Oswaldo Castro es un joven de 24 años, de
sonrisa simpática y trato amable. Residenciado en Antímano y recientemente
graduado de abogado en la UCAB, está realizando un postgrado en derecho
administrativo, sumando así otro ítem a su lista de experiencias de la mano con
la Universidad Católica Andrés Bello.
Con gran disposición, Oswaldo contó cómo fue su
primer encuentro con la UCAB. “Cuando comencé en el liceo, anteriormente la
Unidad Educativa Felipe Fermín Paúl, ahora liceo bolivariano, comenzaron a
promocionar unos talleres de habilidad verbal y numérica. Yo estaba en séptimo
grado y quise asistir, así que me inscribí. Luego de eso, promocionaron un
curso sobre la historia del teatro y luego llegó el trabajo con la fundación
Medatia, con quienes hice teatro dos años. Durante todo mi bachillerato participé
en cada actividad ofertada por la UCAB, como en las olimpiadas de matemática y
ortografía organizadas en Antímano. En quinto año vine a Superatec donde recibí
formación humana y laboral.”
Oswaldo precisó que durante sus años de
bachillerato a los voluntarios que trabajaban en el liceo Felipe Fermín Paul
les dificultaron el acceso a la institución, así que los cursos y talleres
fueron movidos a las instalaciones de la UCAB.
“Lo más importante es que se rompen las
barreras y entiendes que no hay límites”, comentó al referirse al creciente
deseo, durante su adolescencia, de unirse a la comunidad ucabista. “Estando en
mi acto de graduación de quinto año, le hice llegar una carta al rector, que
para ese momento era el padre Ugalde, solicitándole apoyo económico para poder
estudiar en la universidad. Él me contestó, en una entrega de certificados de
uno de los talleres, diciéndome que solicitara ayuda económica en la fundación
Andrés Bello. Efectivamente me otorgaron la beca y pude comenzar mi carrera en
Derecho.”
Comenzando la universidad, a Oswaldo se le
ofreció ser facilitador del taller de habilidad verbal que él mismo había
recibido en su primer año de liceo. “Pasé de ser el que recibía el taller a ser
quien lo daba”, explicó.
Asimismo, Castro refiere al Parque Social como
la manifestación del servicio social de la UCAB a las comunidades. Al
preguntarle cómo le gustaría ver al Parque Social proyectado a futuro, dijo:
“Me gustaría mejorarlo, porque siempre se puede hacer mejor; también verlo más
grande, lo que significaría mayor cantidad de personas beneficiadas por sus
servicios, y multiplicado en otros centros que también mantengan la calidad de
servicio que lo caracteriza. No hay nada mejor que el trato humano con el que
te reciben aquí, no como en otros sitios donde maltratan a la gente que va a
solicitar ayuda.”
-¿Qué diferencia al Parque Social de otros lugares?
-Fundamentalmente dos cosas, la
primera es el trato humano, es un servicio para el público y todos los que te
atienden tienen vocación de servicio. Aquí uno se siente como en casa. En
segundo lugar, la calidad de los servicios y la infraestructura¾en comparación con otros sitios que
prestan servicios similares¾, el Parque siempre está limpio, bien pintado,
los baños están aseados, hay vigilancia y los jardines siempre están bien
podados. El ambiente es muy agradable.
-¿Cuáles son tus actividades?
-Formo parte de un consejo comunal y
soy funcionario de los tribunales contenciosos administrativos.
Oswaldo, fuera del ámbito laboral, disfruta con
ir al cine, al parque y siente predilección por la playa: “Es donde uno va a
drenar y relajarse al sentir la inmensidad del mar”, dijo.
-¿Alguien más de tu entorno tiene relación con el Parque Social?
-Mi hermana participó también en
todos los talleres desde primer a quinto año, y mi familia y la gente que
conozco se ven beneficiados por los servicios del Parque, como Clínica Jurídica
y Santa Inés. También, como la gente sabe que soy graduado de la UCAB me preguntan
y me piden ayuda, siempre el Parque Social es la primera referencia que doy.”
Fotografías y texto:
Ana Gabriela Páez.
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