La doctora
Irma Guerrero lleva orden y disciplina en su práctica de la medicina y en su
vida personal. Para la entrevista pautada, prefirió grabar sus respuestas al
igual que lo hace con los informes de radiología. En el reporte agradece a
todas las personas que forman parte de la historia del Centro de Salud Santa
Inés UCAB, desde su creación en 1999.
Entre una y
otra pausa, descubrimos que la doctora Irma, de segundo nombre Zoirée nació en
el pueblo de Seboruco en el estado Táchira, donde estudió la primaria; los tres
primeros años de bachillerato en San Cristóbal
interna en el colegio de las monjas salesianas y cuarto y quinto años -también
internada, en el Liceo Militar Jáuregui en La Grita. Ella
misma dice: “Con esta formación tengo que tener algo de disciplina”.
Es médico
graduada en la Universidad de Los Andes donde conoció a su esposo, el también
médico José Ramón Noguera, nacido en San Cristóbal. Se casaron y se vinieron a
estudiar el postgrado de Neumonología Clínica en el Hospital José Ignacio Baldó
bajo la dirección del doctor César Rodríguez quien fue el que realizó la
primera neumonectomía (extirpación de un pulmón) en el país. Allí conoció al
doctor Carlos Eduardo Paradisi, residente en Gastroenterología, a quien años
más tarde reencontró en Santa Inés cuando él tenía el cargo de gerente médico. Guerrero
es también radiólogo, egresada del Hospital Universitario de Caracas.
––Conocí al
P. Luis Ugalde en la Clínica Dispensario Padre Machado y le pregunté sobre la
construcción que hacían en los terrenos frente a la Universidad. Él me dio una
tarjeta y también invitó a la hermana Teotiste Fernández, directora de la
clínica, por su amplia experiencia en la organización de servicios de salud que
proviene de la filosofía de su fundador en Venezuela, el P. Machado. Mi esposo
y yo, iniciamos la asesoría en el equipamiento del área de Imágenes y con la
hermana hubo acuerdos en la nueva misión del Centro ya que las hermanitas de
los Pobres y la Compañía de Jesús comparten el
principio de ayudar a los pobres. Después, conocimos al P. Luis Azagra, SJ “fuerte y lleno de vida” y también a María
Matilde Zubillaga, la primera gerente general. Los cuatro nos reuníamos regularmente
para establecer la logística del servicio. Al mismo tiempo, la licenciada
Ovilia Barrios, organizaba el servicio de Laboratorio.
Siempre agradecer
A Guerrero le
gusta repetir ciertas sentencias: “Es imposible prever el futuro si se ignora
el pasado, la gratitud es una obligación que nunca debemos olvidar. Hay que
honrar a los pilares quienes con tanto optimismo lograron iniciar la historia de
Santa Inés”. Y parece tener razón cuando se oye diariamente el desconocimiento de
los dirigentes del país con relación a los logros del pasado. Pero eso es
harina de otro costal, porque en Santa Inés sí se aprecia a los hombres que la
construyeron.
“Desde el
inicio en Santa Inés se estableció ofrecer una atención de calidad con
sensibilidad social y estas bases hay que mantenerlas pues para el médico su
razón de ser son los enfermos, y a veces, la de sus acompañantes. Nosotros no
nos ocupamos solamente de la parte física sino que nos enfrentamos al temor de
lo desconocido que es la enfermedad, y debemos tener las palabras adecuadas
para que el paciente salga con motivación y fe para curarse”. Y parafraseando a
San Agustín, dice la doctora Irma: “Los que estamos experimentando el presente debemos
pensar en un futuro esperanzador”.
Ella
Se deduce que
nuestra entrevistada es profundamente católica y dice que le gusta disfrutar
los actos en la iglesia. También analiza su vida diaria y escribe en la mañana
tempranito que es cuando está más inspirada. Le encanta compartir con su
familia y viajar a Seboruco donde está la casa de sus ancestros que para ella
“es un tesoro y allí están enterrados mis viejos e ir a visitarlos al
cementerio es donde cabe la palabra gratitud”.
Solo al apagar
la grabadora, es que contamos con espacios para que la doctora hable de ella:
“Digo las cosas como las siento. Soy muy apegada a las normas y a la
disciplina, y eso a la gente, a veces, no le agrada. Yo entiendo que hay que
ser un poco más laxa pero mientras se pueda mantener la esencia de la
institución y del servicio”.
Recuerda que
cuando el servicio empezó, el equipo humano era el indispensable para arrancar.
El técnico Bonilla que permanece en el Centro, una secretaria, la enfermera
Flor Torcat, a la que aún recuerdan, y ella.
Narra la anécdota
que cuando estaba lista la obra civil del servicio, y le dijeron al P. Azagra
que había que abrir una ventana o expose
en la jerga técnica, para que el técnico pudiera pasar los chasis al cuarto
oscuro sin que se develara la radiografía, el padre se puso furioso pero luego entendió
los argumentos y se hizo la remodelación necesaria.
El futuro
––Visualizo a Santa Inés como un hospital de enseñanza para los jóvenes
estudiantes de la UCAB (psicólogos y otras carreras), para médicos recién
graduados, enfermeras y técnicos. Con equipos de alta tecnología, con propósitos
claros, que no pierda su mística y nunca se aparte de su misión. Aconsejo a los
directivos que deben estar alertas de no dejar perder los altos ideales con que
Santa Inés se fundó y a enderezar las líneas torcidas que pueda haber en el
Servicio. Recordemos que Dios, a veces, nos escribe en nuestras vidas a través
de esas líneas torcidas.
También
quiero volver a agradecer a todos los que hacen posible que Imagenología funcione diariamente”.
Texto: María Fernanda Mujica
Fotos: Ana Páez
No hay comentarios:
Publicar un comentario