paciencia para tratar con los pacientes, pues el mismo significado de la
palabra lo precisa”.
Actualmente cumple sus funciones en el servicio de cardiología,
estuvo anteriormente dos años y siete meses (así de contados) en gastro y al
llegar pasó por Radiología cuatro meses. “A mí me gustan todos los servicios, y
me adapto fácil a cualquiera. Recuerdo que cuando llegué al servicio de Gastroenterología,
trabajaba allí una compañera llamada Evita (ella ya no está aquí) y porque era
nueva no me dejaba tocar nada. Una vez quise prender el monitor del equipo y me
dijo que no pues primero debía leer el manual de uso (que estaba en japonés). Al principio pensé que
era una mala persona pero luego resultó ser una excelente compañera y amiga”.Cada vez que recuerdo ese momento me da mucha risa”, y Omaira sonríe.
Le gusta el ambiente de Santa Inés. Le encantaría que creciera
y pudiera ofrecer más servicios y especialidades, pero que siempre conservara
la mística, a pesar de recibir más usuarios, y para ella, lo máximo sería contar
con un resonador magnético. Dice sentirse en familia pues en el equipo reina el compañerismo y la
solidaridad y está muy agradecida con la institución.
Alegrías
Omaira tiene una hija de 17 años que va a ingresar en la UCAB para estudiar psicología. “Estoy emocionada porque va a formar parte de la
universidad”. También tiene un varón que estudia segundo grado. “Hay que cuidar
a los hijos”, dice seriamente. De los oficios de la casa lo único que le gusta
es la cocina. Y como es llanera de nacimiento, en Navidad va a Guanare a
visitar a su abuela materna. La dejamos para que esta bonita enfermera siga
cumpliendo su oficio con la suavidad que la caracteriza.
Fotografía de Jesús Campos (Gerencia de Proyectos y
Comunicaciones del CSSI)
Entrevista María Fernanda Mujica Ricardo
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