Lira tiene nombre de un instrumento
musical antiguo. Coincide que es músico, pero aún es un hombre joven aunque
tenga canas que se esconden bajo la gorra ucabista, y pronto vaya a ser abuelo,
hecho que lo tiene muy contento ya que para este trabajador la unión familiar y
los buenos valores que deben transmitirseesparte fundamental de su misión de vida.
Ya cumplió 15 años en nómina. Fue del
grupo de vigilantes que ingresó para cuidar al Parque Social UCAB en 1999, y
desde hace tres años es el supervisor de seguridad del lugar. Al inicio el
equipo escogido laboró dos años en Santa Inés pero luego pasaron a funcionar en
el campus ucabista donde él estuvo diez años en el Centro Loyola. Y como ser
humano que aprovecha las oportunidades, guarda de los directores de ese
edificio agradecimiento y afecto. Fue el párroco Rafael Baquedano-ahora en el
San Ignacio- quien buscó que a Lira lo destacaran en el Loyola porque sabía que
él es un laico comprometido que forma parte de la parroquia de La Vuelta al
Fraile de Antímano. Para Baquedano era más seguro contar con un vigilante que
supiera el valor de la iglesia y del sagrario de la parroquia María Trono de La
Sabiduría, que cualquier otro, que no le diera valor a los lugares de
recogimiento, fe y reflexión.
––Baquedano fue conmigo
extraordinario y Ricardo Márquez, el primer director de Pastoral, es un ser
magnífico. A pesar de vivir en el exterior nos comunicamos, de vez en cuando,
por Facebook. También estamos pendientes de la salud de Baquedano, y con la
familia, cuando podemos, vamos a visitarlo.
Soy ministro extraordinario en la
eucaristía autorización que otorga el Obispo Auxiliar de Caracas, lo ejerzo por
dos años pero es un cargo renovable. Le preguntamos en qué consisten sus
funciones, y responde que asiste a enfermos y les lleva la comunión, entre
otras labores de acompañamiento. Para lograr ejercer, tuvo la suerte de contar
con el auspicio de Ricardo Márquez, hace muchos años, para cursar junto a Dagoberto
Santos,compañero de la UCAB y un amigo de su parroquia, en el ITER o Instituto de
Teología para Religiosos, hoy Facultad de Teología de la UCAB, “Teología Para
laicos” con una duración de tres años donde se formaron como especialistas en
catequesis para adultos.
Luis Antonio tiene un rostro
sonriente y cuenta con un tono de voz suave y cortés. Jamás se le ve de mal
humor. Le gustan mucho los animales y en
especial los perros. Muy animado comenta que ahora cuentan como parte del
equipo de vigilantes a un pastor alemán que llaman “Halcón 58”. Dice que su
formación humana y católica se la inculcó su madre quien lo involucró en la
vida de la parroquia. Allí conoció a su esposa, partícipe también en la
iglesia, con quien tiene dos hijos. Ellos empezaron a estudiar en la UCAB pero
luego tomaron otros caminos académicos. El hijo de su hija va a ser niña y
comenta “que será otra mujer que llenará mi vida”. También recuerda que fue la
profesora Mercedes Morales quien estando en Proyección a la Comunidad, ayudó a
construir la capilla.
A Lira le gustaba mucho estar en el
campus pero también disfruta desempeñarse en el Parque Social y lo describe
como“un área más relajada, pero igual activa, donde hay una entrada y una
salida permanente de gente de fuera, que busca los servicios y donde diariamente
aprendo mucho de relaciones humanas.”
Al son de la música
Para Luis Antonio, la música es parte
fundamental de su vida. Es
percusionista, desde hace cuatro años, del grupo “Al son del trabajo” de la
UCAB, y anteriormente integró bajo la dirección de Néstor Viloria de la
dirección de Cultura ucabista el “Ensamble”. Ensaya alrededor de seis horas
semanales con el grupo en la Universidad a los que se suman las presentaciones.
Son doce años que ha dedicado a la música en la UCAB y 30 años más en la
Parroquia y esto lo disfruta plenamente. Otro de sus placeres es hacer
caminatas y paseos con su familia a El Ávila y a otros lugares de bonita
naturaleza.
Pareciera que una de las características
de Lira es disfrutar y responde “claro. Uno debería estar siempre aprendiendo y
hacer lo que a uno le gusta y todo esto va unido a la preparación espiritual, lo
que tiene mucha relación para lograr estar satisfecho”.
“Aquí en la UCAB han sido especiales
con mi formación, mi crecimiento y me han ayudado a desarrollarme como persona,
como profesional y como músico, y hasta en la Iglesia”.
Sueña que si el Parque Social se
puede ampliar siga manteniendo “ese hermoso trato a la gente que dan los
muchachos del servicio de Ley de Servicio Comunitarios, los voluntarios,
Clínica Jurídica y la atención médica y psicológica. El Parque es una
herramienta vital para la UCAB y el objetivo es que logremos ser una sola pieza
pues para eso tenemos la pasarela que nos une”.
Anécdotas hay muchas, pero recuerda
una relacionada con las tantas veces que colaboran movilizando a personas que andan en silla de ruedas. Esa vez, ayudaron a la hija de un señor muy
viejito y enfermo, cuando padre e hija se iban, la mujer los llamó, les entregó
una caja y expresó “Eran para mi papá pero está desahuciado, ahora son para
ustedes”. Resultó ser una caja llena de vasitos de gelatina, refiere Lira, con su
forma tranquila y amable.
Texto María Fernanda Mujica Ricardo. Fotos Ana Gabriela Páez Linares
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